Tras las clases dedicadas a la Torre y Alfil con sus Telas de Araña y Laberintos, le toca el turno a la Dama. Para impartir su movimiento además de las TdA podemos introducir el juego que he bautizado como Pastel de Damas. Consiste en lo siguiente:
Convertimos el tablero en una gran tarta cuyas velitas son las piezas de ajedrez que salvo las Damas y los Reyes se sitúan en el borde, es decir, por las columnas a y h y las filas primera y octava, disponiendo velitas negras en casillas blancas y viceversa. Hecho lo anterior, situamos las Damas sobre el pastel, por ejemplo en e4 y c5 y damos a conocer el objetivo del ejercicio, cuál es, apagar todas las velitas del color contrario. Gana quien haga su cometido en el menor número de turnos, empezando primero blancas y no pudiéndose jugar dos turnos seguidos.
Este primer sencillo esquema de juego que se puede plantear a renacuajos, se puede progresivamente complicar verbigracia, permitiendo que las Damas se puedan capturar entre si, o que las torres y alfiles que hacen de velitas puedan ejercer labores defensivas desde su casilla.
Con el Pastel de Damas se introduce al alumnado aparte del movimiento de la Dama, la noción de turnos alternos de blancas y negras y combinar movimiento de Torre y Alfil de la Dama para evitar que sólo jueguen con ella como Torre que les es lógicamente más fácil.