Extracto de mi obra «La Lógica de las Aperturas contada a los Principiantes».
El modo ortodoxo de movilizar las piezas en ajedrez hasta bien entrado el siglo XVIII consistía en hacerlo por el centro como sucede en la Apertura de Alfil, la Italiana, la Philidor… Cuando surgieron las ideas de fianchetar el alfil por las esquinas con jugadas tan extrañas para la época como g3, g6,b3 o b6, eso les pareció poco civilizado a los ajedrecistas tradicionales y lo denominaron indio.
Todos sabemos que Colón quería llegar a las Indias por Occidente. Entre medias se tropezó con América, a cuyos habitantes se les consideró indios. Por ese motivo hay Indios de la India e Indios de América. Sobre estos últimos los europeos proyectaron la idea de salvajes que aún equivocada, ha sobrevivido hasta nuestros días en varios dichos como en “¡No hagas el Indio!” como también ha quedado en el inconsciente colectivo lo de “Sale el Sol”. Pues bien, es a esta acepción de salvaje a la que alude el término “Indio” cuando se le dice a una Apertura como el Ataque Indio de Rey o a la Defensa India de Dama. También se le aplica a salidas abruptas del alfil como por ejemplo en la Nimzoindia o en la Bogoindia.
Nunca veremos llamar “India” a ninguna línea de juego donde el alfil salga por e2,d6,o c4 y sus correspondientes del bando negro. La India antigua, seguramente recibiría su nombre de modo retroactivo por su parecido planteamiento con la India de Rey sin fianchetar el alfil, acaso por el brusco cambio de damas que pudiera soportar.