La fuga de los esclavos vascos de Franco

En 1938, dieciocho gudaris y milicianos vascos protagonizaron en grupo una desconocidaevasión desde Huesca a Catalunya

Un reportaje de Iban Gorriti

ES una historia apasionante!”, reconoce Pablo Domínguez, de Ortuella, quien ha investigado la enigmática fuga de 18 vascos de un batallón de trabajadores, es decir, esclavos de Franco en Huesca en 1938, y que huidos en grupo llegaron a territorio republicano vivos; y Beñat Madinabeitia, de Iruñea, familiar de Juan Ganchegui, uno de los reos de aquella “victoria humana”. El investigador pone en valor aquel logro que reúne todos los ingredientes de una película. “Es una historia casi surrealista”, por las circunstancias que rodearon a aquel episodio tan poco conocido en la historia de la Guerra Civil: “Ocurrió en invierno, con montes nevados del Pirineo con ropa que imaginamos ya raída; todos, los 18, son vascos, pasaron las líneas, primero facciosa y luego a la republicana, además, la fuga fue ocultada tanto por los medios de comunicación de un bando como los del otro…”, asegura el investigador, junto a Aiyoa Arroita, del blog Crónicas a pie de fosa.

Imagen histórica de gudaris y milicianos prisioneros en Huesca.Foto: DEIA
Imagen histórica de gudaris y milicianos prisioneros en Huesca.Foto: DEIA

Es enigmático porque hay muchos cabos aún por unir. No se sabe, por ejemplo, cuándo se produjo la evasión. Se conoce, eso sí, que el 20 de febrero de 1938, dieciocho soldados del Ejército vasco de Aguirre que habían sido aprisionados por el bando golpista planificaron en grupo tratar de pasar a territorio republicano, objetivo que consiguieron. De ser esclavos en Huesca volvieron a ser antifascistas en Catalunya y con nuevas tarjetas del Gobierno de Euzkadi facturadas el 1 de marzo de 1938 en las que se les califica como “evadido del campo faccioso”.

“No sabemos -matiza Domínguez- si lo intentaron más y si llegaron todos, ni qué pasó mientras huían. Ha trascendido gracias al informe de un funcionario de la Inteligencia de la República que lo registra en unos documentos que llegaron a manos de un familiar”, subraya el investigador haciendo referencia a Beñat Madinabeitia. “Es una historia -valora este último- que en casa hemos conocido siempre y gracias a que mi madre, su sobrina, quería saber más lo hemos empezado a mover. Y ha sido un descubrimiento tras contactar con Pablo y Aiyoa, que nos han explicado los papeles que hemos conseguido en Salamanca. Nos ha creado más curiosidad”, confiesa, al tiempo que confiesa que constituye “un orgullo lo que logró, lo que lograron.

En el grupo de los 18 fugados había tres cabos y 15 soldados de diferentes ideologías: 14 del PNV, tres socialistas y un comunista. La lista es la siguiente, respetando la grafía que figura en las fichas de la Delegación vasca en Catalunya que conserva el Archivo Histórico de Euskadi: Jerardo Eguia Lausirica (batallón Mungia); Jerónimo Echevarria Lecue (batallón Itxas-Alde); Manuel Cahué Artola (batallón Madrid); Andrés Beltrán Elosegui, cabo del batallón Gordexola; Enrique Barrena Borroño (batallón San Andrés); Andrés Arrizabalaga Inda (batallón Loyola); Nicolás Bilbao Bilbao (batallón Mungia); Jesús Ladislao Bolumburu (batallón Martiatu); Alberto Pérez Peña, cabo del Gordexola; Marcial Inchuspe Rezola (batallón San Andrés); Vicente Iriarte Astola (batallón 2º de Ingenieros); Elías Zabala Sarria (batallón Malato); José Ganchegui Lizarraldesoldado (batallón Amuategui); Francisco Bilbao Gastañaga, cabo del Martiatu; Enrique Iriarte Unzueta (batallón 2º de Ingenieros de UGT); Emilio Hernández Vázquez (batallón San Andrés); Juan Ganchegui Azcagorta (batallón U.H.P); y Agustín Mendizabal Bilbao (batallón Martiatu).

Del 115 Estos gudaris y milicianos huyeron del batallón de trabajo esclavo 115 que obraba en los municipios oscenses de Yebra de Basa y Sobá. “Es increíble pensar que, de 96 personas vigiladas 18 se escaparan, si no fueron más. Yo he buscado en periódicos de ambos bandos en aquellas fechas y no aparece ninguna fuga. Creo que tratan de encubrirlo”, sostiene Domínguez quien titularía la fuga como “Evasión y victoria” haciendo un juego de palabras con la película Evasión o victoria, en la que un grupo de prisioneros aliados en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. “En el caso de estos vascos, logran la evasión y una victoria porque consiguen su objetivo de llegar a posiciones republicanas. Es todo muy curioso”.

Beñat Madinabeitia es familiar de Juan Ganchegui Azcagorta, miliciano del batallón UHP del Partido Comunista y natural de Bergara. A día de hoy es uno de los miles desaparecidos de la guerra. “Se creía que hizo la mili en Burgos, pero no aparece su registro por ningún lado. Todo es asombroso y nuevo para nosotros. No sabíamos que era de un batallón comunista. Me paro a pensar y creo que fue todo muy injusto. ¡Lo que tuvo que vivir! Seguimos buscando”.

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