Papa llama… a ese cura de Jaén

Ocupado como está en hacer recuento de curas pederastas –ya puesto, podía denunciarlos ante la justicia humana, que luego, si eso, ya actuará la divina–, Francisco no debe tener tiempo para ver vídeos en Youtube. Si no, quizás se habría topado con el del cura de Canena, en Jaén. Ese que ha dicho que hace treinta años «a lo mejor un hombre se emborrachaba y llegaba a su casa y le pegaba a la mujer, pero no la mataba como hoy» porque «tenía una formación cristiana» y «sabía que había un quinto mandamiento que decía no matarás». Sin embargo, no hay ninguno que especifique que no se puede golpear o violar a la esposa mientras esta siga respirando, así que ancha es Castilla. Tampoco hay letra pequeña alguna que indique que no se la debe amenazar o humillar, algo que mata mucho por dentro aunque no deje moratón.

Me queda la duda de si, por seguir a pies juntillas los mandamientos, los hijos de los maltratadores tienen que honrar a sus padres, aunque de cuando en cuando también ellos reciban un pescozón. ¿Y qué explicación tiene el párroco para los sacerdotes pederastas? ¿Por qué cometieron actos impuros –por llamarlo finamente– si lo prohibía el sexto mandamiento? ¿Y acaso no mintieron, en contra del octavo, quienes los encubrieron? Quizás lo aclare el párroco en otra homilía antes de que el Papa llame para hacer la tan necesaria criba entre su personal.