Un artículo del Árbitro Vasco J.M. Villanueva
Errar es humano; frase atribuida al filosofo Séneca mucho antes de que el ajedrez campase por la península ibérica.
En este caso no nos vamos a referir a cuando nos dejamos la dama en una de la forma más tonta con la partida ganada, ni tampoco a ahogar al rival teniendo hasta dos damas de ventaja o que nos peguen mate tras sacrificar tres piezas y meternos el mate de la coz, que el rival se lo ha ganado, estudiando la situación –menudo crack. Más bien nos vamos a referir a las pifias de nosotros los árbitros y compañía.
Con el paso del tiempo y varios torneos a las espaldas ya sabemos interpretar los puntos de los listados y notamos que nos falta un punto, que se debe haber anotado mal un resultado, ¿a dónde ha ido a parar ese punto?.
Esto se puede deber a muchos factores desde que se da el resultado hasta que sale la siguiente ronda. Viendo los fallos de ir aportando soluciones para poder ir mejorando poco a poco en la realización y organización de torneos de modo que las famosísimas normas de calidad ISO, las UNE y la EN se queden en pañales.
Por ejemplo, siguiendo el camino que sigue el punto, vamos a ver los problemas más habituales en nuestras meteduras de pata.
1. Los jugadores se han sentado con los colores cambiados y el resultado puede ser confuso, el jugador a la hora de dar el resultado decir claramente gana Alexander, de modo que quede claro que gana Alexander y no Iker, el anotador de resultados observará que se han colocado al revés y lo dirá al árbitro (que luego más de uno se queja que repite color)
2. Algún jugador se ha sentado en otra mesa, que simplemente se equivoca (Errare Humanum est) o ya hay algún –¡pecador de la pradera!-que no quiere jugar con uno muy bueno y que le gana siempre, lo normal para evitar este fallo es que el usuario normal venga y lo diga: ese es mi sitio, además se intenta pasar un pequeño control para ver si los jugadores están sentados en su sitio y si se comprueba que no: Camarero, ¿me puede cambiar a mi compañero de mesa? “Frase de un Gran Maestro –Miguelin Tal- y si él lo dice pues yo también.
Otra forma de ir solucionando el tema es colocar claramente cuál es el número de la mesa.
3. Otro caso es que, de puro nerviosismo, nos equivoquemos al decir quien gana, el anotador debería indicar alguna pregunta para certificar, ¿Zuriñe con Blancas?
4. También el anotador se puede equivocar al anotar el resultado. Para evitar esto el anotador debiera mostrar como coloca el resultado a la par que lo apunta.
5. También en la hoja al meter al ordenador se puede uno equivocar, ante esta situación lo mejor es repasar los resultados, que si son pocos es fácil pero si son cincuenta y anotados en varias hojas la cosa se complica. Por lo que hemos de intentar agruparlos en una única hoja.
6. Mas, por muy raro, el sistema informático puede fallar y hacer algunos extraños, cosa que se soluciona con copias de seguridad. Y con lo típico de informática: apagar y encender de nuevo. Aunque en esta caso puede tardar un tiempo que nos retrase todo
7. De todos modos un jugador al notar un fallo en los puntos, lo correcto es indicarlo, averiguar las causas del error y corregir el resultado si procede, sobre todo si ambos jugadores están en la sala de juego. E incluso se puede corregir a posteriori.
8. También es de agradecer la colaboración de algunos monitores que apuntan los resultados de sus pupilos y que les tendrán controlados hasta los propios errores de ellos, es decir cuando se dejan la dama, cuando hacen ilegales, …pero que no se confíen que sus pupilos también les tendrán controlados cuando ellos también se equivocan
Porque aquí todos nos podemos equivocar.