El Bizkai Buru Batzar del PNV condenó por medio de Leizaola y Robles Arangiz el asesinato de un fundador del batzoki del distrito bilbaino el 8 de noviembre de 1931
Un reportaje de Iban Gorriti
La villa de Bilbao no fue ajena al fenómeno del pistolerismo. Un lustro antes del estallido de la Guerra Civil se dieron casos de personas que acaban con la vida de otras por motivos ideológicos. Un ejemplo fue el crimen sufrido en el barrio de Matiko siete meses después de proclamarse la Segunda República y con Ernesto Ercoreca como alcalde de la capital vizcaina. Ceferino Alfredo López, de origen asturiano, disparó “a mansalva” contra dos nacionalistas vascos, matando a Ángel Acero e hiriendo a José Muguire, así como a Juliana Bartolomé, dueña del bar El As, donde se perpetró el atentado.
El diario Euzkadi llevó el suceso a primera plana el 10 de noviembre de 1931 bajo el título a seis columnas de Un nuevo crimen de pistolerismo. Los hechos sucedieron dos jornadas antes, la noche del día 8, como atestiguaron también los tabloides La Tarde o El Liberal. “1931 fue un año conflictivo, de muchos atentados en Bizkaia, de muchas revueltas como ya indicaba el Euzkadi”, transmite Gotzon García, investigador de Galdakao. De hecho, meses antes, en este mismo distrito, mataron a José de Etxebarria.
El nuevo asesinato tuvo repercusión mediática, ciudadana y policial. La autoridad acabaría deteniendo al presunto pistolero. El PNV, por su parte, movilizó a la sociedad para protestar por el crimen en las calles bilbainas, lo que acabó con la Guardia Civil disolviendo una manifestación a la altura de El Arenal, protesta convocada tras el entierro del joven. Guardias de seguridad detuvieron asimismo a un joven nacionalista acusado de repartir pasquines en los que se solicitaba a los comercios que cerraran en señal de protesta.
García relata que tras la represión “una numerosa comisión oficial se personó en el Gobierno civil”. Eran representantes del Bizkai Buru Batzar, Juventud Vasca, el concejal nacionalista del distrito de Deusto y los parlamentarios vascos que se encontraban en Bilbao. “Los señores Horn, Basterretxea, Egileor, Leizaola y Robles Arangiz”, enumera, y va más allá: “Los comisionados, que fueron recibidos atentamente por el señor Calviño, expusieron a éste su protesta por lo ocurrido, continuación de una serie de atentados que se venían registrando en aquel barrio contra los nacionalistas”.
El asesinado fue Ángel Acero, de 27 años, soltero y natural de Bilbao. Era uno de los cofundadores del batzoki de Matiko. El otro joven herido era José Muguire, de 24 años, soltero, natural de Sondika. “Tanto el muerto como el herido, muy conocidos en el barrio, estaban afiliados al PNV. Acero trabajaba en Lamiako y Muguire como ajustador en los Astilleros Euskalduna”, detalla García. Según Euzkadi, estos dos jeltzales habían discutido por temas de política entre los bares El As y Egaña. Nadie pensó que la disputa fuera a acabar con una muerte y dos personas heridas.
El diario pormenoriza que tras la discusión una mujer llamó al sereno para que retuviera a un hombre que iba armado. Era la esposa del pistolero. Este había subido a su vivienda a por el revólver. Sin embargo, logró entrar en el bar y tras pedir “un txikito” en la barra, atacó a los presentes disparando un total de siete balas.
Ángel y José cayeron al suelo gravemente heridos. Uno de los siete proyectiles atravesó el mostrador y fue a herir en un muslo a la dueña del bar, que también se desplomó gritando y llamando a su marido. “La dependienta, Micaela, huyó hacia el interior al ver a aquel energúmeno disparando a bocajarro sobre las dos víctimas. Hubo en todo el establecimiento un movimiento de alarma y las personas se hallaban allí se recluyeron en el interior. Estos momentos de confusión fueron aprovechados por el criminal para darse a la fuga”.
El inspector Vela, de la Policía Municipal, con varios agentes, se personó en Matiko, practicando diligencias para conocer el nombre y paradero del autor. Mientras, trasladaron a los heridos a la Casa de Socorro del Ensanche en un coche particular.
Al día siguiente, a primera hora de la tarde varios agentes se personaron en la casa número 12, piso primero, de la Travesía de Uribarri, y allí procedieron a la detención del inquilino Ceferino Alfredo López, de 42 años de edad, natural de Cangas de Tineo, Asturias. “La presencia de la Policía fue tan inopinada, que el detenido no tuvo tiempo de escapar”, aporta García. Pese a que la Policía tenía la referencia de que se trataba de un “radical socialista”, se comprobó que no estaba afiliado al Partido Radical Socialista y sí a otro partido republicano. Al hablar con las representaciones de los partidos republicanos tanto autónomo como radical y radical socialista, estos, “en términos de gran energía condenaron los sucesos”.
Aunque “las manifestaciones estaban prohibidas”, se llevó a cabo una. Por ello, el comisario jefe Pineda dispuso que un inspector, tres agentes y dos guardias de Seguridad se aproximaran al grupo, invitándoles a disolverse. Apenas se hizo este requerimiento, sonaron dos disparos y entonces los agentes y los guardias dispararon al aire. Esto fue suficiente para que la dispersión se produjera con rapidez. Al huir se cayó el joven Ángel Gondra Garro, de 23 años, que fue detenido y llevado a comisaría.