SE CUMPLEN 50 AÑOS DE LA MUERTE DEL COMANDANTE DE GUDARIS AGUIRREBEITIA, A QUIEN EL PNV QUISO TRIBUTARLE UNA VÍA LOCAL.
UN REPORTAJE DE IBAN GORRITI
EL 3 de septiembre se cumplirán 50 años del fallecimiento de Carlos Aguirrebetia, quien fuera comandante de gudaris y quien, por unos días, tuvo una calle oficiosa a su nombre en el callejero de la villa de Bilbao. Por aquel entonces existía la vía de nombre fascista Comandante Velarde que daba a la Plaza Nueva y, en un acto de clandestinidad, afiliados del PNV, en una operación reivindicada por EGI, la rebautizaron colocando una placa en honor al comandante Aguirrebeitia.
Ocurrió el 1 de enero de 1965. «La revista Gudari se hizo eco del suceso e incluso publicó una fotografía de la acción», subraya el senador Iñaki Anasagasti. Aguirrebeitia era amigo del padre del jeltzale, y el hombre que preparó y dirigió la voladura del monumento erigido en el Arenal de Bilbao al golpista general Mola, el que amenazó con el pasquín «arrasaré Vizcaya, tengo medios sobrados para hacerlo». Carlos Aguirrebeitia fue uno de los jefes de la Resistencia Vasca en el interior. Afiliado al PNV desde muy joven, al iniciarse la guerra en Euskadi se alistó en el Ejército Vasco, partiendo para el frente de Lekeitio en el batallón Mungia, con el grado de teniente. Ascendió a comandante cuando no tenía más que 23 años. «A la cabeza de los batallones Mungia y Larrazabal, intervino brillantemente en las operaciones más sangrientas de la contienda», valoraban en la publicación Alderdi, según se puede consultar en Sabino Arana Fundazioa.
El mismo medio informó en 1964 de que «el día 3 de septiembre falleció repentinamente en su domicilio de Bilbao el comandante de gudaris don Carlos Aguirrebeitia, quien tuvo también una intervención decisiva en la preparación y desarrollo de las huelgas de 1947 y 1951. Por sus cualidades de organizador fue incorporado en 1958 al Bizkai Buru Batzar, y poco después al Euzkadi Buru Ba-tzar», ampliaban.
«Era -aporta Anasagasti- un reducido número de compatriotas el que, por medidas de seguridad, conocía a fondo su doble personalidad de hombre aparentemente apacible, dedicado exclusivamente a sus negocios y familia, tras la cual ocultaba la verdadera personalidad de activo Jefe de la Resistencia Vasca». A juicio del senador, Aguirrebeitia pertenecía, por su edad, a aquella generación de hombres jóvenes del 36, «y no de jóvenes a secas, que con concepto de responsabilidad y disciplina, obedeciendo órdenes de sus burukides, dejaron a un lado en el momento preciso las comodidades y conveniencia personal para lanzarse a defender Euzkadi en las trincheras, escribiendo con su sangre y heroísmo la página más concluyente de la historia de Euzkadi, la que logró alcanzar, bajo los postulados del PNV, las angulares piedras de un Gobierno y un Ejército propio reconocido por todos», observa.
Anasagasti recordó la acción antifascista de EGI cuando en un rastro vio que se vendía la placa original de la calle que enaltecía al fascista Comandante Velarde. Desde el Ayuntamiento de la villa capitalina confirman a DEIA que, en 1980, el Consistorio procedió a eliminar el nombre de las calles que se habían rebautizado por orden dictatorial el 23 de noviembre de 1940.
«En 1983, se quitaron algunas de las placas que quedaron, y una de ellas fue la de Comandante Velarde. Hoy esa calle lleva el nombre de Mitxel Labegerie», corroboran desde el Consistorio. Mitxel Labegerie murió precisamente en 1980, el 28 de julio, y está considerado como «el padre de la nueva canción vasca», así como «el primer diputado nacionalista de la Asamblea francesa». Nació en Uztaritze el 4 de marzo de 1921.
ACCIÓN DE LA RESISTENCIA Entre el cambio de nombre oficial de Comandante Velarde a Mitxel Labegerie, un día se llamó tras la citada matxinada Comandante Aguirrebeitia, como quedó publicado en la revista Gudari, editada en Caracas, Venezuela, bajo el titular «En homenaje al Comandante Aguirrebeitia, la Resistencia cambió el nombre a una calle de Bilbao». Ocurrió el primero de enero de 1965, como «sencillo pero emotivo acto de homenaje a la memoria del que, en vida, fue valeroso Jefe de la Resistencia Vasca, Comandante Aguirrebeitia», quedó impreso.
Para la elección del lugar -apuntaba la publicación-, se estableció previamente contacto con la Sección de Estadística del Ayuntamiento de Bilbao, cuyos funcionarios, conscientes de su misión al servicio del pueblo de quien dependen, prestaron las máximas facilidades y actuaron con diligencia, señalando que la calle más indicada a tal fin era la denominada hasta el momento calle del Comandante Velarde, personaje este totalmente desconocido en la villa y desligado en episodios históricos de Bilbao y Euskadi.
La placa con el nombre del Comandante Aguirrebeitia fue colocada a primera hora de la madrugada en presencia de representantes de EGI, PNV y Euzko-Gudarostea. A mediodía hubo misa en San Antón en euskera. Al acabar se fue a la Calle del Comandante Aguirrebeitia (transversal de la Calle Correo), desfilando en silencio ante la placa que le da nombre.
«Al siguiente día la placa continuaba puesta, y ya con las primeras luces, nuestros fotógrafos hicieron unas instantáneas, para la historia», escribían en Gudari. La noticia se extendió por todo Bilbao «hasta llegar a conocimiento de La Falange, que exigió al Ayuntamiento de la capital vizcaina que fuera inmediatamente retirada».