Libro criminal donde los haya para regalárselo a un niño y aún a un adulto cuyos autores no debieron hacer caso al editor que les advirtiera que por cada fórmula, ecuación o secuencia numérica que insertaran entre sus páginas, perderían 100 potenciales compradores en cada edición y de cada 100 compradores perderían a su vez 99 lectores, fue el que me regalara por mi undécimo cumpleaños mi profesora de matemáticas para ver si por medio del Ajedrez me interesaba un poco en aprobar. Con unos añitos más no habría hecho falta…Aunque no sé. La de inglés estaba de rechupete, y tampoco hubo manera.
Bueno, el caso es que este libro lo conservé como oro en paño sin apenas entender nada de él, salvo algunos datos de interés cuyo conocimiento excepcional me sirvió para ganar apuestas en un momento en que el conocimiento no estaba al alcance de cualquier teclado, verbigracia, sobre la cantidad final de granos de trigo en la casilla 64, el número de partidas posibles, sobre cuantas posiciones distintas hay para el problema de las ocho damas, el recorrido del caballo por todo el tablero sin pisar dos veces el mismo suelo, la existencia de un Mate tan corto como el de “El Loco”, etc.
El libro no se lo recomiendo ni al monitor, ni al alumno. Casi me atrevería a decir que ni al club de Ajedrez. Pero creo que a estas alturas es una joya bibliográfica y testimonio del esfuerzo humano por comprender la profundidad de nuestro juego. Yo le tengo mucho cariño.
Buenas Nicola,
Coincido en que este libro no va a interesar más que a algún que otro curioso y a matemáticos sedientos de patronizar cosas.
Al ser yo un amante de las matemáticas he echado un vistazo al libro y me ha parecido interesante. Creo que pare entenderlo en su conjunto hay que tener unos conocimientos algo profundos de estadística, combinatoria y series, y ello me ha ayudado a comprender de forma general ciertos capítulos. En «análisis retroactivo» he podido vislumbrar que se puede calcular cuantas formas diferentes hay de transponer a una apertura de forma bastante sencilla. También me llegué a preguntar alguna vez como se podría cubrir todo el tablero con piezas, y con las damas llegué a una solución similar en mi cabeza. En «la movilidad de las piezas » estoy seguro que siguieron algún tipo de serie de ese tipo para programar los módulos de análisis de hoy en día. Hay algunos capítulos que realmente tienen utilidad real en el ajedrez (el ya mencionado de la transposición) , otros que son interesantes y curiosos, y otros extravagantes y tan diabólicos como el de meter piezas imaginarias para poder extraer una serie exacta de como seguiría la partida.
Sin duda un libro que leeré con detenimiento algún día.
Un saludo y gracias por mostrarme la existencia de esta obra.
Espero que las matemáticas que te gusten, sean las de Finlandia.