Este franciscano dedicó muchas horas de contacto con los bereberes hasta lograr lo que pocos extranjeros habían hecho: aprender el amazigh y describirlo en una gramática
Por Jon Irazabal Agirre
Iurreta. PEDRO Hilarión Sarrionandia Linaza nació el 22 de octubre de 1865 en el caserío Barrenkuatze de Garai. Era el hijo mayor de Juan Martín Sarrionandia, natural de Garai, y de Venancia Linaza Ereño, natural de Lemoa. Tras él vendrían cinco hermanos más: Rufina, Damiana, José Martín, María Matea y Francisco.
Se desconocen los pormenores de su infancia pero cabe pensar que estaría marcada por los avatares de la carlistada. En 1881, con 16 años, ingresó en el Colegio Franciscano de Misiones para Tierra Santa y Marruecos de Santiago de Compostela y al año siguiente se trasladó a Chipiona, donde ingresó en la Orden Franciscana. Fue ordenado sacerdote en 1889, a los 24 años de edad.
En el mismo año 1892 fue destinado por la orden al convento de Tetuán [Marruecos], donde le encomendaron el estudio de la lengua árabe en la escuela de ese idioma fundada por el Padre José María Lertxundi [1836-1896], arabista guipuzcoano de Orio y superior de la misión, con el fin de lograr una formación integral de los misioneros destinados al Magreb. En 1895 animado por el padre Lertxundi, Hilarión Sarrionandia se inició en el estudio del idioma rifeño o amazigh. El estudio de la lengua bereber no resultó una tarea sencilla. A diferencia de la lengua árabe, oficial en la administración y sagrada en el Corán, y por ello con un gran desarrollo académico, el amazigh era una lengua que apenas contaba con textos publicados y para aprenderlo había que, necesariamente, hacerlo en contacto con sus hablantes. Hilarión armado de paciencia dedicó muchas horas de contacto con los bereberes hasta lograr lo que contados extranjeros habían conseguido, aprender el amazigh y describirlo en una gramática.
El siguiente paso para el padre Sarrionandia fue publicar la gramática que había escrito. Para ello recabó la autorización del Gobierno español en 1901 y se trasladó con este fin a Melilla. Finalmente, la primera gramática amazigh, la Gramática de la lengua rifeña de Hilarión Sarrionandia, vio la luz pública en Tánger en 1905.
Y observador oficial Sus conocimientos del país rifeño le valieron que fuera, junto con al también padre franciscano Julián Alcorta, llamado en calidad de observador oficial e intérprete de la Conferencia Internacional sobre Marruecos, celebrada en 1906 con el fin de dilucidar el reparto colonial de Marruecos entre España y Francia.
Más en consonancia con su faceta filológica, en 1907 publicó un folleto titulado Contestación del P. Pedro H. Sarrionandia a Mr. René Basset con el fin de salir al paso de las críticas que había recibido del lingüista francés René Basset. Pocos años más tarde, Sarrionandia viajó a Bojador [Essaopuria] para estudiar la variante local del amazigh. En Bojador permaneció entre junio de 1910 y noviembre de 1912.
El 27 de noviembre de 1912 Francia y España firmaron el acuerdo por el que se repartían Marruecos creando el Protectorado de Marruecos. Mientras tanto, Hilarión solicitó de sus superiores el traslado de Marruecos. Su plan era retirarse al convento sevillano de Lebrija y, en la tranquilidad del mismo, ordenar sus trabajos de campo, sus estudios y notas sobre el idioma bereber y redactar el diccionario español-rifeño-español. ¿Influyó en su decisión los acontecimientos políticos? Sencillamente, lo ignoramos.
Con el fin de visitar a su familia, el padre Hilarión se trasladó a Garai en el verano de 1913. Durante su estancia en Bizkaia, el 5 de agosto, sufrió un accidente al caer en Amorebieta del tranvía Durango-Bilbao, muriendo a los 48 años en el convento de los Carmelitas de dicha localidad, a donde había sido evacuado herido.
Con el fallecimiento de Hilarión Sarrionandia la obra publicada y el borrador del franciscano empiezan un camino ciertamente lleno de vicisitudes. Mientras el baúl con los papeles pasa de mano en mano, en 1925 se edita en Tánger una segunda edición de la Gramática de la lengua rifeña. En 1938 se le confirió la custodia del baúl a Esteban Ibáñez. Entre otros documentos, Ibáñez se hizo cargo del manuscrito correspondientes al Diccionario Español-Rifeño y Rifeño-Español, que Sarrionandia prácticamente había terminado.
Esteban Ibáñez, después de realizar algunos cambios en el trabajo del franciscano de Garai, publicó el Diccionario Español-Rifeño pero atribuyéndose la autoría del mismo a sí mismo e ignorando el trabajo del padre Hilarión. La publicación se completó en 1949 cuando vio la luz la parte del diccionario correspondiente al Rifeño-Español. La suplantación no pasó desapercibida y fue seguida de una fuerte polémica, llegando a mediar en la misma el Vaticano. Sin embargo, las diferencias no trascendieron a la luz pública por la actitud de los superiores de la orden que prefirieron la discreción en ese punto.
Pérdida para el euskera La suplantación de Ibáñez llegó al punto de destruir en el huerto de la Misión de Mogador todos los manuscritos de Sarrionandia después de la publicación del diccionario. De esta manera, quedaba a salvo de que terceras personas pudieran demostrar con pruebas su plagio, pero al mismo tiempo destruía valiosos testimonios del trabajo realizado por el padre Hilarión. Esta quema de papeles, también fue una pérdida para el euskera. Según testimonio de sus contemporáneos Hilarión solía intercalar palabras euskericas en sus fichas del diccionario a la hora de determinar el significado de los vocablos rifeños.
En 2007, tras años de fuertes polémicas sobre la usurpación de los estudios de Hilarión Sarrionandia por Esteban Ibáñez, la Universidad Nacional de Educación a Distancia [UNED] de Melilla junto con Ediciones Bellaterra reeditaron los Diccionarios Español-Rifeño y Rifeño-Español incluyendo en la cabecera de la obra los nombres de Pedro Hilarión Sarrionandia y Esteban Ibáñez como autores de los mismos.
En el año 2010 el escritor Joseba Sarrionandia publica el libro Moroak gara behelaino artean? en el que recuperaba la labor de Pedro Hilarión contextualizándolo con la situación socio-política española y marroquí del momento. El libro también ha sido editado en castellano y catalán. Garai, el pueblo natal de Pedro Hilarión Sarrionandia, proyecta rendir homenaje al ignorado filólogo hacia el otoño de este año, cuando las nieblas que difuminan las imágenes y figuras hagan parada en las lomas bajas del vigilante Oiz.
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