Lehendakari Aguirre: Aniversario de un juramento histórico

POR  J. A. Rodríguez Ranz

El 7 de octubre de 1936 se constituyó, en la Casa de Juntas de Gernika, el primer Gobierno vasco, presidido por el lehendakari José Antonio Aguirre

ANDOAIN

Jaungoikuaren aurean apalik

Euzko-lur ganian zutunik

Asabearen gomutaz

Gernika’ko zuaitz pian

Nere aginduba ondo betetzia

Zin dagit

ME emociona leerlo. Me emociona especialmente escucharlo en boca de quien lo pronunció por primera vez, el lehendakari Aguirre -la home de la página web www.lehendakariagirre.eu lo reproduce-, y sentí también algo especial cuando los lehendakaris Garaikoetxea, Ardanza e Ibarretxe utilizaron esta histórica fórmula en sus respectivos juramentos.

Son solo seis líneas, dieciocho palabras, que conforman, no obstante, uno de los textos más importantes de la historia contemporánea de nuestro país. Fueron pronunciadas la tarde del 7 de octubre de 1936, hace ahora 75 años, en la histórica y simbólica Casa de Juntas de Gernika, frente al árbol sagrado de los vascos, en el acto de constitución del primer Gobierno vasco de la historia y juramento de su primer lehendakari, José Antonio Aguirre.

El 7 de octubre del pasado año, y en el marco del programa conmemorativo del 50 aniversario del fallecimiento del lehendakari Aguirre, tuvo lugar una escenificación del histórico acto de 1936. En mi calidad de representante de la Universidad de Deusto -universidad en la que el lehendakari cursó sus estudios de Derecho- en la Comisión AL 50, tuve el privilegio de asistir a la representación -impecablemente organizada por la Fundación Sabino Arana y magistralmente dirigida por Gontzal Mendibil- y con ello de vivir un acto que en el plano personal para mí fue también histórico. Un acto en el que todos nos sentimos en cuerpo y alma parte de aquel 7 de octubre de 1936. Sentimientos a flor de piel y lágrimas en las mejillas acompañaron un juramento que fue más, mucho más, que una artística recreación de la historia.

José Antonio Aguirre Lehendakari del primer Gobierno vasco

Unos días antes del 7 de octubre de 1936, el día 1, las Cortes españolas habían aprobado el primer Estatuto vasco. No fue fácil, no, la singladura autonómica durante la II República. La inconstitucionalidad del Estatuto de Estella -impulsado por el PNV y la derecha tradicionalista en 1931-, la dolorosa separación de Navarra en 1932 y la política obstruccionista de la derecha durante el segundo bienio republicano bloquearon la voluntad mayoritaria del país explícitamente manifestada en el referéndum del 5 de noviembre de 1933. Tras las elecciones generales de febrero de 1936, Prieto y Aguirre, a la sazón presidente y secretario de la Comisión de Estatutos de las Cortes, consensuaron un nuevo texto. El golpe militar del 18 de julio y la guerra aceleraron su proceso de aprobación. Finalmente, el 1 de octubre las Cortes republicanas aprobaban el primer Estatuto vasco. No era el texto que los vascos y vascas habían aprobado en referéndum el 5 de noviembre de 1933; era un texto distinto y mucho más breve.

Teniendo en cuenta la excepcionalidad del contexto y la coyuntura de guerra, el Estatuto, en su Disposición Transitoria primera, dispuso la constitución de un gobierno provisional de Euskadi, cuyo presidente sería elegido «por los concejales de elección popular que formen parte de los ayuntamientos vascos y que puedan emitir libremente su voto». En su virtud, la mañana del mismo día 7 de octubre, 1.009 alcaldes y concejales, en representación de 291.571 sufragios, eligieron por práctica unanimidad a José Antonio Aguirre como lehendakari del primer Gobierno vasco. Unas horas más tarde, el lehendakari juraba su cargo en la Casa de Juntas de Gernika.

«Jaungoikuaren aurean apalik… Zin dagit»

La fórmula del juramento es un fiel reflejo de la personalidad y del núcleo duro de convicciones profundas de José Antonio Aguirre y de una gran mayoría de los nacionalistas vascos de su generación, cuyo soplo vital se articulaba en torno a dos causas que daban sentido a su vida: Dios y Euskadi, la religión y la patria, la fe y la libertad. Instantes antes del juramento, el propio lehendakari manifestaba: «Quiero ir ahora mismo a prestar juramento ante el árbol histórico, y lo haré como creyente, como magistrado de este pueblo y como vasco. Yo sé que este triple juramento aún los no creyentes lo respetaréis […] Tengo la seguridad de que en este juramento mío vais a ver todos mi lealtad, mi fidelidad al mandato recibido en beneficio de mis compañeros de Gobierno y en beneficio de todos vosotros».

La histórica fórmula fue utilizada por todos los lehendakaris que han presidido el Gobierno vasco -Jesús María Leizaola, Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe- a excepción de Patxi López. El 7 de mayo de 2009, el lehendakari López juraba su cargo con las siguientes palabras: «De pie en tierra vasca, bajo el árbol de Gernika, ante vosotros representantes de la ciudadanía vasca, en recuerdo de los antepasados, prometo, desde el respeto a la ley, desempeñar fielmente mi cargo de lehendakari».

El gobierno «Con una fuerza moral formidable»

Tras la proclamación y juramento del lehendakari se procedió a la constitución oficial del primer Gobierno vasco. El propio lehendakari, en su discurso previo al juramento, se refirió en estos términos a los miembros de su Gobierno: «Ya para este momento el presidente del Gobierno provisional vasco trae, de común acuerdo con los partidos que defienden la libertad, la lista de Gobierno, lista hecha en medio de una lealtad y una generosidad por parte de todos los partidos de nuestro querido pueblo […] Este Gobierno nace con una fuerza moral formidable y, lo que es más precioso aún, con una fraternidad entre los hombres que lo han de componer, que será hoy un galardón para el futuro y es ya, desde hoy, la prenda más segura del éxito».

El nuevo Gobierno estuvo integrado por el lehendakari y diez consejeros -seis vizcainos y cuatro guipuzcoanos-, nombrados a propuesta de sus respectivos partidos: Jesús María Leizaola, consejero de Justicia y Cultura (EAJ-PNV); Telesforo Monzón, consejero de Gobernación (EAJ-PNV); Eliodoro de la Torre, consejero de Hacienda (EAJ-PNV); Santiago Aznar, consejero de Industria (PSOE); Juan de los Toyos, consejero de Trabajo, Previsión y Comunicaciones (PSOE); Juan Gracia, consejero de Asistencia Social (PSOE); Ramón María Aldasoro, consejero de Comercio y Abastecimientos (Izquierda Republicana); Alfredo Espinosa, consejero de Sanidad (Unión Republicana); Juan Domingo Astigarrabía, consejero de Obras Públicas (Partido Comunista de Euskadi); y Gonzalo Nardiz, consejero de Agricultura (Acción Nacionalista Vasca). Su biografía y la de todos los consejeros de los gobiernos de Aguirre hasta su muerte en París en 1960 pueden consultarse en el catálogo de la exposición El lehendakari Aguirre y sus gobiernos, organizada el pasado año en el marco del programa AL50. Sigue leyendo Lehendakari Aguirre: Aniversario de un juramento histórico

La odisea de los niños vascos en Inglaterra

Gregorio Arrien. Euba-Amorebieta.

EL próximo mes de mayo se conmemora el 75 aniversario de la llegada a Southampton de la gran expedición de niños y personal acompañante, que arribaron felizmente a su destino escapándose de los horrores de la guerra. Tanto en el muelle, a donde arribó el Habana, como después en tierra, los refugiados quedaron gratamente sorprendidos por la calurosa acogida y las atenciones de los ingleses. Como recuerdan los propios protagonistas, numerosos representantes de las instituciones humanitarias y nombres famosos les dieron la bienvenida, pero lo que más les impresionó fue, sin duda, la actuación del público de la ciudad que llenaban las calles por donde tenían que pasar los niños, camino del campamento provisional de Stoneham, situado en Eastleigh, cerca de Southampton. Todo el mundo se deshacía para saludarles con sus pañuelos y agasajarles.

A su llegada al Basque Children’s Camp, les hicieron una película, cuya visión constituiría después una de sus grandes distracciones. La expedición infantil que venimos comentando, impulsada en gran medida por Mrs. Leah Manning y el Comité inglés que ella representaba, fue una de las mejor organizadas durante la guerra de Euskadi. Antes de permitir su entrada en el país, las autoridades británicas intentaron controlar todo: el número de niños expedicionarios y su edad, así como el organismo u organismos que se iban a hacerse cargo del sostenimiento y cuidado de los exiliados una vez en el destino.

Tras largas negociaciones entre las organizaciones humanitarias británicas y el Foreign Office, finalmente se permitió la entrada de 4.000 niños.

En cuanto al número real de evacuados, los niños que se inscribieron fueron unos 4.152 en total, pero los que viajaron a Inglaterra no pasaron de 3.861. Por las razones que sean, más de doscientos se quedaron en Bilbao, después de haberse registrado en la lista oficial. Los menores viajaron acompañados por 95 maestras, 120 auxiliares y 15 sacerdotes, además de los doctores Irarragorri y Achúcarro y varias enfermeras.

La edad de los evacuados, tan discutida entre los organizadores y las autoridades inglesas, quedó comprendida entre los 7 y los 15 años. Por lo que se deduce de la conocida lista oficial, no había niños menores de 7 años. Los de 15 años no llegaron al centenar. Más de la mitad de los inscritos (2.093) andaban entre los 10 y los 13 años. Entre los evacuados de 15 años (95 en total), la mayor parte (59) pertenecían al grupo de las chicas. Al establecer una diferenciación entre los sexos, se observa que el número de niñas fue algo inferior (1.705) al de los niños (2.156). Una característica digna de ser tenida en cuenta es la inscripción de grupos de hermanos, de forma que tan sólo 498 viajaron solos y sin la compañía de algún hermano. Más de tres mil formaban parte de agrupaciones de dos, tres y más hermanos.

Leah Manning, delegada inglesa

A finales de 1936, funcionaban en Inglaterra más de una docena de movimientos y organizaciones, destinados a aliviar, de alguna manera, los problemas más apremiantes de la zona republicana española en cuestiones de tipo sanitario, alimentario, infantil, de transportes, etc. En enero del año siguiente, decidieron unir sus esfuerzos en una organización conjunta, de carácter nacional, formando el National Joint Committee for Spanish Relief, que quedó bajo la presidencia de Katherine Marjory Ramsay, la duquesa de Atholl. Esta eminente representante del partido conservador y partidaria de apoyar el régimen legal español, fue otra de las figuras más determinantes en todo el proceso de apoyo y acogida en el exilio. Por su parte, Leah Manning (1886-1977) en el momento de hacerse miembro del National Joint Committee (NJC), era ya una experimentada educadora, reformadora social y ex parlamentaria laborista; entre sus actividades más destacadas, se había unido a los movimientos contra la guerra y el fascismo, tomando también parte en los comités encargados de enviar, de forma regular, el material sanitario y medicinas a las poblaciones sitiadas de España.

En abril de 1937, se encontraba preparando un convoy de ambulancias y material sanitario con destino a la capital española, cuando recibió la visita de un representante de la Delegación vasca de Londres, quien le transmitió la necesidad de evacuar urgentemente a miles de personas concentradas en Bilbao, principalmente niños. Ante esta situación, Manning pospuso el previsto viaje a Madrid y se dirigió a Bilbao, adonde llegó dos días antes del bombardeo de Gernika, el 24 de abril. Con la ayuda del cónsul británico, R.C. Stevenson, inmediatamente se puso Sigue leyendo La odisea de los niños vascos en Inglaterra

La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi

EN estos meses se cumple el 75º aniversario de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, una pequeña fuerza naval creada en octubre de 1936 por el Gobierno vasco para ayudar a la Armada Republicana en la protección al tráfico marítimo y la actividad pesquera en aguas propias, y para mantener libres de minas submarinas los accesos a nuestros puertos. Su acción más significativa se produjo el 5 de marzo de 1937, cuando varios de sus buques se enfrentaron al crucero rebelde Canarias, a la altura de cabo Matxitxako, para proteger la llegada a Bilbao de un mercante que procedía de Baiona. Por eso, los próximos días 4 y 5 de marzo se han escogido para realizar diversos actos de conmemoración y homenaje a nuestros marinos.

Los buques

El Gobierno vasco nombró el 15 de octubre de 1936 a Joaquín de Egia, entonces subdelegado marítimo de Bilbao, jefe de la Sección de Marina dentro de la Consejería de Defensa. La misión encomendada era la de ayudar a la Marina Republicana en su labor. La mayoría de la Flota de la República operaba en el Mediterráneo; en el Cantábrico sólo quedaban un destructor, un viejo torpedero y dos submarinos.

Para crear la Marina Auxiliar, Egia convirtió en buques de guerra a más de medio centenar de pesqueros, en su mayoría de la flota de Pasaia, que estaban refugiados en Bilbao sin ocupación. En unos casos les dotó de artillería para realizar servicios de vigilancia y escolta (bous armados) y en otros, de aparejos para el rastreo de minas (dragaminas). Todos los buques iban pintados de color gris aplomado, llevando en sus amuras, en color negro, la inicial de su nombre o el numeral correspondiente. Izaban la ikurriña a proa y la bandera tricolor republicana en el palo mayor o a popa. Tenían su base en Portugalete. La Jefatura se alojó en el segundo piso del hotel Carlton de Bilbao.

El núcleo central de la Marina Auxiliar lo constituyeron cuatro bacaladeros de la empresa PYSBE de Pasaia, que fueron rebautizados con los nombres de Gipuzkoa (ex Mistral), Nabarra (ex Vendaval), Bizkaya (ex Euzkal-Erria) y Araba (ex Hispania). A estos bous se incorporaron más adelante otros de menor porte, el Donostia, Goizeko-Izarra, Iparreko-Izarra, Gazteiz e Iruña. El Gazteiz e Iruña no llegaron a terminar la conversión prevista por falta de armamento.

Para la recogida y destrucción de minas se seleccionó hasta una treintena de parejas de arrastre que recibieron el nombre de dragaminas o barreminas. Al principio conservaron sus nombres originarios, pero en mayo de 1937 se les sustituyeron por los numerales D-1 a D-24. Para labores portuarias y cometidos especiales se militarizó también un grupo de lanchas motoras, designadas con los numerales L-1 a L-6, una docena de canoas rápidas y varias embarcaciones auxiliares. Ninguna de ellas iba armada.

Las tripulaciones

Las tripulaciones se organizaron con personal voluntario, procedente de las marinas mercante y pesquera. Para eso se creó el Voluntariado de Personal de Mar. Para garantizar su lealtad al Gobierno era necesario contar con el aval de un grupo político o sindical, aunque no era imprescindible estar afiliado. La mayoría de sus miembros militaba en Solidaridad de Trabajadores Vascos o en el PNV (57%), pero había también un importante núcleo de afiliados al Partido Socialista o la UGT (19%), y grupos menores a la CNT, ANV, el Partido Comunista, Izquierda Republicana o sindicatos profesionales; alrededor de un 10 % no estaba afiliado. Entre las afiliaciones menos corrientes estaban las Juventudes Socialistas Unificadas (4), Euzko Mendigoizale Batza (3), Socorro Rojo Internacional (1) y Estat Catalá (1 afiliado).

En cuanto a su procedencia, el 57% de los voluntarios era originario de Bizkaia (casi un 10% de bermeanos), un 28% de Gipuzkoa y un 1% de Araba y Nafarroa. Había también un grupo numeroso de Sigue leyendo La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi