La escasez de referencias históricas sobre la Edad Media en Bizkaia hace que la leyenda ocupe el lugar de la historia o, tal vez, sea la historia la que es tomada como una leyenda. Es lo que ocurre con la conocida como ‘Batalla de Arrigorriaga’
Un reportaje de Juan José González Sánchez
sOY Einar, fiel servidor de mi señora Astrid y ahora de su hijo. Son muchos los inviernos que mis ojos han visto pasar, desde que salí de un lugar cercano a Borre y embarqué rumbo a las tierras del Sur. Numerosos los combates en los que participé, numerosos los amigos que marcharon hacia el Valhöll. Mis brazos hace tiempo que son incapaces de sostener la espada y el escudo, pero aún recuerdo cuando enseñé a mi joven señor las artes de un guerrero, sin saber que un día eso le ayudaría a convertirse en caudillo de los suyos y de las gentes que aquí habitan. Eso sucedió, cuando a mediados de ýlir, nos vimos amenazados por gentes del reino de los astures, nos enfrentamos a ellos y los derrotamos. Aquel día los nuestros le dieron el sobrenombre de ‘rolf’, fama de lobo, y los biskajer lo llamaron ‘zuria’ que en su lengua quiere decir “el blanco”, y es verdad aquel día resplandecía, todo armado, como un elegido de Odín”.
Este es el relato de un hombre del Norte, que bien podría haber formado parte de una saga, de las conocidas como sagas de los paladines (Kampensagas), con un contenido histórico más o menos real, y haber sido incluida en el Weltkreis de Snorri, escrito alrededor del año 1230, o bien el Flateyjarbók, conocido también como Codex Flateyensis, terminado de escribir hacia el 1394. Pero tan solo es una creación literaria, con el único fin de dar paso a este artículo, que se moverá en las arenas movedizas de esa alta Edad Media de Bizkaia, tan escasa en noticias históricas y por lo tanto de una realidad desconocida, como escribía el profesor J. A. García de Cortázar: De esos siglos, las informaciones escritas relativas a Vizcaya que se han conservado no ocupan más de tres líneas; su silencio se ha tratado de compensar con la elaboración y difusión de algunas leyendas, vagamente apoyadas en lo que pudo ser realidad.
Tres son las obras que servirán en el futuro como base para contar y recrear la que conocemos como La batalla de Arrigorriaga: una es el Livro de Linhagens (c. 1344), obra de Pedro Afonso (1287-1354), conde de Barcelos, y las otras dos son la Crónica de Vizcaya (1454) y las Buenas andanzas e fortunas (1476), ambas de Lope García de Salazar (1399-1476). Una vez más vamos a reflejar lo que dicen ambos autores. El conde de Barcelos nos cuenta cómo un hermano del rey de Inglaterra, Froom, llega a las costas vizcainas, es elegido como Señor y se enfrenta con el conde Moniño de Asturias cerca de Busturia, lo derrota y acaba con su vida en este lugar:
… Y el conde don Moniño juntó a sus gentes y vino contra ellos. Y don Froom con los vizcainos le salió al encuentro, y juntáronse cerca de una aldea que ahora llaman Vusturio (Busturia), y lidiaron, y venció don Froom y los vizcainos al conde don Moniño, y matáronlo en el campo y matáronlo con gran parte de los suyos; que todo el campo quedó lleno de sangre y piedras que allí había. Y por esta mortandad, que fue tan grande que las piedras y el campo fue todo rojo, pusiéronle nombre al campo: el campo de Arguriega (Arrigorriaga), que quiere decir en su lengua vasca lo mismo que piedras rojas en la nuestra y hoy en día así tiene el nombre.
La versión del linaje de Haro Esta versión es la que podemos considerar la tradición propia del linaje de Haro y que Pedro Afonso la obtuvo de primera mano, aunque de forma indirecta estaba emparentado con los Haro, y su prima Isabel de Portugal (1292-1324) contrae matrimonio con Juan de Haro y Castilla (¿?-1326), hijo de María Díaz de Haro, señora de Bizkaia, que era primo carnal de sus respectivos padres. Por lo que el linaje de los Haro no era uno más para Pedro Afonso, sino que estaba unido a él por lazos de sangre. Entre 1317 y 1322 estuvo exiliado en la corte castellana, que es el momento en que los historiadores, que obvian lo anterior, nos dicen que se relacionó con los Haro, y lo que podemos decir es que se encontró con sus parientes. Por otra parte, tenemos conocimiento de la buena relación que mantuvo con Juan Núñez de Lara (c. 1276-1315), segundo del nombre, que era hijo de Teresa Díaz de Haro (¿?-¿?), hija de Diego López de Haro III (¿?-1254), Señor de Bizkaia, y sirva de referencia sobre esta cuestión lo dicho por Diego Catalán:
En una y otra obra (‘Livro de Linhagens’ y ‘Crónica Geral de Espanha’) se revela el conocimiento de una gesta sobre los Infantes de Salas, que el conde debió de alcanzar a consultar gracias a la amistad que tuvo con don Juan Núñez de Lara, llamado ‘de la Barba’, durante el exilio de este rico-hombre castellano en Portugal (1312-1315), tiempo en que ambos formaron bando frente al hijo bastardo más amado por el rey don Dinis (1314), ya que, según parece, don Juan Núñez le facilitó una variada documentación procedente del archivo señorial de los Lara.
Un siglo largo más tarde Lope García de Salazar, en su Crónica de Vizcaya, nos da cuenta de cómo la hija del rey de Escocia llegó a Mundaka, quedando preñada por un diablo que llaman culebro y tuvo un hijo al que llamaron don Zuria. El hijo del rey de León atacó el Señorío de Bizkaia y los vizcainos le eligieron como capitán, derrotando al ejército leonés en Arrigorriaga y siendo por ello elegido como Señor de Bizkaia. El texto de Lope García de Salazar dice:
Una fija legitima del rey de Escoçia arribo en Mundaca en unas naos, e vinieron con ella muchos omes e mujeres… E que estando allí que durmió con ella en sueñas un diablo, que llaman en Viscaya el Culuebro Señor de Casa, e qu`él empreño… E ovieron allí su pelea mucho porfiada e resia, e fue vençido e muerto el fijo del rey de León e muchos de los suyos, y yasen enterrados en Arrigorriaga, e por la mucha sangre que allí fue vertida llamaronla Arrigorriaga, que quiere desir en vascuence peña bermeja ensangrentada… e porque el dicho don Çuria probo muy bien por sus manos, tomaronlo por señor…
Don Andrés E. de Mañaricúa nos dejó escrito en relación con la batalla de Arrigorriaga, lo siguiente:
Tradición de conocimiento muy tardío para nosotros para que en ella podamos fundamentar seriamente la batalla de Arrigorriaga; pero que pudo originarse en alguna pelea que escapa a nuestro conocimiento. ¿Enlazaría esta tradición con el recuerdo de las luchas de los reyes de Asturias y León contra los vascos, de que nos hablan los cronistas asturleoneses, situándolas en tiempos aproximados a los que confusamente se atribuye la batalla de Arrigorriaga? Nada de imposible tiene si pensamos en la tenacidad con que se conservan esos recuerdos en pueblos sin literatura escrita. Nada podemos afirmar. Advirtamos, sin embargo, que en ella se encuentra un detalle que denota la manía nobiliaria y que pudo ser añadido: la sangre real del protagonista.
Vikingos en Mundaka ¿Existió, pues, la batalla de Arrigorriaga? ¿Hubo algún acontecimiento que la causara? La respuesta no es sencilla, como decíamos al principio nos movemos en una época de la que carecemos de fuentes escritas, pero como la realidad supera con creces a la ficción vamos a tratar de contar esa historia. Jon Bilbao relaciona la leyenda de Jaun Zuria con Olafr el Blanco (Óláfr inn hvíti) e Ivarr el Culebro (Ívarr inn beinlausi), y afirma la existencia de una base vikinga en la ría de Mundaka: Si hubo una familia real vikinga asociada a Escocia y a Inglaterra en la segunda mitad del siglo IX es precisamente la de Ivarr el Culebro. Y es mucha coincidencia el que tal nombre aparezca en una leyenda vasca, que parece ser de la misma época, para no creer que tiene que haber alguna conexión entre el Culebro vikingo y el Culebro, padre de Jaun Zuria”. Si de una parte tenemos Culebro, Señor de la Casa, como escribe Lope García de Salazar, por otra tenemos el nombre de Froom, que aparece en el libro de Barcelos, del cual nos dice Jon Bilbao: El nombre de Froom, por el contrario, puede ser una variante fonética de Frõ, como nombre masculino de persona o podría ser una variante fonética de Früm, con significado de ‘devoto’ o ‘devota’ que puede ser tanto aplicado tanto a hombre como a mujer, y entroncando con esta raíz nórdica que apunta Jon Bilbao, hay un texto en las Buenas andanzas e fortunas que bien pudiera tener este origen: … e tomo por armas dos lovos encarniçados, que lo topo en saliendo para la dicha batalla, levando sendos carneros asidos en las vocas, e oviendolo por buena señal como en aquel tiempo eran omes agoreros, y asi los traxieron sus deçendientes, que parece fuese la inspiración de Hélène Adeline Guerber (1859-1929) cuando escribió su libro Myths of the Norsemen (1909), que al referirse a los lobos de Odín escribe: ‘Geri and Freki’, animales que eran sagrados para él (Odín) y considerados de buen agüero si se cruzaban en el camino. Creo que todos estos indicios apuntan en una misma dirección: el Norte.
Alguno se preguntara, ¿y la batalla de Arrigorriaga? Mi teoría es que esa batalla o combate, sí tuvo lugar y su base real fue una expedición de castigo llevada a cabo por los reyes de Asturias, con motivo de las diferentes incursiones vikingas que van a afectar tanto al reino de Asturias como al Emirato cordobés. Es en esta misma época (año 859) cuando García Iñiguez, rey de Pamplona, cae en mano de los vikingos, tal y como nos lo cuenta Nowairi (1281-1331): los Madjus (normandos) fueron a la ciudad de Pamplona y allí cogieron prisionero al franco García, señor de esta ciudad, que pagó por su rescate noventa mil dinares. Si la base estaba en la ría de Mundaka, y como dice Barcelos cerca de ũa aldea que ora chamam Vusturio, es plausible suponer que la batalla de Arrigorriaga se desarrollase en alguna parte de la margen izquierda de la ría de Urdaibai, y quienes se enfrentaron fueron de una parte normandos y población autóctona, es decir, los vizcainos, contra los astures invasores.