El tiempo humano tiene sus ciclos. Y los ciclos tienen sus ritos como las fiestas del calendario, de los cumpleaños, de las estaciones y también de los cursos de ajedrez.
Es bueno psicológicamente que todos tengamos presente por medio de algún gesto, cuándo se inicia un tiempo nuevo o cuando se ha arribado al final de una etapa para ahorrar energías mentales en la sucesiva comprensión de los acontecimientos y claves que los rigen. Por ello, es costumbre mía y me consta que también de otros muchos monitores no dar por terminado el Curso de Ajedrez, sin hacer algo extraordinario el último día de clase, generalmente asociado a algo comestible, como no podía ser de otro modo en un juego que nos pasamos la vida zampa que te zampa.
Las fiestas con las que finalizo los Cursos de Ajedrez están diseñadas en función de la edad o conocimientos del alumnado y también he de reconocerlo, según la época: he tenido la época de los caramelos, la de la tarta de ajedrez y ahora desde hace unos años, toca la Era de la Pizza; Unas veces entrego diplomas, otras realizo unas simultáneas y a veces, cuando los resultados acompañan, entrego medallas.
Así, el pasado Lunes 28 en la fiesta Fin de Curso de Ajedrez del Colegio García Rivero más conocido como Atxuri, comimos la ya tradicional Pizza de la que por no quedar, no quedaron ni las fotos…mientras procedía a la entrega de las medallas obtenidas en los Torneos por equipos donde nos clasificamos 3º en Benjamín y 4º en Alevín.