Extracto de mi obra “La lógica de las Aperturas contada a los principiantes”.
Los libros de Ajedrez han convenido en dividir las Aperturas en abiertas, cerradas, semiabiertas y en algunos casos también semicerradas, en función de si en rasgos generales las posiciones resultantes las dos piezas menores cuales son alfiles y caballos tengan mayor o menor protagonismo que a su vez estará en función de otros factores como la condición de haber un centro estático o dinámico, posibilidades de ruptura, apertura de líneas, número de columnas abiertas o semiabiertas, etc.
De modo muy básico podría decirse que las Aperturas Abiertas son todas aquellas que empiezan con 1)e4-e5; las Cerradas con 1)d4-d5; Semiabiertas las que ante 1)e4; contestan cualquier otra cosa que no sea 1)…-e5; y las Semicerradas, aunque este concepto no está muy extendido, las que contestarían cualquier cosa a 1)d4; menos d5 que generalmente caen bajo la denominación de “Indias”. Evidentemente, el esquema deja fuera a infinidad de estrategias; Y como quiera que las mismas no se dejen englobar fácilmente en un tipo de juego u otro, hubo autores que añadieron a la lógica posicional con la que se trataba de clasificar a las aperturas, el concepto espacial como es el de Aperturas de flanco para aludir a inicios como la Inglesa, Reti, Bird, Holandesa…Lo suyo hubiera sido integrar a estas aperturas en los cuatro estadios anteriores, esfuerzo que hacen algunos autores, pero esto otro es mucho más cómodo. Claro que echamos en falta entonces la denominación de Aperturas Centrales…Con todo, la mezcolanza de clave posicional con espacial no resultaba satisfactoria para integrar todas las aperturas posibles. Así que, ni cortos ni perezosos, los expertos en la materia crearon un cajón de sastre llamado Aperturas Irregulares, que sólo atendía a la frecuencia con que apareciese una determinada Apertura y no tanto al modo en como resolvía el inicio de partida al margen de las reglas generales; el problema de esto es que Aperturas consagradas por la tradición dentro de los capítulos anteriores como la Alekhine, frecuentes y regulares, lo que se dice regulares, pues a lo mejor sí, pero en otro sentido muy distinto.
Desde Aristóteles, quien descubriera las claves para una buena clasificación de la diversidad en parámetros generales, toda ciencia que se precie ha buscado la suya, sea la botánica, sea la química; En Ajedrez, todavía andamos en ello, acaso porque nuestro saber trascienda al de la ciencia y sea un juego que responde al capricho racional del azar y le convenga ora esto ora lo otro…porque puestos a clasificar en un juego, mejor sería hacerlo en función de si conducen a un juego divertido o aburrido, peligroso o tranquilo, pillo o serio, etc. Claro que con ello introduciríamos demasiada subjetividad y lo que a uno le parece juego triste y somnoliento del Colle a otro le puede parecer ¡el no va más! Yo reconozco que llevo años dividiendo el mundo de las Aperturas de este modo y de muchos otros como Aperturas para niños y principiantes, Aperturas cómicas, Aperturas pillas y un sin fin de etiquetas que seguramente ustedes no volverán a ver escritas nunca más referidas al conocimiento en cuestión. Pero tratándose de un juego ¿No es más lógico hacerlo así que matricularlas como si de farmacología se tratara como se hace en el Código ECO de la Enciclopedia muy útil para buscar en ella o el más aséptico todavía del alfanumérico con el que computarle a un ordenador los datos?
Como se observa, la clasificación no es del todo objetiva. Responde siempre a una finalidad añadida a la de ordenar el conocimiento disperso y plural. La cuestión es, qué clasificación es más apropiada para quien se inicia en las Aperturas. Yo sinceramente creo que la clasificación más idónea para el principiante es aquella que informa de antemano sobre las cualidades generales del juego que comporta emplear dicha Apertura y de su necesidad de estudio. Así dividiría las Aperturas en:
-Raras y comunes: Las primeras sirven para sorprender y sólo merecen atención de estudio para emplearlas tú o cuando a ciencia cierta sabes que el rival la juega. Con una tarde suele bastar para practicarlas con solvencia, por ejemplo, la Sokolsky. Por el contrario las comunes dada su recurrencia conviene profundizar en su estudio e ir introduciendo mejoras según vayamos jugándola. Suelen requerir mucho estudio progresivo y jamás terminas de conocerlas del todo como la Siciliana.
-Complicadas y sencillas: Las aperturas pueden necesitar de profundos conocimientos como saber jugar contra el Peón Dama Aislado, el tratamiento de las casillas débiles, el Ataque de minorías, en cuyo caso hablaríamos de Aperturas complicadas como puede ser la Svesnikov en la Siciliana que abre de modo lateral, se queda con un peón retrasado, suele dejar mucho rato el Rey en el centro y cuando se enroca lo hace en un enroque que da miedo, etc, o puede tratarse de un esquema de desarrollo clásico, con dos ideas de ataque y cuyo juego se fundamente más en los temas tácticos de mate y ganancia de material que en los estratégicos antes apuntados, en cuyo caso, estaríamos ante una Apertura sencilla en su comprensión, aunque no por ello fácil de jugar sin errores tácticos como es la Italiana.
-Largas y cortas: Hay Aperturas con muchas Variantes, contravariantes, subvariantes, que para colmo pueden entremezclarse haciendo de su estudio teórico una tarea titánica como sucede en la española o en el Gambito dama. Son Aperturas con abundante Teoría que uno nunca acaba de conocer bien; Y aunque nunca llegaremos a conocer del todo bien ninguna apertura, es innegable que hay esquemas de juego menos exigentes en su contenido como por ejemplo el Gambito From, o el Evans que requieren menos tiempo para memorizar sus líneas principales y sobre todo comprenderlos.
-Aburridas y divertidas: En honor a la verdad, debo decir que aunque en mi es habitual declarar a una Apertura como “triste y somnolienta” cuando es demasiado predecible teóricamente hasta el movimiento 20 como la Ortodoxa, por no haber una captura ni de un peón hasta el 15 como en un Muro de Piedra de la Holandesa, o por el contrario por ser muy simplificadora como en las Variantes del Cambio, que al final sólo demuestra un particular modo de entender el ajedrez, lo cierto es que cuando se juegan con conocimiento de causa no hay Apertura aburrida. Con todo, creo que los Gambitos, contragambitos, los Ataques y las aperturas de Rey son más divertidas que los sistemas Colle, Londres, o las Aperturas de Dama.
Creo que con lo apuntado puede valer de momento para hacernos una idea aproximada del mensaje que deseo transmitir. Porque decirle a un joven que tal Apertura es Abierta o tal Cerrada, en poco o nada le ayuda a saber de la lógica que implica su juego, salvo tres ideas enlatadas que repiten como loritos – en las Abiertas juegan más los Alfiles que los caballos, en las cerradas los caballos más que los alfiles y en las semi un caballo valdrá más que un alfil mientras un alfil valdrá más que un caballo si se ponen de acuerdo… – que mejor sería no supiera por conduce al error antes que al acierto de cada posición. En cambio, qué diferencia de decirle, esta defensa Siciliana es larga, complicada, muy común, aunque divertida sobre todo la Najdorf. Porque con dicha información, el pupilo sabrá que si la desea jugar con garantías deberá estudiar mucho, que le entrarán en teoría hasta la 14 como mínimo, que pese a ello ni él ni los rivales se la sabrán del todo bien, lo que puede originar chances en el transcurso del juego sin dar cabida al tedio o la rutina.
En la “Lógica de las Aperturas contada a los principiantes” el lector raramente encontrará que he aludido a una Apertura bajo los parámetros habituales de Abierta o cerrada. Pero tampoco me he atrevido a pronunciarme con la laxitud que lo hago en el club ante los colegas o en el aula ante los alumnos, más que nada, porque con este comentario ya me doy por satisfecho y no deseo herir susceptibilidades con mi subjetividad.