Por Iñaki Goiogana
El fusilamiento, un 16 de diciembre de 1937, de José Mari Azkarraga Mozo por parte de las tropas franquistas tuvo como objeto la venganza y también la eliminación física de un destacado opositor
El 16 de diciembre se cumplieron 75 años de la ejecución de José Mari Azkarraga Mozo, Lurgorri, asesinato con apariencia de legalidad llevado a cabo contra los muros del cementerio de Derio por los franquistas. El fusilamiento de Azkarraga, como toda aquella represión del nuevo régimen, puesta en práctica desde el inicio mismo del alzamiento, tuvo por objeto, por una parte, la venganza y, por otra, la eliminación física del opositor.
En el caso de Lurgorri, seudónimo literario de Azkarraga, se pueden apreciar estas dos características con claridad. No había cometido ningún crimen para fundamentar el seudoproceso al que fue sometido en septiembre de 1937 en Santoña, a no ser que se tome como crimen merecedor de la pena máxima la asunción consciente y explícita de las ideas nacionalistas vascas tal y como lo hizo Lurgorri en el consejo de guerra, o el que actuara de comisario de batallón, primero en el Ariztimuño y, más tarde, en el San Andrés. Gritar ante los todopoderosos jueces franquistas Gora Euzkadi askatuta, cuando estos esperaban de los presos que les imploraran piedad, además de mostrar arrepentimiento de sus actividades pasadas, no podía sino conllevar la muerte. Azkarraga no solo defendió con valentía estas ideas ante los jueces militares, también las propagó durante la guerra entre los gudaris y, aunque cuando fue fusilado solo contaba 21 años, también lo había hecho durante la República. Lurgorri era la peor clase de enemigo con el que se podía enfrentar el nuevo régimen y, en consecuencia, había que eliminarlo.
Aunque nacido en Errenteria (1916) ,Lurgorri se consideraba aramaioarra, localidad elegida por su padre para establecer su segunda residencia y donde los Azkarraga permanecían durante los veranos. A nuestro personaje los ideales nacionalistas le vinieron de su padre, quien, contra lo que muchos afirman, el viajar le hizo ver que su patria era Euskadi, aquello de lo que carecía durante sus largas residencias fuera, especialmente cuando residió en Madrid en la segunda década del siglo XX.
Debido a la dedicación profesional paterna, funcionario del Ministerio de Instrucción, la familia Azkarraga volvió a residir a Madrid en 1929. En la capital del Estado el adolescente José Mari finalizó el bachillerato e inició la carrera de Derecho, que no finalizó, cursando cuatro de los cinco años, y no precisamente porque fuera mal estudiante. En 1934 al joven Azkarraga parecía que le faltaba tiempo para hacer todo a lo que parecía estar destinado. Dejó la facultad de Derecho y se inscribió en unas oposiciones a funcionario del Ministerio de Instrucción Pública en las que obtuvo la primera plaza de entre 4.000 opositores. Asegurada la plaza de funcionario, solicitó la excedencia y se volcó en el Periodismo, sin olvidar las actividades organizadas por el sindicato de estudiantes vascos Euzko Ikasle Batza.
Su participación en la lucha estudiantil venía desde su ingreso en la universidad y de su contacto con los numerosos estudiantes vascos residentes en Madrid. Hay que recordar que en Euskadi en la época no había más universidad que la de Deusto, limitada a unas pocas carreras, y que los jóvenes vascos debían desplazarse a ciudades como Valladolid, Zaragoza o Madrid para que pudieran cursar carreras superiores.
Los años republicanos coincidieron con un gran desarrollo de las ideas nacionales. Este desarrollo coincidió con que el nacionalismo de los primeros años 30 desarrolló su actividad, formando una comunidad en la que se daba respuesta a todas las facetas militantes. Además del partido político y el sindicato, el nacionalismo vasco organizó, entre otras, entidades femeninas (Emakume Abertzale Batza), infantiles (Gaztetxu) o estudiantiles (Euzko Ikasle Batza). Lurgorri pasó a militar en esta comunidad nacional en Madrid y en Aramaio. En la capital del Estado Sigue leyendo 75 años sin ‘Lurgorri’, fusilado por las tropas franquistas