Camisa de fuerza

Normalmente las partidas suelen resolverse por combinación de Mate, un truco táctico de medio juego que otorga ventaja material; por un final favorable de peones; por una celada de apertura; debido a un descuido del oponente…pero, hay ocasiones en que la mejor arma contra el rival consiste en no dejarle jugar sin necesidad de atarle las manos, aunque sobre el tablero la posición se asemeje a una camisa de fuerza.
Por lo general, estas “Camisas de fuerza” ajedrecísticas aparecen de modo restringido sea a unos pocos turnos, sea a una determinada región del tablero, como cuando no se permite salir a una pieza que ha quedado encerrada. Sea entonces que la presente partida, sea todo un paradigma de esta estrategia para dominar al contrario que aun con ventaja material de un peón, empero, se ve del todo perdido por estar a merced de su rival que le restringe el juego a extremos asfixiantes en el flanco de dama en el flanco de rey, en la octava fila, en el centro y durante todo el encuentro.

Schlechter, C. – Janowsky, D. París 1900

1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ab5 Cf6 4. O-O Ce4 Estamos en la Variante abierta de la Defensa berlinesa contra la Apertura Española; es decir ¡es teoría! Pero, que sea teórico, no significa que sea bueno y menos cuando tiene una pinta muy peligrosa. Porque no suele ser bueno capturar estos peoncitos centrales cuando el rey permanece en el centro y el rival cuanta con la posibilidad de enchufar los Rayos X con su torre.

5. d4 Ae7 6. De2 Cd6 7. Ac6 bc6 8. de5 Cb7 El juego peligroso, suele comportar la necesidad de adoptar posiciones artificiosas y por supuesto, incómodas. Si observamos la posición, las blancas no pueden pedir más a la Apertura: en ocho turnos han logrado ventaja en centro, desarrollo, espacio, tiempo y posición del rey.

9. Cc3 O-O 10. Te1 Te8 11. Dc4 Cc5 12. Cg5 Ag5 13. Ag5 Dg5 14. Dc5 Te6 La jugada de bloqueo de la torre responde al deseo de jugar en un momento dado d6, sin tener que preocuparse por la situación colgada de la torre en e8 y mates del pasillo en la octava.

15. Dd4 Ab7 16. Db4 Ac8 El regreso a casa del alfil en vez de defenderlo con Tb8 se debe a la amenaza de quedarse clavado y un temible salto de caballo en c5 después de amenazar la dama desde e4.

17. Ce4 De7 18. Cc5 Tg6 Aquí tenemos la posición temida del caballo que con sus patas delanteras tiene atenazadas a las negras golpeando e6, d7 y b7, pese a estar clavado. Así aparece la primera Camisa de fuerza: la torre y alfil negros del flanco de dama no pueden ni asomarse a la partida.

19. Te3 a5 20. Dd4 Tb8 21. c4 h6 22. b3 Rh7 23. Td1 Dg5 24. Tg3 Df5 25. Tg6 fg6 Las blancas son conscientes de haber maniatado el flanco de dama a las negras, por ello han propiciado el cambio de torres que las negras no han podido evitar. Las negras tienen una torre, ¡sí! Pero no puede moverse con libertad. Lo mismo le sucede a su alfil.

26. h3 Ta8 27. a4 Tb8 28. Td3 Dg5 29. Rh2 De7 30. f4 Df7 La situación da apuro; ambos bandos mueven, pero sólo las blancas juegan. Si observamos, el juego blanco consiste siempre en no dejar jugar al negro: ora restringiendo sus movimientos, ora impidiendo la entrada de dama en la primera fila, hasta que esta entrada es del todo inocua.

31. e6 de6 32. De5 De7 Las negras por no poder hacer, no pueden ni buscar una simplificación con cambio de damas porque entonces la camisa de fuerza ya sería de acero tras Td8.

33. g4 Tb4 34. Rg3 Tb6 La confianza en su camisa de fuerza es tal que las blancas se atreven a avanzar sus peones y sacar a su rey a pasear con la dama rival en juego; bueno es un decir…porque tras Rg3, la dama negra tampoco es que pueda jugar mucho.

35. h4 Df8 36. h5 gh5 37. Dh5 Tb8 Las blancas hacen lo que quieren y las negras sólo pueden esperar cuando les llega el turno de abandonar.

38. De5 Tb6 39. g5 h5 40. g6 Rg6 Las blancas parecen ya dispuestas a poner punto final a este suplicio negro.

41. Dg5 Rh7 42. Dh5 Rg8 43. Dg5 Rf7 44. Td8 De7 45. Dh5 Y las negras con ventaja material de un peón abandonan.