EN estos meses se cumple el 75º aniversario de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, una pequeña fuerza naval creada en octubre de 1936 por el Gobierno vasco para ayudar a la Armada Republicana en la protección al tráfico marítimo y la actividad pesquera en aguas propias, y para mantener libres de minas submarinas los accesos a nuestros puertos. Su acción más significativa se produjo el 5 de marzo de 1937, cuando varios de sus buques se enfrentaron al crucero rebelde Canarias, a la altura de cabo Matxitxako, para proteger la llegada a Bilbao de un mercante que procedía de Baiona. Por eso, los próximos días 4 y 5 de marzo se han escogido para realizar diversos actos de conmemoración y homenaje a nuestros marinos.
Los buques
El Gobierno vasco nombró el 15 de octubre de 1936 a Joaquín de Egia, entonces subdelegado marítimo de Bilbao, jefe de la Sección de Marina dentro de la Consejería de Defensa. La misión encomendada era la de ayudar a la Marina Republicana en su labor. La mayoría de la Flota de la República operaba en el Mediterráneo; en el Cantábrico sólo quedaban un destructor, un viejo torpedero y dos submarinos.
Para crear la Marina Auxiliar, Egia convirtió en buques de guerra a más de medio centenar de pesqueros, en su mayoría de la flota de Pasaia, que estaban refugiados en Bilbao sin ocupación. En unos casos les dotó de artillería para realizar servicios de vigilancia y escolta (bous armados) y en otros, de aparejos para el rastreo de minas (dragaminas). Todos los buques iban pintados de color gris aplomado, llevando en sus amuras, en color negro, la inicial de su nombre o el numeral correspondiente. Izaban la ikurriña a proa y la bandera tricolor republicana en el palo mayor o a popa. Tenían su base en Portugalete. La Jefatura se alojó en el segundo piso del hotel Carlton de Bilbao.
El núcleo central de la Marina Auxiliar lo constituyeron cuatro bacaladeros de la empresa PYSBE de Pasaia, que fueron rebautizados con los nombres de Gipuzkoa (ex Mistral), Nabarra (ex Vendaval), Bizkaya (ex Euzkal-Erria) y Araba (ex Hispania). A estos bous se incorporaron más adelante otros de menor porte, el Donostia, Goizeko-Izarra, Iparreko-Izarra, Gazteiz e Iruña. El Gazteiz e Iruña no llegaron a terminar la conversión prevista por falta de armamento.
Para la recogida y destrucción de minas se seleccionó hasta una treintena de parejas de arrastre que recibieron el nombre de dragaminas o barreminas. Al principio conservaron sus nombres originarios, pero en mayo de 1937 se les sustituyeron por los numerales D-1 a D-24. Para labores portuarias y cometidos especiales se militarizó también un grupo de lanchas motoras, designadas con los numerales L-1 a L-6, una docena de canoas rápidas y varias embarcaciones auxiliares. Ninguna de ellas iba armada.
Las tripulaciones
Las tripulaciones se organizaron con personal voluntario, procedente de las marinas mercante y pesquera. Para eso se creó el Voluntariado de Personal de Mar. Para garantizar su lealtad al Gobierno era necesario contar con el aval de un grupo político o sindical, aunque no era imprescindible estar afiliado. La mayoría de sus miembros militaba en Solidaridad de Trabajadores Vascos o en el PNV (57%), pero había también un importante núcleo de afiliados al Partido Socialista o la UGT (19%), y grupos menores a la CNT, ANV, el Partido Comunista, Izquierda Republicana o sindicatos profesionales; alrededor de un 10 % no estaba afiliado. Entre las afiliaciones menos corrientes estaban las Juventudes Socialistas Unificadas (4), Euzko Mendigoizale Batza (3), Socorro Rojo Internacional (1) y Estat Catalá (1 afiliado).
En cuanto a su procedencia, el 57% de los voluntarios era originario de Bizkaia (casi un 10% de bermeanos), un 28% de Gipuzkoa y un 1% de Araba y Nafarroa. Había también un grupo numeroso de Sigue leyendo La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi