Una vez que el alumnado sabe mover todas las piezas, va siendo hora de introducir la noción de ¡Jaque! No es cosa fácil hacer comprender en su inicio eso del ¡Jaque! por diversos motivos, entre los que se encuentra que no se sabe discernir que algo que se puede hacer físicamente, no lo permite el juego, como colocar el Rey en una casilla amenazada.
Pues bien, al objeto de trabajar esta distinción, además del “Juego de los rayos laser” del que hablaré otro día, podemos convertir el tablero en una Isla Misteriosa llena de peligros en las que el Rey es quien debe buscar un tesoro escondido por piratas cuya custodia y vigilancia se ha dejado a distintas bestias como Torres-cocodrilos, Alfiles-orangutanes y Caballos-dragones. Por ello, el explorador debe poner cuidado en no pisar el territorio custodiado por estas fieras, que por más señas, son de distinto color, de lo contrario van y se lo engullen devolviéndole a la casilla de inicio.
El jugador sólo cuenta con tres vidas y sale por ejemplo de h1 y el tesoro se halla en a8. Los peones propios hacen de selva y las Damas es preferible no introducirlas. El monitor ha de poner cuidado en que exista un recorrido certero.