Los 126 milagros de la Virgen Negra de Rocamadour

Cuentan que los monjes Benedictinos escribieron en el año 1172 los 126 milagros realizados por la Virgen Negra de Rocamadour, en la Vía Podense o Camino de Le-Puy-en-Velay, en Francia. En realidad, Rocamadour no es un lugar de obligado paso de caminos de Santiago, aunque muchos peregrinos y peregrinas se acercan desde el Camino de Le Puy  para rezar sus plegarias a la Virgen Negra y visitar el mágico conjunto, formado por siete santuarios, un castillo y una monumental escalera de 260 peldaños, por la cual abundantes pecadores suben de rodillas como penitencia para conseguir que su petición se haga realidad. Desde la ruta de Le Puy se camina a Rocamadour desde Figeac por el GR-6 (https://es.wikiloc.com/rutas-outdoor/figeac-rocamadour-gr6-3080821) después de 47 kilómetros, dividiendo el recorrido en dos etapas; hasta la localidad de Thémines (24 kilómetros) donde hay dos albergues y la siguiente hasta Rocamadour. Luego, para retornar al camino Le Puy se toma el GR-46 hasta Labastide-Murat y Cahors. 


Según cuentan, los benedictinos fueron los que comenzaron a divulgar que Zaqueo de Jericó, después de la muerte de Cristo, se estableció en la ladera del río Alzou fundando una capilla que se llamó Roca de Amadour, la cual, pasados varios siglos, cayó en el olvido quedando sólo el Santuario de la Virgen, hasta que en el siglo X se descubrió el cuerpo integro del anacoreta San Amadour, motivo por el que se activó la fama del lugar, convirtiéndose en un lugar de peregrinación. Los benedictinos en 1172 redactaron los 126 milagros realizados por la Virgen Negra y convirtieron a Rocamadour en un lugar de paso obligado para los peregrinos y peregrinas que cruzaban Europa siguiendo los caminos de Santiago.

Entre los 126 milagros que se atribuyen a la Virgen Negra de Rocamadour, se puede destacar el número 36 «La mujer que no pudo ser ahogada» correspondiente a Sancha Garcés, hija de García Ramírez y hermana de Sancho el Sabio, reyes de Navarra. Cuenta la leyenda que la infanta navarra enviudó de Gastón de Bearne, señor de la histórica región francesa de Bearn, estando encinta, situación que alegró a los bearneses, pero a los 40 días la infanta abortó y fue acusada de haber dado muerte a la criatura y condenada a sufrir «la prueba del agua». Así, Sancha de Navarra fue atada de pies y manos a un escudo de acero y arrojada al río Grave. Sin embargo, la infanta invocó el auxilio de la Virgen, a la cual puso por testigo de su inocencia, cuando ante el asombro de los bearneses, el escudo flotó sobre el agua deslizándose hasta la orilla donde quedó posada sana y salva. Los bearneses la llevaron a su palacio y Sancha, en agradecimiento a la Virgen, confeccionó un precioso tapiz que entrego a Geraud, el abad de Rocamadour, que regresaba de Compostela.

Rocamadour es un pueblo enclavado sobre una peña de 150 metros de altura, con las casas y los santuarios construidos en la misma piedra a lo largo de esa pared sobre el río Alzou, que durante siglos ha sido un lugar de peregrinación de santos como, Santo Domingo Guzmán y San Bernardo, además, de personajes famosos como Enrique II de Inglaterra, Luis XI de Francia, Alfonso III de Portugal, Blanca de Castilla y Henri Plantagenêt, padre de Ricardo Corazón de León, que viajó hasta allí en 1159 para agradecer a la Virgen Negra su curación. La Virgen Negra es una talla de madera del siglo XII, ennegrecida por el humo de las velas y cubierta de exvotos.

Sobre la tumba de San Amadour se encuentra, clavada en la roca, la espada Durandal de Roland, el cual, herido de muerte en la batalla de Orreaga Roncesvalles, hizo sonar el olifante para pedir ayuda a su tío Carlomagno, que nada pudo hacer por su sobrino. Pero Roland, antes de morir, encomendó al arcángel San Miguel su sagrada espada, lanzándola con todas sus fuerzas a los cielos del Pirineo, hasta que llegó a clavarse en Rocamadour. 

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