Por Luis de Guezala
La prensa abertzale vivió dos intensas décadas hasta la aparición de ‘Euzkadi’, ayer hace cien años
SE cumplió ayer el centenario del primer gran diario nacionalista vasco, el Euzkadi, que vio la luz el 1 de febrero de 1913. Hace un par de años mi compañero Iñaki Goiogana dedicó un artículo a este acontecimiento en esta misma sección de Historias de los vascos, por lo que hoy pretendo esbozar el relato de los veinte años de prensa abertzale que precedieron a esta efeméride.
No cabe duda de que la labor periodística fue la actividad más destacada del nacionalismo vasco desde sus inicios. Su primer acto público, en un txakolí de Begoña en el que Sabino de Arana pronunció su discurso conocido desde entonces como Juramento de Larrazabal, vino seguido inmediatamente, tan solo cinco días después, el 8 de junio de 1893, por la publicación del periódico Bizkaitarra. La importancia de este órgano de prensa en el naciente nacionalismo vasco sería tal que sus miembros acabarían siendo conocidos como bizkaitarras, lo mismo que su bandera.
Los primeros abertzales comenzaron desde este periódico a realizar su más importante actividad, la difusión de su ideario y pensamiento entre sus compatriotas, que compartían sentimientos pero que todavía no tenían desarrollada y asumida su conciencia nacional vasca.
La Patria vasca, comenzó así, siendo de papel. El material en ocasiones más débil, pero que puede resistir, a diferencia de otros soportes, funcionando perfectamente, el paso de los siglos.
Con el Bizkaitarra, pionero de la prensa abertzale, se vivieron muchas de las características que definirían el desarrollo de este periódico y de sus sucesores. Quizás la más destacable pueda ser la represión que sufrió por parte de las autoridades españolas la expresión del pensamiento político vasco. En un marco legal que si ya era poco democrático en 1893 lo sería aún menos en los años posteriores aplicándose a los vascos la legislación ex-profeso contra la libertad de expresión que se desarrolló en España en defensa de la unidad del reino sobre el que no se ponía el sol independientemente de la voluntad de sus habitantes.
La forma en que las autoridades españolas combatirían la publicación de las ideas nacionalistas por vía gubernativa y judicial supondría numerosas multas e incluso cárcel para los escritores y responsables de sus periódicos, además del secuestro de sus ejemplares y su prohibición y clausura.
Prohibición y secuestro
Los dos primeros números del Bizkaitarra fueron saludados con su denuncia, prohibición y el secuestro de sus ejemplares. El suplemento del nº 2 sería también denunciado, al igual que el nº 6, que lo sería antes incluso de su publicación. El nº 14 sería objeto de otra denuncia que acabaría suponiendo una multa gubernativa de 500 pesetas de la época y otra judicial de 125, además de la pena de un mes y once días de arresto mayor para el director del semanario, Sabino de Arana.
El nº 25 sería objeto de la sexta denuncia, por los artículos titulados Ellos y nosotros y La Bandera española, siendo secuestrados sus ejemplares. Gobernador civil y judicatura competían en la represión al semanario, imponiendo una multa el gobernador de 500 pesetas que serían devueltas al conocer que se había iniciado un proceso judicial que estableció una multa y fianza de 2.000 pesetas.
La séptima denuncia correspondió al suplemento IV del Bizkaitarra, del 24 de julio de 1895, por los artículos Abolición y reconquista y Vengan escobas. Sabino de Arana no era su autor, pero, como siempre, se hizo responsable de ellos, lo que le supondría su ingreso en prisión preventiva.
El 16 de septiembre de 1895, en el solemne acto de Apertura de los Tribunales, el ministro de Gracia y Justicia anunció la reforma del Código Penal para poder poner fuera de la ley al Bizkaitarra, dado que la legislación vigente le parecía insuficiente para ello, posiblemente por la sacrificada resistencia vasca a tantas denuncias, secuestros, multas y cárcel.
La octava denuncia al Bizkaitarra, que supuso la apertura de dos procesos, civil y militar, se realizó por un artículo publicado en el que sería su último número, el 32, del 5 de septiembre de 1895. Sabino de Arana, en prisión, fue convencido por su familia y amigos para no intentar sacar a la calle el número 33 que ya tenía redactado, muriendo así Bizkaitarra, al igual que la primera organización abertzale, el Euskeldun Batzokija, clausurado también en esta ocasión. Sabino de Arana sufrió por la publicación de este semanario un total de 8 denuncias, 7 procesos, 3 multas y 3 encarcelamientos.
No sería tan fácil para las autoridades españolas acabar con los nacionalistas vascos, cuyo ideario se había extendido notablemente entre sus compatriotas gracias, precisamente a la difusión y lectura del Bizkaitarra, y a partir de entonces continuarían apareciendo publicaciones abertzales a pesar de la represión y persecución gubernativa y judicial.
El siguiente órgano de prensa nacionalista vasco fue Baserritarra, del que se pudieron publicar 18 números entre el 2 de mayo de 1897 y el 29 de agosto del mismo año, en que corrió la misma suerte Sigue leyendo La prensa abertzale vivió dos intensas décadas hasta la aparición de ‘Euzkadi’, hace cien años