El juego del caballo espía puede practicarse de manera individual, con un solo jugador, en cuyo caso sigue la misma pauta que el famoso pasatiempo denominado “A salto de caballo”, o por parejas con dos jugadores donde se combina también con la mecánica de la “guerra de barcos”.
-Caballo espía para un jugador: El jugador, grupo o clase se enfrenta con un caballo situado en a1 ante un tablero despejado. El diagrama más sencillo que puede colocar el monitor es con un único camino cuya secuencia silábica conduzca a la formación de un refrán, máxima o frase conocida por el alumnado del tipo “La avaricia rompe el saco”. El diagrama se puede complicar si ante una oculta frase de igual dificultad el caballo en vez de iniciar el camino en a1 al pie del comienzo de la frase que supongamos estuviera en b3, situáramos al caballo en e4. En esta ocasión el jugador dispondría de un máximo de movimientos transcurridos los cuales con las sílabas encontradas debería ser capaz de adivinar el mensaje oculto del diagrama. El ejercicio todavía se puede complicar más, si al camino trazado por el mensaje oculto se le añadieran sílabas carentes de utilidad para la formación de la frase que se ha de desvelar.
-Caballo espía para dos jugadores: En este juego dos jugadores se enfrentan cada uno con un diagrama distinto en el que han ocultado un mensaje a su oponente. Los mensajes como en el juego anterior han de ser de frases célebres o conocimientos universales del estilo “Lisboa es la capital de Portugal. El juego discurre por turnos. Si en un turno el jugador acierta con una sílaba vuelve a mover. Si cae en escaque vacío, entonces el caballo se queda en la casilla de donde había saltado y el turno pasa al oponente. Vence quien primero descubra la frase oculta.