Las cuevas de las cárcavas del pueblo granadino del Marchal fueron refugio de los republicanos

Cuentan que en el Camino Mozárabe, en el pueblo granadino del Marchal, se encuentran las cuevas de las cárcavas, unos refugios que fueron utilizados por los republicanos para ocultarse de los falangistas al final de la «guerra española de 1936». Hoy en día, las cuevas del Marchal han cambiado con los años y, ahora, muchas se usan como vivienda; porque las especiales características del terreno permiten ser excavadas y mejoradas sin excesivas dificultades, son impermeables, bastante seguras y siempre mantienen una temperatura en su interior de unos 18 grados centígrados. Todas estas características han dado lugar a la denominación de un «hábitat troglodita» cuyo origen se sitúa en la Edad Media como consecuencia  del asentamiento de la servidumbre que acompañó a los ejércitos en la conquista de Granada.


En realidad, esta comarca del Valle del río Alhama, que comprende los pueblos desde Guadix a Purullena, Marchal y Baños de Graena, no cayeron en manos de los fascistas hasta marzo de 1939. Es significativa la historia de Manuel Valenzuela Poyatos, alias El Peleón, secretario judicial de Marchal, nacido en una familia de campesinos pobres, trabajador honrado y obstinado defensor de las injusticias, que castigaban a su clase social; era, además, un socialista comprometido con la causa republicana, que después del golpe fascista del 18 de julio asumió la responsabilidad de secretario del ayuntamiento y con su intermediación varios de los «derechistas» del Marchal (incluido el cura) salvaron su vida.

Pero al final de la guerra, tras la derrota, Manuel fue perseguido por los falangistas y, aunque intentó huir, decidió regresar a su pueblo junto a su esposa Mercedes y sus cinco hijos a quienes veía todas las noches a escondidas. Así pasó un tiempo El Peleón oculto en las cuevas de las cárcavas junto a otros compañeros hasta que los fascistas los localizaron y llevaron a la cárcel, instalada en la Azucarera de San Torcuato de Guadix, donde fue acusado de cargos falsos, denunciado por algunos a los que había salvado anteriormente, siendo condenado a la pena de muerte por el delito de auxilio a la rebelión.

Enfermo y sin poder ver a su familia estuvo detenido nueve meses en Guadix hasta que en la madrugada del 12 de enero de 1940 fue fusilado en la tapia del cementerio de Guadix junto a cuatro compañeros: José García Mesa, Gabriel Hernández López, Antonio Madrid Arenas y José Ordóñez Gutiérrez.Todos ellos fueron arrojados a la fosa común donde se calcula que reposan más de 170 cadáveres.

En Andalucía fueron fusilados numerosos médicos, abogados, escritores (Federico García Lorca fue uno de ellos), artistas, maestros y, especialmente, trabajadores y agricultores; unas 50.000 víctimas mortales de la represión franquista durante y después de la Guerra Civil. En concreto, en Granada fueron asesinadas 8.500 personas, siendo una de las provincias más castigadas de la región —acoge 97 fosas comunes— y, además, un total de 12.200 sufrieron represalias económicas de una u otra manera, según una publicación del Centro de Estudios Andaluces. 

En Granada hubo también campos de concentración como el de la Casa Grande de la localidad de Padul, donde unos cinco mil presos políticos fueron utilizados como mano de obra esclava para trabajos forzados. En este caso, la mayoría de prisioneros eran procedentes de Euskadi, obligados a construir caminos en la Sierra del Manar, que se ha llamado «La Vereda de los Gudaris» y que, hoy en día, se configura como ruta de senderismo. 

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/por-las-veredas-de-los-gudaris-cruz-de-la-atalaya-la-silleta-de-padul-piedra-ventana-y-silleta-del-16938707