Rompan sus pronósticos electorales. Nada de lo dicho hasta ayer vale un carajo. Hay un suceso que lo cambia todo irremisiblemente: la alianza entre Ciudadanos y UPyD apunta a mayoría absolutísima, especialmente si, como adelantó El Mundo Today, se confirma que entra también en el pacto el club de fans de Star Trek de Soria. De acuerdo, lo último es choteo, pero lo de la entente entre el petardo naranja y la excrecencia magenta va a misa. Lo están pregonando a todo trapo los heraldos de la formación ya cadáver y de la que va camino de la morgue.
Uno, que atesora más memoria de la que quisiera a veces, tiene fresca la imagen de un diálogo despiporrante entre Rosa de Sodupe y ese gaznápiro justificador de abusos sexuales que atiende por Albert Boadella. Fue hace ahora seis años, cuando Ciudadanos era solo un chiringuito implantado en Catalunya y a UPyD se le vaticinaba un esplendoroso futuro como receptor de los votos desencantados del PP. El histrión, hablando en nombre de su tocayo Rivera, le propuso a Díez directamente que sus formaciones follasen. Como lo leen. La respuesta de la interpelada fue que nones. “Para follar hay que encontrarse en la misma casa”, le cortó el rollo al camelador. Como es sabido, los augurios fueron exactamente al revés, y mientras UPyD caminaba hacia la extremaunción, Ciudadanos, dopado económicamente por quienes ustedes saben, cogió vuelo y llegó a ser —técnicamente, todavía lo es— la tercera fuerza política española. Resulta gracioso a la par que revelador que justo cuando el figurín figurón ha entrado en barrena se vaya a producir el polvo crepuscular. No hay Viagra suficiente.