Anasagasti y Erkoreka desgranan en su libro las peripecias de Jose Luis de la Lombana, el primer jeltzale que llevó la causa vasca a Estados Unidos.
Un reportaje de Iban Gorriti.
EL próximo miércoles Josu Erkoreka e Iñaki Anasagasti presentarán su libro Un patriota vasco en Nueva York: José Luis de la Lombana en la sede de Sabino Arana Fundazioa. Editado en inglés por el Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada (Reno, Estado Unidos), el tomo narra la historia de un joven jelkide que en 1938 viajó a Estados Unidos «para pedir la paz en Europa y se quedó en el exilio trabajando con republicanos españoles y nacionalistas vascos, catalanes y gallegos», subrayan los autores de la publicación.
Anasagasti y Erkoreka basan su relato en un «informe inédito» que, señalan, descubrieron en su intento de recabar más información del protagonista de la historia. Lo explica el senador del PNV en Madrid: «Encontramos un informe singular. Se trataba del descargo que un joven alavés nacido en Kanpezu llamado José Luis de la Lombana había hecho tras su viaje a Nueva York en 1938 enviado por el Euzkadi Buru Batzar del PNV al Congreso Mundial de Juventudes por la Paz en plena Guerra Civil», valora el tribuno jeltzale. De la Lombana recaló en la urbe estadounidense tres años antes de que lo hiciera el lehendakari Aguirre escapando de la Segunda Guerra Mundial.
El informe les pareció «sugestivo» a los autores de este libro. Lo contextualizaron y les quedó «un librito interesante» que no halló editor hasta que el historiador Xabier Irujo, docente y estudiante de la Universidad de Reno lo tradujo al inglés». El título original del libro es A Basque Patriot in New York: Jose Luis de la Lombana y Foncea and the Euskadi Delegation in the United States (Un patriota vasco en Nueva York: De la Lombana y la Delegación de Euskadi en los Estados Unidos).
Esta edición se presentará con el presidente de Sabino Arana Fundazioa, Juan María Atutxa, como anfitrión y Xabier Irujo como editor. «Erkoreka y yo contaremos las peripecias de este original jelkide que contrató los servicios de un intérprete y visitó varias universidades explicando las razones de la lucha de un pueblo vasco sin armas ante aquella brutal ofensiva», adelanta Anasagasti.
A juicio de los autores, este trabajo aporta conocimiento de lo ocurrido aquellos años, lo que se trabajó en los Estados Unidos en relación con el catolicismo y la Guerra Civil española. Asimismo, da a conocer las relaciones existentes en Nueva York en 1938 entre los republicanos y los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos.
El tomo ofrece información sobre las difíciles relaciones entre aquellos que hubieron de recaudar fondos para «causas perdidas», apostilla Anasagasti. Además, el trabajo expone las relaciones entre el catolicismo francés, y los católicos vascos y la estrategia del PNV para asentar una presencia en Estados Unidos sustentada en este sector de la sociedad norteamericana. Y saca la luz «el viaje de un joven intrépido como Lombana que, sin saber una palabra de inglés, tuvo la osadía de viajar a Nueva York en plena guerra y con un discurso muy nacionalista trabajar con los republicanos españoles así como el complicado viaje que hizo por distintas universidades y centros de estudio de aquel inmenso país cargado de ilusión, certezas y una buena dosis de ingenuidad. Y todo ello en el año 1938», subrayan.
GOBIERNO VASCO EN NUEVA YORK El trabajo, según sus impulsores, quiere ser una aportación a la hora de describir un contexto histórico sobre lo que ocurría en los Estados Unidos, en Europa y en la España republicana en guerra. Dar a conocer quién fue José Luis de la Lombana y estudiar la política de no intervención del Gobierno presidido por Roosevelt.
Asimismo, pretenden analizar el clima de confusión en el que vivía el catolicismo norteamericano y describir los primeros pasos de la Delegación del Gobierno vasco en Nueva York, tres años antes de la llegada del lehendakari José Antonio Aguirre escapando de la guerra mundial. Enumerar las instancias republicanas y vascas que funcionaban en aquellos años, para terminar con el Informe Lombana que habla por sí mismo y al que hemos, simplemente, dotado de un índice así como ordenado sus cuentas.