¿De qué murió el general Zumalacárregi?

Portada del libro

IBAN GORRITI

Una novela de la historiadora bilbaina Ascensión Badiola recupera y actualiza la figura del militar guipuzcoano

ES citar a Zumalacárregui o a los carlistas y a todos los lectores les vendrá a la mente parte de la memoria que, paradójicamente, pocos conocemos bien. El nombre de una calle de nuestros pueblos, la imagen romántica de aquel general, también los sentimientos contrarios hacia sus ideas. Sin embargo, una vez más, para mal y para bien, hablamos… sabiendo muy poco.

Durante estos días, los escaparates muestran una nueva y esclarecedora referencia literaria. No es un ensayo. Lleva por título La bala que mató al General y hace referencia a aquel militar llamado Tomás de Zumalacárregui, nacido en Ormaiztegi y fallecido en Zegama tras haber sido herido de muerte en la toma de Bilbao. La autora de esta novela, Ascensión Badiola Ariztimuño (Bilbao, 1961), remonta al apasionado lector a los siglos XVIII y XIX a través de una trama en la que hurde espionaje, intriga y alta política de la primera Guerra Carlista.

La bala que mató al General, la segunda novela de Badiola, es una historia de ficción alrededor del general guipuzcoano, «un héroe a caballo entre la leyenda y el romanticismo de una guerra completamente olvidada en nuestros días», enfatiza la prolífica escritora vizcaina, que en 2011 publicó tres libros.

En esta novela, Badiola ha buscado, sobre todo, entretener con una historia impactante y también resucitar la figura de «uno de los generales más respetados por sus propios enemigos, por su rectitud y honradez y por la forma que tuvo de poner en jaque a los soldados de la reina con apenas un grupo de campesinos que no estaban preparados para la guerra», expone la también escritora de La ría de los franceses. Zumalacárregui reunió a los partidarios carlistas y organizó un ejército que utilizó la guerra de guerrillas como táctica para intentar otorgar la sucesión al trono a Carlos María Isidro de Borbón, tras la muerte de Fernando VII.

La novela publicada por De Librum Tremens narra, además, la forma en que ocurrieron los sucesos alrededor de este hombre, que no es, sin embargo, el personaje central de la novela. No obstante, la autora se ha documentado debidamente con abundante bibliografía, entre la que ella destaca la obra de Karl Friedrich Henningsen, el oficial inglés que luchó junto a Zumalacárregui. Aquí han tenido Sigue leyendo ¿De qué murió el general Zumalacárregi?

La muerte negra

Navarra sufrió en 1348 la primera epidemia de peste que, desde entonces y hasta el siglo XVII, asolaría de forma periódica los territorios vascos

Peio J. Monteano. VILLABA-ATARRABIA.

HOY en día, apenas algunas expresiones coloquiales dan una borrosa idea de la peste: «echar pestes», «temer algo más que a la peste», «apestar», etc. Y es que el paso del tiempo ha hecho olvidar el extraordinario papel que esa enfermedad ha tenido en nuestra historia.

La peste no es sino una infección producida por un bacilo pequeño y redondeado aislado por primera vez en 1894. Propia de los roedores como la rata doméstica, puede pasar a los humanos a través de sus pulgas o incluso por vía respiratoria. Una vez contagiada, se presenta en tres formas. La más frecuente es la bubónica, caracterizada por la aparición de bultos en ingles y axilas y de manchas oscuras. La facilidad de su contagio y la elevada mortalidad justifica el pánico que siempre despertó entre la gente.

En los últimos años han aparecido varios estudios sobre el impacto de esa enfermedad en el País Vasco, pero sigue siendo Navarra el territorio que cuenta con una información más antigua y completa gracias a sus extraordinarios fondos documentales. De ahí que lo utilicemos como guía para extraer unas conclusiones que, en lo fundamental, son extensibles al resto del país.

Aunque existen testimonios de pestes durante los llamados siglos oscuros, todo comenzó a mediados del siglo XIV. Sin duda, aquel viajero -poco importa ahora que fuera peregrino, mercader o simple campesino- que allá por la primavera de 1348 recorría los caminos navarros llevando en su cuerpo el mortal bacilo de la peste no podía ni imaginar que estaba a punto de abrir una nueva y terrible edad en la historia de nuestra tierra. Porque es forzoso reconocer que la plaga y la lucha contra ella condicionó la vida de los navarros y del resto de los vascos y europeos durante casi cuatro siglos. Todo habitante de este país que alcanzase los veinticinco años -una duración de vida bastante habitual- pasaría al menos una vez por la traumática experiencia de convivir con la amenaza de la epidemia.

La Era de la Peste

Como decimos, la caja de los truenos se abrió en 1348. Tras varios siglos de crecimiento, Navarra era por entonces un mundo lleno y hambriento. Sus campos no volverían a estar tan poblados hasta el siglo XIX. Desde sus cuarteles asiáticos y siguiendo la ruta del norte de los Pirineos, la enfermedad llegó Sigue leyendo La muerte negra