Cuando a mis alumnos Benjamines les deseo transmitir la importancia de los tiempos y de la iniciativa, les cuento esta muy aleccionadora historia que en su día lei en algún libro sin recordar muy bien quién era su autor, cosa que he intentado averiguar, pero en las distintas fuentes que he hallado el texto, nunca aparece citado a quien corresponde su invención.
Cuenta una leyenda, que este curioso personaje del que circulan infinidad de anécdotas fabulosas, durante el Torneo de Moscú de 1935, tuvo la osadía de retar a los Maestros allí congregados. El juego consistía en disputar una partida donde las blancas pudieran tener tantos tiempos de más como piezas de menos ofreciera de ventaja el Barón, quien no dudó en apostar su desconocida y ausente fortuna a que daría jaque mate utilizando el número justo de tiempos de los que disponía en cada partida. Los maestros aceptaron la aparente bravatada y pidieron que el Barón se quitase todas las piezas, menos los peones y el Rey.
– ¡Conforme! – exclamó el Barón – si me quitáis 7 piezas jugaré entonces: 1.e4 2. g4 3.e5 4.g5 5.e6 6.g6 7.exf7 mate.
– Pensándolo mejor ¡dejémosle un alfil! – propusieron los Maestros a la vista de lo sucedido:
– Bueno…Esta vez les daré mate en 6 movimientos mediante: 1.e4 2.Ac4 3.g4 4.g5 5.g6 6.gxf7 mate
– ¡Vale! Preferimos que juegues sólo con un caballo – dijeron desconcertados su oponentes.
– ¡Perfecto! Ahora ganaré con: 1.e4 2.Cf3 3.Cg5 4.e5 5.e6 6.ef7 mate.
Por último los maestros pusieron el alfil en f1 y el caballo en g1 pero nuevamente tras 1.e4 2.Cf3 3.Cg5 4.Ac4 5.Axf7 recibieron mate y desistieron. El Barón fue convidado a alojarse en el Hotel donde escribió su famosísima obra “Los secretos ocultos del Ajedrez” que lamentablemente se perdiera durante la Segunda Guerra Mundial o ¿No?
Por otra parte, la película sobre el misterioso personaje que vive entre la leyenda y la realidad, es muy entretenida.