Pérdida de Tiempos

Dijo el Filósofo san Agustín que “El tiempo es lo que pasa, cuando no pasa nada”. Y es posible que sea así en todo el Universo, salvo en el Tablero de Ajedrez. Es verdad que fuera del tablero corre el reloj a una velocidad inaudita cuando hay complicaciones y no te atreves a mover…pero aún moviendo, se pueden perder tiempos cuando mueves sin necesidad ni objeto una pieza muchas veces en tus turnos.

Para ilustrar este escurridizo concepto de la pérdida de tiempos, bueno es contemplar el recorrido del Caballo negro, contar cuántas veces se mueve y el resultado de su trote absurdo propiciado por una Apertura que es inadecuada.

Shane,M – Janeway
New York, 1946
1.e4 Cf6 La salida del caballo a f6 sin tener un peón en e5 impidiendo el paso a su colega contrario, es cuando menos arriesgado. El centro lo defienden mejor los peones que las piezas, porque estos no tienen miedo de ellas, y aquellas siempre retroceden ante ellos.
2.e5 Cd5 3.c4 Cf4 4.d4 Cg6 Llevamos cuatro movimientos de Apertura y los cuatro del negro han sido saltos de Caballo.
5.h4 h5 Las negras por fin reaccionan pero lo hacen por el flanco para evitar dejarse encerrar el caballo trotador.
6.Ae2 e6 Las blancas tienen fácil desarrollo gracias a los tiempos cedidos por el caballo y ya salen pinchando en h5.
7.Axh5 Cxh4 Otro brinco de caballo y van cinco.
8.Dg4 Cf5 Sexto salto de Caballo.
9.Dg6 De7 Las blancas están tan bien, que se permiten tan chula entrega de dama en g6. No podía ser capturada dado que había mate.
10.Ag5 fxg6 Las negras optimistas creen que hay rebajas.
11.Axg6+ Rd8 12.Txh8 Y las negras abandonan ante la inmediata recuperación del material por parte de las blancas en posición muy superior. No vale 12…Dxg5 por mate en dos.

El Barón de Munchhausen o de los tiempos y la iniciativa

Cuando a mis alumnos Benjamines les deseo transmitir la importancia de los tiempos y de la iniciativa, les cuento esta muy aleccionadora historia que en su día lei en algún libro sin recordar muy bien quién era su autor, cosa que he intentado averiguar, pero en las distintas fuentes que he hallado el texto, nunca aparece citado a quien corresponde su invención.
Cuenta una leyenda, que este curioso personaje del que circulan infinidad de anécdotas fabulosas, durante el Torneo de Moscú de 1935, tuvo la osadía de retar a los Maestros allí congregados. El juego consistía en disputar una partida donde las blancas pudieran tener tantos tiempos de más como piezas de menos ofreciera de ventaja el Barón, quien no dudó en apostar su desconocida y ausente fortuna a que daría jaque mate utilizando el número justo de tiempos de los que disponía en cada partida. Los maestros aceptaron la aparente bravatada y pidieron que el Barón se quitase todas las piezas, menos los peones y el Rey.
– ¡Conforme! – exclamó el Barón – si me quitáis 7 piezas jugaré entonces: 1.e4 2. g4 3.e5 4.g5 5.e6 6.g6 7.exf7 mate.
– Pensándolo mejor ¡dejémosle un alfil! – propusieron los Maestros a la vista de lo sucedido:
– Bueno…Esta vez les daré mate en 6 movimientos mediante: 1.e4 2.Ac4 3.g4 4.g5 5.g6 6.gxf7 mate
– ¡Vale! Preferimos que juegues sólo con un caballo – dijeron desconcertados su oponentes.
– ¡Perfecto! Ahora ganaré con: 1.e4 2.Cf3 3.Cg5 4.e5 5.e6 6.ef7 mate.
Por último los maestros pusieron el alfil en f1 y el caballo en g1 pero nuevamente tras 1.e4 2.Cf3 3.Cg5 4.Ac4 5.Axf7 recibieron mate y desistieron. El Barón fue convidado a alojarse en el Hotel donde escribió su famosísima obra “Los secretos ocultos del Ajedrez” que lamentablemente se perdiera durante la Segunda Guerra Mundial o ¿No?
Por otra parte, la película sobre el misterioso personaje que vive entre la leyenda y la realidad, es muy entretenida.