Cuentan que en el Camino Francés en el alto del Perdón los peregrinos y peregrinas encuentran la Fuente Reniega, que si bebes su cristalina agua, según dicen, desaparecen las tentaciones de abandonar el Camino de las Estrellas, aunque en los últimos veranos el manantial se encuentra seco. A los caminantes todavía les restan setecientos kilómetros hasta Santiago, sobre todo, porque después de subir hasta la cima donde se encuentran las esculturas del alto del Perdón (en la foto), no es de extrañar que algunos piensen en abandonar su viaje a Compostela. La leyenda narra la aparición de Satanás a un sediento peregrino que, agotado, busca un poco de agua para continuar su camino; esta historia se repite, con diferentes acepciones, a lo largo de los numerosos senderos jacobeos, presentando a Lucifer como un agudo «embaucador de almas» cuando los viajeros atraviesan un puente, una montaña o, simplemente, una encrucijada de caminos.
simpático anciano dispuesto a ayudar al peregrino o peregrina.
—-Se te ve cansado ¿quieres agua peregrino?
—-Sí, la necesito…
—Aquí cerca hay una fuente de la que brota un agua fresca y cristalina, pero hay que pagarla.
—-No me importa, tengo dinero
Era el momento esperado por el diablo para darse a conocer y ofrecer agua a cambio del alma del caminante, pero, en este caso, el peregrino se negó e intentó encontrar la Fuente Reniega hasta que exhausto se echó en un recodo del camino para abrigarse del abrasador sol, cerrando sus ojos y esperando a la muerte, mientras Lucifer se desvanecía en medio de una nube de azufre.
El peregrino en sus sueños advirtió la presencia de un caballero montado en un caballo blanco, el cual golpeó con su espada la peña sobre la que estaba acostado, de donde brotó un agua fresca y cristalina, que sació la sed del peregrino.