El cambio de bando de Alejandro Goicoechea

Este mes se cumplen ochenta años desde que el elorriano impulsor del Cinturón de Hierro de Bilbao e inventor del TALGO se sumó a los facciosos en Arlaban

Un reportaje de Iban Gorriti

La cárcel de Gernika durante la Guerra Civil se habilitó en el edificio del Instituto de Enseñanza. Foto: Deia
La cárcel de Gernika durante la Guerra Civil se habilitó en el edificio del Instituto de Enseñanza.

 

EL próximo día 27 se cumplirán ochenta años del paso de Alejandro Goicoechea Omar del bando republicano al sublevado contra la legítima Segunda República, en días de Guerra Civil. Nacido en Elorrio y más adelante inventor del tren Talg,según investigadores consultados, ya tenía pactado con los fascistas su llegada ese día a las posiciones de la IV Brigada de Navarra.

La traición se llevó a cabo de noche en Ventabarri -grafía de la época-, en el puerto de Arlaban. Junto a él también dieron el paso otras personas. Una de ellas fue Unceta, hijo del marqués de Casa Jara, también natural de Elorrio. Goicoechea llevó consigo los planos del Cinturón de Hierro, sistema de fortificación de resistencia ante el avance de los militares golpistas y sus aliados. Este sistema de trincheras, abrigos, nidos de ametralladoras de hormigón y otras fortificaciones fue diseñado por el comandante Alberto Montaud y Noguerol. Lo llevaron del papel al terreno los capitanes Alejandro Goicoechea y Pablo Murga, que fue fusilado. Cuando estos dos últimos faltaron, se hizo cargo de él Vicente Aguirre, ingeniero de caminos de la Diputación de Bizkaia. El Gobierno Provisional de Euzkadi le dio a Goicoechea ese mismo día el grado de capitán que había alcanzado en el Ejército español y que el vizcaino había abandonado en Madrid para trabajar en el ferrocarril La Robla en Balmaseda. Un año después, el bando faccioso también cumplió esta acción. Casi cuatro meses después del aquel 27 de febrero, los fascistas ocuparon la villa de Bilbao el 19 de junio de 1937.

orígenes Alejandro Goicoechea Omar nació en Elorrio el 23 de marzo de 1895 y falleció el 30 de enero de 1984 en Madrid. Cursó estudios de bachillerato en el colegio de los padres jesuitas de Orduña. Este hijo de un farmacéutico vizcaino ingresó en la Escuela de Ingenieros del Ejército, en Guadalajara. Al terminar los estudios, con el rango de teniente, fue destinado al regimiento de ferrocarriles de Madrid.

A los 25 años se apartó del Ejército, con el grado de capitán, e ingresó en la Compañía de los Ferrocarriles de La Robla en Balmaseda, donde trabajó durante veinte años. En la villa vizcaina estuvo a punto de ser concejal por el Partido Monárquico en las elecciones del 12 de abril de 1931. El Ayuntamiento de Balmaseda ha cotejado la información y confirma que en las actas municipales no hay constancia de su presencia. Goicoechea abandonó este municipio para residir en Bilbao tras las siguientes elecciones en las que ya no participó.

Llegó la Guerra Civil y, tras trabajar en el Cinturón de Hierro, se pasó al bando golpista el 27 de febrero de 1937. Un año después, Goicoechea presentó sus teorías en el Congreso de Ciencias de Santander de 1938.

Más adelante desarrolló sus investigaciones en Madrid, con la ayuda financiera de José Luis Oriol, padre de José María y Lucas María, de Oriol y Urquijo, con quién fundó en 1942 la compañía Patentes Talgo S.A. Sin embargo, Goicoechea volvió a dar un giro de 180 grados y se desvinculó de la compañía, antes incluso de que se produjera la inauguración oficial de la primera unidad del Talgo.

El tren fue construido en Estados Unidos y realizó su primer recorrido el 14 de julio de 1950 a lo largo de la línea Madrid-Hendaia. Fue presentado como “el más alto exponente de la tecnología española”.

currículum Otros proyectos del elorriano no vieron la luz: ejemplo de un Tren Vertebrado de Gran Canaria o un plan que cruzara el estrecho de Gibraltar. En una entrevista concedida a RTVE, Alejandro Goicoechea se autodefinía pocos años antes de morir en la capital española como “enemigo de la guerras” y como persona que no se dejaba mandar.

Otra curiosidad sobre el Talgo que inventó es que hubo un intento en Euskadi de construir un Talgo de vía métrica, según informa Juanjo Olaizola, del Museo de Ferrocarril. Su origen se remonta a los propios inicios de esta propuesta tecnológica, cuando todavía se estaban efectuando en la red de Renfe las pruebas con el primer prototipo, el denominado Talgo I. “Fue en el otoño de 1943 cuando los responsables de la recientemente constituida Patentes Talgo S. A. contactaron con los responsables de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados para proponer la explotación de sus trenes en la importante línea de vía métrica de Bilbao a Donostia”.

El proyectó acabó abandonado y, como matiza Olaizola, “pese a los años transcurridos, jamás ha circulado en un tren Talgo sobre vías de ancho métrico”.

La vida bombardeada de Paula Azcarate

Hija de nacionalista condenado y sobrina de abad franquista, narra con 92 años el horror del bombardeo de Durango

Un reportaje de Iban Gorriti

EL Ayuntamiento de Durango ha desvelado esta semana que buscará en la Audiencia Nacional el perdón del Estado italiano y español por los bombardeos fascistas que sufrió la villa el 31 de marzo de 1937. Los crímenes de lesa humanidad no prescriben. En el caso de Gernika, el Parlamento alemán ya pidió disculpas a la villa en 1998.

Paula Azcarate, de 92 años de edad, es una de las supervivientes del ataque aéreo a Durango del 31 de marzo de 1937.I. Gorriti
Paula Azcarate, de 92 años de edad, es una de las supervivientes del ataque aéreo a Durango del 31 de marzo de 1937.I. Gorriti

 

Una de la mujeres que aún se duele del ataque indiscriminado sobre Durango es Paula Azcarate Bizcarguenaga, de 92 años. Ella sobrevivió al genocidio impulsado por el militar golpista Emilio Mola. Su testimonio ha sido desconocido hasta hoy y ella ha pasado desapercibida. Pero su historia atesora todos los elementos de una película: su padre fue denunciado por quienes le alquilaban la casa por ser del PNV y condenado a muerte; su tío fue el famoso abad Carlos Azcarate amigo personal de Franco y ella vivió medio siglo en la casa vicarial de las monjas de Santa Susana de Durango, aquellas religiosas víctimas del bombardeo.

Paula nació en Gaztelua, Abadiño, el 29 de septiembre de 1924. Es la segunda de cuatro hermanos. Primera curiosidad: “Mi padre era Francisco, pero murió cuando yo tenía dos meses, y mi madre se casó con el hermano de Francisco, Felipe, que tras cuatro años preso de Franco, volvió a casa mal de la guerra”, asiente quien se casó con Ciriaco Astorkia, de Iurreta.

Con 8 años, Azcarate fue enviada a servir a un caserío de Durango, de unos nacionalistas de Alienda. El 25 de septiembre de 1936 aviones fascistas arrojaron unas bombas sobre el frontón de Durango causando 12 muertes y heridos entre los milicianos. Otro artefacto cayó en una huerta y dos más en el ferrocarril. Los fallecidos tenían entre 18 y 32 años.

Como venganza, los republicanos sacaron a afines a la derecha de la cárcel y les fusilaron en el camposanto. “Yo les vi pasar. Iban rezando: ‘Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, líbranos Señor de todo mal”. Paula aporta datos que ningún investigador ha citado. “La primera en pegarles un tiro fue una miliciana, una de la CNT. Iban con un buzo azul y a las que íbamos a misa nos tiraban zapatos viejos desde las ventanas. ¡Insultaban! ¡Eran ‘malaaas’!”, valora y agrega que un joven, Zavala, salió vivo del paredón, pero “acabó muriendo”.

Seis meses después volvió la muerte, el bombardeo planificado sobre Durango, tras aviso del cubano Mola. Aquel 31 de marzo, fue “horroroso, no se puede explicar”. Ella, como su madre, acudieron al día de plaza. La niña llevaba leche a una familia y se encontró con su madre en Kurutziaga. Oyeron la sirena. La madre le dijo: “’Ume’, vete a casa, no pares. Cojo el burro y voy”. Paula se encontró con un amigo y vieron que “de Anboto venían aviones de tres en tres y con cazas”.

Al llegar al palacio Garai, miró al cielo: “Le dije, Faustino, están tirando papeles. Él me tiró al portal de Loizate. De pronto todo era humo, ruido, piedras por encima. Fuera no se veía nada, parecía de noche. Árboles caídos, todo roto”. Pensó que habían matado a su madre al ir a por el burro a la tienda de Eguen. “Vi a una mujer con una criatura sin pies debajo, muertas. Los burros muertos se hincharon, como un milagro”. Echó a correr hacia San Fausto y se encontró con una vecina ensangrentada. Una cantina de leche se le había incrustado en la cintura. “Me dijo: ‘Polita’, vete a casa y diles que me estoy muriendo”.

Azcarate se reencontró con la mujer con la que vivía. “Me besó y le dije que mi madre y mi tía que vivía con las monjas habrían muerto”. Pero no. Al mediodía vio a su madre encima del burro. Llegaba con una pierna curada por metralla. Les contó que “se había refugiado donde Eguen. De cuatro, murieron la hermana de María Eguen, la tía de Mancisidor y otra. Ella quedó viva”.

Por la tarde, segundo raid. “Volaban tan bajo que les veíamos las caras”. Paula y los suyos se refugiaron en una zanja de San Fausto con riachuelo. “De todo lo que apretamos contra el suelo yo creo que hicimos agujero. Caían casquetes de ametralladora. ¡Pánico!”. Y llegó la noche. Acompañó a una amiga a su casa de la Txantonesa, en Goienkalea. “Fuimos con una vela. Solo se oían llantos y lamentos. Todos buscando sus cosas, sus cadáveres”. Basilisa se llevó a su hija a Gaztelua. “Si morimos, todos juntos”, le dijo. A la dos monjas supervivientes, y otros parientes de Durango. Su padre, ferroviario, emigró con vacas a Amorebieta y acabó en Laredo.

Tras de las bombas

Se quedaron entre dos fuegos. “Los pobres gudaris escapaban como podían”. El abuelo hizo amago de irse pero todos se quedaron. Los de Franco ocupaban Durango: “Qué música, con banderas. Los primeros en entrar fueron moros con pantalones blancos y capa”. Los dueños de la casa les despacharon del inmueble. “Les decían a los moros que éramos rojos, que nos fuéramos como los de Rusia”. Esos días vieron a su tío, republicano, muerto en el cementerio de Abadiño. “Las pasamos canutas”.

Más aún cuando la Guardia Civil les requisó su casa y preguntaron por el padre. Le detuvieron por nacionalista en Astola. “Le dieron 3 penas de muerte, 3 denuncias falsas”. Le encarcelaron en Larrinaga, en un barco, en Burgos y Astorga. Según la familia no era gudari.

Felipe consiguió librarse de las penas de muerte porque su hermano era Carlos Azcarate, famoso fraile trapense de San Pedro de Cardeña. “Era carlista, muy amigo Franco, y tan dictador como él”, se ríe. Tras la detención de Felipe, al abuelo, “del disgusto”, le salió un bulto en la cabeza y murió. Fueron a vivir a Durango. “Yo, recién casada, al convento de Santa Susana”. Vivió allí hasta cerrarse. “Dicen que en el bombardeo murieron un total de 13 monjas -con la muchacha, Mari Bergara-, pero no, fueron 17. Algunas por la tarde cuando escapaban. Las bombas cayeron en el convento sobre la zona de las monjas. Los gudaris se libraron”.

La batalla de la propaganda internacional

La Guerra Civil se libró en el campo de batalla y en la esfera internacional. Irujo jugó un papel importante combatiendo con la verdad las mentiras de los fascistas.

Un reportaje de Luis Bilbao Larrondo

Paul Vignaux, profesor de La Sorbona y enviado especial del semanario intelectual católico francés Temps Présent, entrevistó en 1938, en plena Guerra Civil, al dirigente del PNV Manuel de Irujo. Según Vignaux, estaba sumamente agradecido a Temps Présent que le hubiesen permitido entrevistar a una persona de tanta valía democrática como Irujo, quien había desempeñado el cargo de ministro de Justicia y ministro sin cartera de la República, doctor en Filosofía y Letras, abogado de formación y a quien definió como un político consecuente y con una pasión rigurosa por el derecho y por la ley. Fue autor de varios libros sobre temas políticos y sociales además de miembro de la Sociedad de Estudios Vascos. Para Vignaux, Irujo fue un demócrata de enorme fuerza moral y personal, nacido para la paz, el trabajo y la ley civil. Pero Irujo tuvo otra faceta no tan conocida, como fue la de haber sido un gran defensor de la causa vasca y republicana en el ámbito internacional.

Suscitó una gran controversia en la prensa y en la sociedad inglesa un artículo titulado Inglaterra, Italia y España. El caso paz por negociación, publicado en The Sunday Times el 6 de noviembre de 1938, el cual estaba firmado por Scrutator. No se trataba de un articulista cualquiera sino que detrás de ese seudónimo estaba Herbert Sidebotham (1872-1940), uno de los periodistas y escritores de mayor autoridad y de más prestigio del Reino Unido en Política Exterior. Si Scrutator era su seudónimo en The Sunday Times, Candidus lo era, tanto en The Daily Sketch como en“The Daily Graphic. Student of politic, lo era en The Times y en The Daily Telegraph y Student of war en The Manchester Guardian. Fue autor de obras tan importantes para comprender la política exterior de Gran Bretaña, como England and Palestine, Pillars of the state, Political profiles from British Public Life, Labour´s great li” o The sense of things. En este artículo no solo analizó las consecuencias del Pacto de Múnich o el por qué Italia intervino en la guerra de España sino que también porque al Comité de No Intervención lo tachó de haber resultado ser todo un embuste a favor de Franco, porque baste recordar que sus aviones lo mismo bombardeaban ciudades abiertas que barcos ingleses. Sostuvo Scrutator que la cuestión práctica de todo esto no pasaba sino por dar con el mejor procedimiento para resolver el problema español. En uno de los apartados del artículo sostuvo algo muy importante para los vascos, y es que llegó a afirmar que existía otro argumento para lograr la paz por medio de la negociación y ese camino era el de la Solución Federal. Porque, subrayó, que en la Península Ibérica existían cuatro Españas: País Vasco, Galicia, Cataluña y el resto.

Autodeterminación Es más, en otro apartado titulado Home rule o gobierno propio, defendió que el principio de autodeterminación era indudablemente aplicable a los vascos, un pueblo históricamente único, cuyo derecho a disponer del Home rule fue incuestionable hasta hace cien años. No existía entre ellos el comunismo -como gobierno- y la piedad católica se desarrollaba en paz, con libertad y progreso. A los catalanes también tachó de ser compromisers -propensos a la avenencia- por naturaleza y sus elementos extremistas eran de fuera, de otras partes de España.

En ese mismo diario, se publicó una carta al editor de The Sunday Times, el 27 de ese mismo mes, escrita por P. H. Hemingway, de Southampton, quien alabó el artículo de Scrutator al que tachó como admirable. Sin embargo, puso en duda que Franco fuese llamado campeón de la religión, cuando no había titubeado en aplicar las medidas más extremas contra el viejo e histórico pueblo vasco. Gernika y Durango le traían a la mente escenas salvajes sin igual. Acto seguido nombró a otro periodista español, Chaves Nogales, autor de A sangre y fuego, quien se mostró sincero con la desagradable afirmación para los facciosos de que “el terror blanco fue tan brutal como el terror rojo”. Tal vez, sostuvo Hemingway, el lector inglés estuviese, por encima de otras cuestiones, interesado en saber, “qué era lo que piensan las mujeres y niños de las ciudades bombardeadas”. ¿Esa era la tan cacareada generosidad de Franco? Hemingway no solo había echado por tierra buena parte del argumento de los sublevados sino que a tenor de quien respondió, quiere decir que dichos comentarios hicieron mucho daño en la causa facciosa.

El 11 de diciembre de ese año, el marques Merry del Val, antiguo embajador de España en Gran Bretaña publicó un artículo titulado España y los vascos en cartas al editor de The Sunday Times. En él arremetió en términos muy duros e inhumanos y basados en toda una sarta de mentiras contra Hemingway y los vascos, defendiendo a Franco y a los sublevados. Lo hizo así porque al parecer no tuvo agallas de hacerlo contra Herbert Sidebotham, intelectualmente muy superior, y a quien le precedía su intachable reputación y también por miedo a que todos los medios de prensa en los que escribía Scrutator hicieran campaña contra los sublevados de Franco. No se entiende de otra forma, porque más lacerante que lo dicho por Hemingway, para los facciosos, tuvo que ser, sin duda, lo que Scrutator había llegado a afirmar sobre el derecho de autodeterminación de los vascos.

La ‘fábula’ de Gernika El marqués, no obstante, empezó por acusar a los vascos con toda una serie de falsos argumentos: desde que Irujo y Monzón habían sido cómplices de varios asesinatos, a que el bombardeo de Gernika fue una fábula, una invención y que el de Durango ocurrió por culpa del Gobierno vasco. Dejó caer, que ni tan mal para los facciosos, ya que en su mayoría las víctimas habían sido nacionalistas vascos. Sostuvo que el que fuesen mujeres y niños no fue sino consecuencia de la guerra moderna.

Irujo respondió a estas graves acusaciones desde The Sunday Times del 14 de ese mes. Sobre el que hubiera tantas ideologías en Euskadi, le respondió que fue debido a que Euskadi era una democracia que respetaba celosamente la libre expresión de ideas. Irujo exigió que se retractara de sus acusaciones y el 25 de ese mes, en otro artículo, el marqués se retractaba, no solo de las acusaciones hechas a Irujo y a Monzón sino que también de aquella otra, de que las mujeres que estuvieron en los barcos cárceles de Bilbao, -que ya lo estaban antes de que el Gobierno vasco se instituyera-, no fueron asesinadas como él dijo, sino que fueron puestas en libertad inmediatamente por la Cruz Roja en Francia, gracias a la gestión del Gobierno vasco. Irujo aportó pruebas materiales de las matanzas de curas vascos por las tropas de Franco (Le Clergé basque. Chez H.G.Peyre, París), así como testimonios escritos del Dean de Canterbury y de la Comisión Inglesa en Durango, testigos en primera línea del brutal bombardeo. Aportó pruebas de la existencia de 60.000 mujeres, sacerdotes y hombres del País Vasco en campos de concentración y prisiones de Franco, de cómo 14.000 vascos fueron asesinados tras las líneas por los franquistas y que un año después de haber caído el País Vasco seguían siendo ejecutados.

De hecho, aportó las listas de fusilados, pueblo por pueblo, avaladas por la Comisión de Canje de Prisioneros y por sir Philip Chetwode. De la exquisita conducta de los dirigentes vascos, con todos, sin exclusión, aportó las cartas de los embajadores de Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Francia y Estados Unidos que así lo atestiguaron. Proporcionó incluso cartas de amigos facciosos del marqués que agradecían a Irujo y al Gobierno vasco el haberles salvado la vida a riesgo de perder la suya, tales como monseñor Gandasegui, monseñor Egino, Hernando de Larramendi o el conde de Romanones. Irujo acreditó también documentación que demostraba que el obispado español había servido a la rebelión militar.

Irujo, para entender la poca catadura moral de los facciosos, aportó como información una carta, que explicaba cómo, pocos meses antes, varios periodistas ingleses y un informador en San Juan de Luz, tuvieron conocimiento de una reunión del duque de Alba, junto a Areilza, Ibarra y el Dr. Marañón en la que se quejaban amargamente de que los vascos hubiesen hecho cambiar la opinión internacional hacía la República porque les había impresionado profundamente, a los políticos y medios de países como Francia o Gran Bretaña, la personalidad del lehendakari Aguirre. Las noticias para los facciosos no eran nada buenas porque a esas alturas las ayudas económicas, gracias a la influencia de los vascos en toda América, iban mayoritariamente hacia el Gobierno vasco y la República. El Dr. Marañón propuso como venganza, organizar una campaña contra los vascos. El duque de Alba expresó su pesimismo respecto de Inglaterra, sabedor que el Foreing Office abogaba por la solución federal frente a la monarquía, por ser esta una mejor solución para los británicos. Quedaron los allí presentes, en maquinar una campaña de difamación contra el lehendakari Aguirre, acusándole de ladrón y de llevar una vida licenciosa. Así actuaba esta gente, según Irujo.

Mr. Jack Leche Irujo se entrevistó poco después con el editor de The Sunday Times y le acompañó el diplomático Mr. Jack Leche quien había actuado como agregado comercial de Gran Bretaña en España, con quien trabajó en la Comisión de Canje de Prisioneros y que sería poco después nombrado nuevo embajador inglés en Guatemala. Este diplomático, amigo de Irujo y de su familia, que se declaró siempre amigo de los vascos, también se ofreció ante el editor de The Sunday Times a testimoniar la verdad de Irujo, tanto por carta como personalmente. El editor se quedó muy impresionado porque este diplomático poseía un bagaje y una reputación fuera de toda duda en el Foreing Office. De esta forma, detuvieron las mentiras del marqués y que siguiese difamando y mintiendo en otros medios. Es más, Irujo y los vascos se habían ganado al gobierno de los conservadores. De hecho, Jack Leche creía que era el mejor momento para propagar por Gran Bretaña la causa vasca y republicana. El diplomático inglés contó ante los presentes, que cuando pasó por Biarritz, un grupo de facciosos -entre ellos estaba algún hijo del marqués- le comentaron: “Menuda pretensión la de estos vascos y catalanes, ¿por qué no han de ser iguales que los restantes españoles?” Él les contestó: “Pues señores, por la sencilla razón de que no son españoles, a nosotros nos costó demasiado comprender esta situación en Irlanda para que la olvidemos mirando a España”. Mr. Leche le dijo algo más al editor de The Sunday Times, y fue que Merry del Val estaba totalmente desacreditado en el Foreing Office y que si el marqués tuviera treinta años menos y se encontrara con él en las calles de Londres, le daría dos guantazos por difundir tantas mentiras contra los vascos. Los vascos y por ende la República, habían ganado aquella batalla de la propaganda internacional.

Euba, pertsonaia aipagarriak eta euskararen sustatzaileak

Duela hirurogei urte Eubara hamalau pasiotar iritsi zirenetik, hamaika pertsona arduratu da bertan sortu zen proiektua aurrera ateratzen, bere arima izan direlarik

Gregorio Arrienen erreportajea

aurreko idazki batean DEIAn Eubako 60 urteko historiaren lerro nagusiak azaldu baziren ere, egoki iruditzen zait lan hau osatzea, aparteko lana egin zuten hezitzaile-talde eta pertsonaia aipagarri batzuei buruzko datu berriak gehituz. Dudarik gabe, beraien heziketa-lanaren fruiturik baliotsuena Eubako geletatik igaro diren ikasleak dira: ikasle ohiak dira ikastetxearen emaitzarik oparoena.

1956an Eubara iritsi ziren lehen hamalau pasiotarrak, itzelezko eraikin dotore eta erraldoia aurkitu zuten bertan, baina edozein erakunderen hastapenetan gertatzen den bezala, inauguratu berri zen ikasturtea aurrera eramateko hezkuntza-komunitate batek behar zituen baliabideen eta baldintza egokien gabezia zen nagusi. Baina talde haren egokitze-gaitasunak oztopo guztiei egin zien aurre. Pasiotarren lehen talde hura honako hauek osatzen zuten: Balendin Mendibe (nagusia) Leonides Otegi (espiritu-zuzendaria eta irakaslea), Gabino Zugazaga (prefektua eta irakaslea), Asensio Belamendia (prefektuaren laguntzailea eta irakaslea), Lorentzo Iza, Jose Mª Larrarte, Koldo Sarasola, Jose Mª Garijo, Isaak Calle irakasleak eta Feliziano Gerrikabeitia, Blas Barinaga, Martzelo Jaio, Pablo Areitioaurtena eta Andres Gezuraga anaiak, azken hauek obren, soroen, sukaldearen, jostundegiaren, garbitegi zerbi-tzuen… ardura zeramatzaten. 1956ko irailaren 14an inauguratu zen Eubako Apaiztegia.

Ehunen bat ikaslerekin lan egin behar zuen Eubako lehen hezitzaile-talde hartan, irakaskuntzan eskarmentu handia zuten eta euskal kulturan paper adierazgarria izango duen jendea zegoen; adibide bat Jose Mª Larrarte da: hezitzaile handia eta euskararen ikastuna, Bidegileak bildumaren pertsonaietako bat da. Frankismoaren urte gogorretan, euskara sakontasunez eta gogo beroz landu zen Eubako geletan.

Ikasturteak aurrera joan ahala, ikasleriaren kopuruak gora egin zuen, eta irakasle berriak gehitu ziren: Kamilo Letamendi, Miguel Blanco, Jabier Gallastegi, Luis Lopategi, David Arrieta, Rosendo Díaz, Jesus Mª Iturrioz, Martin Camino, Eleuterio Larruskain, besteak beste. Gabiriako garaietatik Miguel Blancok literaturan eta, orokorrean, didaktikan erabiltzen zituen metodo berritzaileengatik nabarmendu zen eta Euban bide berberari ekin zion.

Aipatutako irakasleen ondora, goi mailako musika irakasleak heldu ziren: Jesus Etxeandia, Alfonso Mª Aizkorbe, Gregorio Paredes eta beste batzuk.

Egunero egin behar ziren lanen aniztasunak eta kopuruak gora egin ahala, anaia pasiotarren zenbakiak ere gora egin behar izan zuen: Julian Gerrikagoitia, Isaak Irazabal, Luis Zarrabe, Plazido Gojenola, Luis Mª Lauzirika… etorri ziren Eubara.

Apaiztegiaren garaian, Nagusiak zuen aginpidea eta bere eragina pertsonengana eta etxeko hainbat alorretara heltzen zen: lan handiak egin ziren ikastetxearen baldintzak hobe-tzeko. Horrela, Karlos Lizarragaren agintea, 1966-69 urteen artean, kon-tzilioaren osteko aldian, une mugitu eta berritzaileetakotzat hartzen da: Apaiztegian egin ziren lanez gain, bere garaian 4. eta 6. mailetako errebalidak eta PREU ezarri ziren. Ikasturtero handitzen zihoazen hezkun-tza-beharrizanei erantzuteko, irakasle laikoak kontratu ziren: natur zien-tziak, matematikak eta hizkuntzak irakasteko irakasleak izan ziren.

1956 eta 1969 urteen artean, nagusi, zuzendari, irakasle eta anaien artean, berrogeita hamar pasiotarretik gora igaro ziren Eubatik. Ikasleen kopurua 1.029 ingurukoa izan zen.

JENDE BERRIAREN ETORRERA 1969-70 ikasturtean aldi berri bati eman zi-tzaion hasiera Euban: Apaiztegia San Gabriel Ikastetxe bihurtu zen, gehienbat bokazio, erlijio eta soziokultural arrazoiengatik. Urte horietan nagusiak izan zirenak -Atanasio Amundarain, Jose Jabier Armendariz, Fermin Iraolagoitia…- instalazioetan zein ikasketetan burutu ziren berrikun-tzen arduradunak eta, aldi berean, lekukoak izan ziren, eta azkenean ikastetxearen errekonozimendu ofiziala eta OHO (EGB), BBB (BUP) eta UBI (COU) ezartzea lortu zuten. Asko izan ziren ikastetxe berriaren hastapenetan lan gogor eta adoretsua egin zutenak: J. B. Belamendia, Dositeo Aldai, Jose Jabier Armendariz, Jabier Gallastegi, Kalixto Uriarte eta beste batzuk.

Ikastetxearen irakasle zerrenda osa-tzeko, 70eko eta 80ko hamarkadetan irakasle berriak etorri ziren Eubara: Felix Zubiaga, Gregorio Arrien, Luis Elordi, Paskual Barturen, Sabin Barruetabeña, Juan Miguel Saez de Lafuente, Juan M. Santamaria, Javier Areitioaurtena, Jesus Goikoetxea, Esteban Aurre, Jose Antonio Garro, Luis Antxia, Jose Larruskain… Eman behar zituzten ikasgaiak irakasteko eta lanak eskatzen zituen helburuak betetzeko gaituta zeuden denak. Aldi horretan, gora egin zuen irakasle laikoen -gizonezkoak zein andrazkoak- kopuruak, eta epe laburrean klaustroaren gehiengoa osatu zuten.

Aipatutako pertsonaien artean, honako bi hauek nabarmentzea merezi dute: Kalixto Uriartek eta Sabin Barruetabeñak. Arlo ezberdinetan aritu ziren, baina oso maite zituzten eta oroitzapen ikaragarri ona utzi zuten lankideen eta ikasleen artean.

Kalixto Uriarte (1930-1996), Zuzenbidean lizentziaduna zen. Irakasle, disziplina prefektu eta kiroletako arduraduna izan zen Euban. Denbora eta lan gehiena kirolen antolaketara bideratu zuen: batez ere futbolera, saskibaloira eta pilotara. Edozein atsedenaldi egokia zen kirol lehiaketak antolatzeko. Bere garaian lortu ziren kirol arrakastez gain, pedagogian oinarrizkoak ziren balioak landu zituen: esaterako, ikasleen arazoekiko enpatia, aditasuna eta interesa.

Sabin Barruetabeña (1934-2005) euskara batuan eta euskalkietan aditua zen. Ezagutzen zutenek beti azpimarratzen zuten bere euskara maila. 1977 eta 1993 urteen artean, San Gabriel Ikastetxeko eta Lauaxeta Ikastolako irakaslea izan zen. Zenbait idazkiren egilea bada ere, bere lanik nabarmenenak itzulpengintzan egin zituen; gustukoen zuen arloa zen eta denbora gehien dedikatu zuena. Goi mailako itzultzailea zen. Ekarpen handiak egin zituen parte hartu zuen erakunde eta lan-taldeetan: Radio Popular, Euskara Pausoak, Pasiotar Euskal Pastoral Elkartea, Ibaizabal Argitaletxea… 80ko hamarkadaren lehen zatian idazki asko argitaratu zituen DEIA egunkarian; ugariak dira Redención eta Angosto aldizkarietan egiten zituen kolaborazioak.

JARDUNEAN DAUDEN PERTSONAIAK Urteak aurrera joan ahala, pasiotarren Komunitateak beherakada izan du, kideen kopuruari dagokionez, baina hori ez da izan oztopo euskal kulturaren eta euskararen inguruan lan egiten jarraitzeko. 2006ko abenduan Bizkaiko Foru Aldundiak Lauaxeta Saria eman zion Eubako pasiotarren Komunitateari, euskararen eta euskal kulturaren alde egindako lanagatik. Sari hau ematerakoan kontuan hartu ziren: Eubako Komunitatearen euskararen aldeko urteotako lana; euskaraz egindako predikua eta liturgia-zerbitzuak; pasiotarrek idatzitako liburuak eta argitaratzeak. Hainbat irratitan egindako lanak, Bidea.net web orria, sortutako beste erakunde eta ekintza batzuk: Ibaizabal argitaletxea, Orue aldizkaria, Karramarro aldizkaria, Lauaxeta Ikastolaren lana …

Jarraian aipatzen diren autobiografietan azaltzen dira gaur egun Euban bizi diren pasiotarren ibilbide profesionala eta Eubako errealitatea isla-tzen du:

ANDRINUA LARIZ, Martxel: Bolibarren (Bizkaia) 1930ean jaioa. 1961ean Euskaltzain urgazle hautatua. Alfontso Irigoienekin batera bertsolari txapelketaren eratzaile eta epaimahaikoa. Eubako Euskal Jaien (1957-77) era-tzailea. Lau antzezlan idatzi ditu. 1956an hasita gaur arte etengabeko predikaria izan da Hego Euskal Herrian. Hainbat irrati eta aldizkaritan lan egin du. Bilboko Elizbarrutian gotzain bikario-ordezkaria (1973-1984). Pasiotarren artean kontseilari eta erretore. 1997tik Bizian Gora adinekoen mugimenduaren kontseilari euskal alderdian. 12 liburu ditu argitaratuak.

2007an omenaldia jaso zuen aita Martzel Bertsolari liburua oparituz.

ZUBIAGA, Felix (1932): Humanidadeak (1948) egin zituen Elizako Apaiztegi Txikian, eta Filosofia eta Teologia (1953) Apaiztegi Nagusian. Erromanika ikasketak egin zituen Deustuko Unibertsitatean (1976) eta bere tesiaren izenburua: Unamuno y las Lenguas Peninsulares. Bere erakarpena: Vascuence, inconsciente coletivo (2005).

Doktorego Ikasketak Deustun egin zituen (1999) eta tesiaren izenburua: Vascuence y Mitoanálisis (2000) Ez onartua. Zehaztasun gehiago Amarekin topo (2011).

Euskeraren inguruko lanak argitaratu ditu, Redención Idazkaritzan (1963), Redención-Ikastola (1977), Maisutza Lauaxeta Ikastolan (1977) Ikasketa gaiak Euskara, Artea, Irakurketak, Ipuina, Teatroa, Poesia, Elaberria, Eleiker Bloga, Eleiker mitoanalisiaren jarraipena eta ikerketa honen azken titulua Ama Eskolako Hizkuntza Bakarra (2016).

Jaio, Jabier: Iurretan jaioa (1951). 1962an Gabiriako Apaiztegira joan zen eta hurrengo urtean Orue-Eubakora, batxiler ikasketak egitera. Urte haietan Apaiztegian euskara irakasten zen eta hantxe alfabetatu zen. PREU Irunen eta Filosofia-Teologia ikasketak Gasteiz eta Deustun burutu zituen. Abadetu ondoren, Lauaxeta Ikastolan erlijio klaseak ematen zituen eta pastoraltzan parte hartzen zuen. Orue, Berriz, Elorrio eta gaur egun Zornotzan dabil pastoral lanean. Laiko batzuen laguntzarekin, 10 urte dira Bidean.net webgunea sortu zuela eta eguneratuta jarraitzen du bizkaieraz, batuaz eta gaztelaniaz, batez ere pasiotar gaiak eta liturgiako hainbat arlo eskainiz.

LARRUSKAIN GARITAGOITIA, Jose: Markina-Xemeinen jaio zen 1939an. Soziologian lizentziaduna eta EGA tituluduna. Gazte-gaztetatik irakaskuntzan jardun da. Irakaslea izan da Cajicá-ko (Kolonbia) ikastetxean; Erlijio irakaslea Erandioko Konpasionisten Ikastetxean, Balmasedako Maristetan eta Lauaxeta Ikastolan. La Paz-eko ikastetxeko (Dominikar Errepublika) zuzendaria ere izan zen.

Pastoralari dagokionez, Medellineko (Kolonbia), Deustuko San Felizisimoko, Iurretako eta San Sebastiango (Puerto Rico) koadjutorea izan da. Espainiar emigranteen kapilaua izan zen Parisen, eta La Pazeko (Dominikar Errepublika) eta Traslaviñako (Balmaseda) erretorea.

ARRIEN, Gregorio: Kortezubin jaioa (1936). Historian doktorea. Irakaslea izan da Eubako San Gabriel Ikastetxean eta Lauaxeta Ikastolan. Bere ikerketa lanak hiru arlotara bideratu ditu: hezkuntza Euskal Herrian; erbesteratze politikoa: bereziki ume euskaldunen ebakuazioa, eta pasiotarren kongregazioaren historia.

Erbesteratuen oroimenak (2013) lanean biltzen da erbesteratzeari buruz argitaratu dituen liburu gehienen zerrenda, baina gai horri buruzko lanik onena eta osoena bere azken liburua da: ¡Salvad a los niños! Historia de los niños vascos en Gran Bretaña (2014). Zenbait errekonozimendu eta sari hartu ditu, esaterako 2008ko Urrezko Luma.

El gudari burgalés del Batallón Gernika

Miguel Arroyo es el último gudari superviviente localizado del grupo que participó en la segunda Guerra Mundial

Franck Dolosor

el documental Batallón Gernika, esperanza de libertad 1945-2015, dirigido por Iban González y producido por Baleuko, sigue proporcionando sorpresas inesperadas. La película narra la historia de la brigada creada por el Gobierno vasco en el exilio para ayudar a los aliados en la lucha contra los nazis que tenía lugar en Francia. La unidad militar vasca participó en la liberación de la comarca de la Pointe de Grave, en el Médoc, cerca de Burdeos. Durante los combates que tuvieron lugar en abril de 1945, pocos días antes del armisticio, cinco gudaris murieron y una veintena resultaron heridos.

Arroyo en su casa de Angelu enseña una caja en la que guardaba balas para Ordoki.Foto: F.D.
Arroyo en su casa de Angelu enseña una caja en la que guardaba balas para Ordoki.Foto: F.D.

Durante la grabación del documental protagonizado por Francisco Pérez, gudari navarro afincado en Irun, otro miembro del Batallón Gernika se sumó al proyecto: José Ramón Aranberria, Matxote, natural de Ondarroa y vecino actualmente de Getaria. A medida que el documental avanzaba surgió la esperanza de que otros miembros de la unidad o sus familias, cuyo paradero se desconocía, pudieran aportar sus recuerdos y experiencias. Y así ocurrió. El donostiarra Javier Brosa, afincado en México, contactó con los responsables del documental una vez estrenado. En otros casos han sido las familias de combatientes ya fallecidos quienes se han sumado. Gracias al documental, la familia del gudari donostiarra Antón Mugica ha conocido por fin cómo fueron sus últimos días. Con tan solo veinte años, el primer día del combate de la Pointe de Grave, falleció al pisar una mina. Sus hermanos Guillermo y Carmen tan solo sabían que desapareció en 1945 y que nueve años más tarde el Gobierno francés les informó de su muerte. Siete décadas más tarde han podido localizar y visitar la tumba de su hermano.

Hace unos días, tras una proyección pública del documental en el Museo Vasco de Baiona, un hombre de edad avanzada se levantó, y ante la sorpresa de los asistentes, explicó que la película contaba… “la verdad”. Se trata de Miguel Arroyo, nacido en Burgos en junio de 1924. “Yo estaba ahí y así lo vivimos. ¡Era soldado y fui uno de los colaboradores más cercanos del comandante Ordoki!”

A finales de los años 20 la familia Arroyo llegó a Bilbao, donde se afincó en el número 23 de la calle Uribarri. El monte Artxanda no tenía ningún secreto para un jovencísimo Miguel, que aún recuerda que dos bombas cayeron en la capital vizcaína el día del bombardeo de Gernika. En Uribarri, una casa quedó destruida y los vecinos se refugiaron en un túnel de la cercana vía férrea. Pocos días después, su madre y él subieron a un barco en Santurtzi con rumbo a Iparralde y se afincaron en Baiona. Su padre y sus cinco hermanos se quedaron en Bizkaia. Una de sus hermanas, que era comunista, se trasladó a Rusia mientras su hermano Ramón fue asesinado en circunstancias todavía desconocidas. Ochenta años después, Miguel no puede contener sus lagrimas al recordar el sufrimiento de su familia durante los años de la guerra.

En 1944 se apuntó en Burdeos junto a un amigo para combatir como voluntario en la Segunda Guerra Mundial. Las autoridades galas le mandaron a la localidad bearnesa de Caresse, donde Ordoki estaba creando la brigada vasca. Arroyo, que sigue definiéndose como apolítico, recuerda sobre todo el espíritu de camaradería que reinaba entre los miembros del Batallón Gernika.

“Los alemanes eran más fuertes porque iban mejor armados y en un primer momento consiguieron resistir gracias a sus impresionantes búnkeres”, precisa el gudari. “No sé si maté a alguno, no me acuerdo, disparas tanto que ya no sabes. Ordoki era parco en palabras y nunca hablaba de política. El sargento Carlos Iguiniz, también irundarra, siempre le acompañaba. Al principio, no teníamos buen armamento pero luego nos dieron morteros con los que pudimos destruir las posiciones alemanas en la carretera que conduce hacia Soulac. Yo siempre estaba entre los primeros hasta el final de la Pointe de Grave donde se rindieron muchos alemanes. Desde el comienzo, dos prisioneros alemanes nos acompañaron y nos ayudaban a reparar el armamento y los teléfonos”.

Arroyo salió ileso del combate pero no oculta que pasó mucho miedo. También fue testigo directo de la muerte de los gudaris Iglesias y Mugica. “Han pasado muchos años, pero me acuerdo de todos. Antonio Arrizabalaga me traía las municiones y luego pudimos llegar hasta el final de la Pointe de Grave siguiendo la vía férrea. Ahí, el ejercito francés comenzó a tirar hacia nuestra posición porque no pensaban que nadie había podido avanzar tanto”.

Miguel Arroyo es una fuente inagotable de anécdotas. Cuenta que el teniente eibarrés Andrés Prieto le castigó por haberse quedado un día más de lo previsto en Baiona con su madre. “Prieto era simpático pero quería mandar”. Y también recuerda la visita y el concierto que el célebre cantante Luis Mariano ofreció a los gudaris durante los combates en el Médoc.

Tras la liberación de Francia, el burgalés no participó en desfile del Batallón Gernika en Burdeos y tampoco en el posterior entrenamiento militar que supervisó el jeltzale Primitivo Abad en el castillo de Rotschild, en las afueras de París. “Teníamos que haber seguir luchando contra Franco pero fuimos desmovilizados”, recuerda el gudari. Las autoridades le dieron mil francos y le mandaron a Chiberta, en Angelu (Anglet). Desde allí trató de reunirse de nuevo con su familia en Bilbao, pero al entrar en Gipuzkoa fue detenido y le mandaron a hacer el servicio militar a Gasteiz. “Me consideraban como desertor, pero yo no era un asesino sino un soldado”. En los años cincuenta, Miguel consiguió la nacionalidad francesa y pasó a llamarse Michel Arroyo. Gracias a su nuevo estatus pudo volver a Bilbao a visitar a sus familiares sin temor a la represión franquista.

“No soy vasco, pero lo hice de todo corazón” aclara el gudari de 92 años, que también ayudó a varios ingleses a pasar la muga desde Iparralde hacia Gipuzkoa. “También pasé mucha información de un lado a otro. Tenía el pelo largo y escondía papeles en las orejas” dice sonriendo. Cada año, el Gobierno francés le concede una ayuda de 600 euros para agradecer su participación en la lucha contra los nazis.

Arroyo, que dirigió durante años una empresa de fontanería en la capital labortana, goza de su jubilación junto con su mujer y sus cuatro hijas cerca del puerto de Angelu, en el chalet que construyó él mismo y que lleva el emblemático nombre de La Roseraie. Un nombre simbólico, el del hospital que el Gobierno vasco en el exilio abrió en Bidarte para acoger a los heridos y civiles que huían de la Guerra Civil.