Pedro Damiano fue un ilustre Jugador portugués a cuya figura no hace justicia en absoluto la pésima Defensa que lleva su nombre. Mejor tributo le rinde la Historia del Ajedrez adjudicándole el procedimiento de un bello Mate.
Con todo, se debe advertir al principiante, que la maldad potencial de la Defensa Damiano, puede contagiarse al adversario ingenuo que se adentre en sus recovecos pensando que se va a dar un paseo por tierras de Jauja, pues de jugar sin el debido cuidado, las blancas pueden caer en una muy vergonzante emboscada. ¡Veámosla!
1 e4 e5; 2 Cf3 f6; Aquí tenemos planteada la horrorosa Defensa Damiano. Es mala porque de las múltiples formas habidas para defender el peón atacado de e5 de que disponen las negras Cc6; d6; Cf6…la efectuada, es la peor por ocupar una casilla a donde el Cg8 suele salir de modo natural y por debilitar en exceso la diagonal a2-g8 que afecta directamente a un posible Enroque corto.
3 Cxe5 He aquí el soplamocos que se le debe propinar al indocumentado que se nos sienta enfrente con semejante Defensa.
Evidentemente, si las negras toman 3…fxC; entonces rápidamente al más puro estilo Dama Malvada, 4 Dh5+ g6; 5Dxe5+ y si 4…Re7 5 Dxe5+ Rf7; 6 Ac4+ Rg6; 7 Df5+ Rh6; etc.
Pero – siempre hay un pero – si las negras en vez de tomar el Caballo en e5, juegan pillamente 3…De7, ahora las Blancas llevadas por el Principio Glotón pueden dejarse arrastrar a su perdición por la tentadora secuencia 4 Dh5+ g6; 5 Cxg6 con inevitable ganancia de calidad en el frenesí de sus cálculos. ¡Pero no en los del rival! Pues tras 5…Dxe4+ Las Negras se quedan ¡de todas todas! con un Caballo a cambio de un peón.
Y ¡sí! Es verdad…la estructura de peones es una birría. Pero una pieza ayuda a sobrellevarla toda la partida.