‘Pour don Carlos’ o ‘La capitana Alegría’ fue el primer largometraje rodado en Euskal Herria. Fue un 3 de octubre de 1920 y se convirtió en uno de los primeros rodajes producido por un vasco
Un reportaje y fotografías de Eneko Tuduri
Se cumple un siglo del primer largometraje rodado en Euskal Herria, Pour don Carlos o La capitana Alegría (1921), dirigido, coproducido y protagonizado por Musidora.
El pasado día 3 ocurrió una efeméride que no se puede olvidar en la historia del cine vasco. Prácticamente cien años más tarde de su estreno original, el Museo del Carlismo de Estella-Lizarra, reestrenó noventa minutos del primer largometraje rodado en nuestras tierras: Pour don Carlos o La capitana Alegría dirigido por la pionera del cine Jeanne Roques, que ha pasado a la historia como Musidora. Para los que no pudieron acudir a la cita, se volverá a proyectar el 5 de noviembre en la Filmoteca de Nafarroa.
En 2018 comisarié la exposición temporal El carlismo desde el cine, producida por el Museo del Carlismo y financiada íntegramente por el Gobierno de Nafarroa. El objetivo fue recopilar todas las películas que trataron el tema del carlismo. Entre ellas, la primera fue la ya casi legendaria Pour don Carlos o La capitana Alegría. A través de mi padre había oído de la existencia de este filme de 1921, que se consideraba perdido por la mayoría de los expertos, como muchas películas de nitrato anteriores a la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Cuál fue mi sorpresa cuando encontré que la Cinémathèque de Toulouse estaba en proceso de restaurar y digitalizar una de las copias, que de alguna forma habían sobrevivido al paso del tiempo.
Una vez conocido el proyecto, el Gobierno de Nafarroa, a través de Susana Irigaray Soto e Ignacio Urrecelqui, financió parte de la restauración de la película. De ahí, que se reestrene casi cien años después, de mano del Museo del Carlismo en Lizarra.
Este es un filme directamente basado en la novela homónima de 1920 de Pierre Benoit. Situado en los últimos meses de 1875 y los primeros de 1876, en el final de la segunda guerra carlista, narra las aventuras de un joven llamado Olivier que tiene que buscar a la capitana Alegría Detchard, una vasca, ferviente defensora de la causa de don Carlos en la retirada de las tropas carlistas hacía Francia. La capitana es interpretada por la misma directora, Musidora. Así se nos presenta, una historia de aventuras en las, para un francés, exóticas tierras del pirineo vasco donde la protagonista, una heroína al más puro estilo romántico, luchará hasta sus últimas consecuencias por el trono de Carlos VII. Por esto mismo será admirada hasta el amor ciego por el joven Oliver que le seguirá a donde vaya. Una historia muy al gusto francés donde el exotismo que daban las guerras del XIX y el legitimismo carlista fue hábilmente usado por Benoit y Musidora.
Es realmente sorprendente la cantidad de virtudes que tiene Pour don Carlos. Primero, que yo tenga constancia, es el primer largometraje -de más de tres horas de duración- de la historia del País Vasco, rodado íntegramente entre Lapurdi, Nafarroa y Gipuzkoa en 1920. Los intentos anteriores fueron filmes sustancialmente más cortos como la cinta Vicenta (1919), de la misma autora. Hoy en día llamaríamos al rodaje de Pour don Carlos una superproducción.
Además, su estreno fue mundial, ya que se exhibió en las colonias francesas y británicas: se estrenó en 1921 en países como Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Checoslovaquia, Egipto y Siria. Parece que dio muy buenos resultados en Francia. En 1950 se hizo famosa la obra otra vez, pero en formato de opereta teniendo su tema principal, una versión del Ay, ay, mutilak, un gran éxito en Francia. En España, Musidora entró en negociaciones de distribución, pero parece que tuvo problemas para su estreno, ya que en palabras del distribuidor “en España los distribuidores prefieren el género cinematográfico americano”. En cualquier caso, parece que fue vista por Alfonso XIII, conocido amante del cine.
En los créditos de la película que se puede consultar en la Cinémathèque de París aparece como realizador y productor un tal Jaques Lasseyne o Lassègue, según la versión. Este es en realidad el nombre afrancesado de un vizcaino, el misterioso Jaime de Lasuen, un noble carlista declarado, que era conocedor personal de la figura de Carlos VII y actuaba de productor de las películas de Musidora. Bajo la guía y la financiación de Lasuen, el filme consiguió una gran calidad en lo que se refiere al vestuario y a la ambientación, siendo los uniformes carlistas y liberales probablemente auténticos de la, entonces, última guerra civil en España. Como anécdota, se usaron cañones de la guarnición de Donostia, que estuvieron presentes en la última guerra carlista. Por tanto, este es uno de los primeros rodajes producido por un vasco y rodado íntegramente en el País Vasco.
Rodaje en Gipuzkoa Sobre las localizaciones, se rodó mayormente en Gipuzkoa, usándose Hondarribia, Oiartzun y Peñas de Aia como escenarios naturales sin necesidad de estudios. También parece que se rodó en el Casino de Biarritz y en Elizondo, ya que así figuran estas dos localidades en el guion que he podido leer. Como figurantes se contrataron a habitantes locales, por ejemplo, de Oiartzun. Así, el filme también tiene un importante carácter documental. Muchos de los paisajes, edificios, caseríos, vestimentas… han desaparecido y en La capitana Alegría se muestran tal y como eran en 1920. También es una de las pocas películas anteriores a la Guerra Civil de la que podemos disfrutar todavía.
Por último, y en mi opinión lo más importante, Pour don Carlos fue dirigida, protagonizada y escrita por la figura de Musidora. Jeanne Roques se lanzó al estrellato por su papel en la larga película de Les vampires, de Louis Feuillade, en la que protagonizaba el papel de la villana, Irma Vep. Este personaje fue una de las primeras villanas de la historia del cine. Pronto se convirtió en musa de los surrealistas, de ahí su sobrenombre, Musidora. No conformándose con su papel de actriz pronto se lanzó a producir y rodar sus propias películas, eligiendo los que para ella eran los exóticos paisajes del País Vasco y el sur de España como lugares donde ambientar sus obras. Vicenta y Pour don Carlos las rodó en Euskal Herria y Soleil et ombre y La terre des taureaux, entre otras, en Andalucía. Hoy en día, es una figura histórica de gran calado en Francia y una de las principales pioneras de la historia del cine.
En la correspondencia que pude consultar ya se hablaba, en la Donostia de 1920, del rodaje de la “famosa película”. Pour don Carlos o La capitana Alegría supuso un gran evento y un regalo para el País Vasco de entonces. Haberla recuperado del olvido justo cien años después de su rodaje, supone otro regalo que tenemos que saber aprovechar como sociedad.