Cuanto más bajamos en la edad de iniciación al ajedrez del educando, la disputa de su primera partida con todas las piezas se puede eternizar en el Universo mental infantil donde un día equivale a todo el tiempo existente.
Como es lógico, conforme avanzan las clases, el grupo se impacienta por echar partidas de ajedrez, por muchos juegos disuasorios que les presentemos y podemos sospechar que sus papis también.
Se puede llegar a una especie de pacto entre el ideal pedagógico del monitor y la reclamación comprensible del alumnado introduciendo juegos que he dado en denominar “Gigantes contra enanos”.
Como quiera que pasar de aprender los movimientos de las piezas una a una, a tener que vérselas con todas a la vez se antoja una tarea titánica, resulta muy útil partiendo del juego “Batalla de peones” el resto de las distintas piezas, jugando con todas las reglas posibles de aplicación en su interactuación. Así, podríamos:
-Primero, jugar sólo con Peones y Reyes.
-Segundo, Peones, Reyes y Torres.
-Tercero, Peones, Reyes, Torres y Alfiles
-Cuarto, Peones, Reyes, Torres, Alfiles y Damas.
-Y finalmente, Peones, Reyes, Torres, Alfiles, Damas y Caballos.
Mientras disputan el juego “Gigantes contra enanos” el alumnado disfruta de la sensación de echar auténticas partidas.
Para cuando alcanza el nivel de jugar con todas las piezas a la vez, el docente ha tenido tiempo de ir dando pequeños consejos sobre el Centro, las columnas y las torres, las diagonales y los alfiles…