Ya hemos tratado en alguna ocasión el tema del Autoahogado, un recurso siempre espectacular por su condición sorpresiva donde uno de los bandos se procura unas auténticas tablas de salvación en posiciones desesperadas provocando el ahogado de su rey.
Aún así, no me resisto a presentar un caso con el que me he tropezado, porque tanto su desenlace como el marco en que aparece (una divertida partida) son de las que despiertan afición y ayudan a trabajar distintos elementos tácticos muy gratos al alumnado avanzado.
Para no enturbiar la belleza de este encuentro con continuos comentarios, me limito a reflejar sus movimientos cuyo cúmulo de análisis supera los objetivos marcados en TX.
Alfonso Romero Holmes vs Boris Kantsler (2002)
1.e4 g6 2. Cc3 Ag7 3. h4 h5 4. d4 c6 5. Ac4 d5 6. exd5 b5 7. Ad3 b4 8. Ce4 cxd5 9. Cg5 Cc6 10. C1f3 Ag4 11. c3 Da5 12. Ad2 Ch6 13. O-O O-O 14. Te1 e6 15. Dc1 bxc3 16. bxc3 Af5 17. Ch3 Axd3 18. Axh6 Tac8 19. Axg7 Rxg7 20. Dg5 Ae4 21. Cf4 Th8 22. Te3 Dc7 23. Cd2 Af5 24. Tae1 Ce7 25. Dg3 Ag4 26. Dh2 Cf5 27. Td3 Cd6 28. Tde3 Af5 29. Cxd5 exd5 30. Te7 Dc6 31. De5+ Rg8 32. Cf3 Ce4 33. Txa7 Th7 34. De7 Te8 35. Da3 f6 36. Ta6 Dc8 37. Cd2 Tc7 38. Cxe4 Axe4 39. Txf6 Txc3 40. Dd6 Dg4 41. Txe4 Dxe4 42. Txg6+ Rh7 43. Th6+ Rg8 44. Df6 De1+ 45. Rh2 Dh1+ 46. Rxh1 Te1+ 47. Rh2 Th1+ 48. Rxh1 Th3+ 49. Rg1 Th1+