Una divertida vertiente del juego, es aquella en la que se le permite al jugador rechazar una vez por turno el movimiento efectuado por el rival, para lo que ha de exclamar ¡No me gusta! O jugar si le gusta o prefiere a otra que contempla sobre el tablero. Ahora bien, una vez rechazada la jugada, está forzado a aceptar la alternativa del contrario.
Esta modalidad, que tiene su gracia por cuanto en numerosas circunstancias acontece eso de ¿No quieres media taza? ¡Toma taza y media! Introduce al alumnado avanzado en la no fácil tarea de aprender lo que son los planes pues ha de contar siempre con dos estrategias de ataque y otras dos de defensa, una evidente y otra algo menos con la cual sorprender. También adiestra en la paciencia de la configuración de posiciones favorables y a esperar el momento adecuado para jugar la buena que no siempre debe ser la primera que se haga.