Pocos libros de ajedrez me han sorprendido tanto como el que hoy traigo a la sección de reseñas y recomendaciones. El título ya me chocó a la poca vista que tengo, cosa que atribuí a que con anterioridad ya me habían hablado de la existencia de un ejemplar en el que se mezclaba a un personaje universal como Sherlock Holmes, con la trama habitual de su especialidad con los problemas de ajedrez, porque si bien la retrospección ya era asunto conocido para los compositores de problemas, no así introducir en la cavilación una situación detectivesca sin forzar mucho las cosas.
Su originalidad, en cambio, tiene un precio: el aficionado que lo adquiera deberá poseer un nivel más que aceptable para disfrutar de toda su fantasía, magia y esfuerzo intelectual que requiere el ensamblaje de ficción y habilidad ajedrecística, no únicamente para resolver las cuestiones, que también para comprender en todos sus extremos la situación de la cual se parte. Ya sabemos que los problemas empiezan a solucionarse en su planteamiento.
El volumen tiene su utilidad para hacer algo distinto en la clase de ajedrez, algo con lo que captar la atención de la chavalería, mas siendo muy conscientes de su elevado grado de dificultad. Por eso, no recomiendo llevar a clase el libro si antes no hemos resumido la trama y escogido bien el ejemplo a trabajar con el alumnado. De no hacer el monitor esta labor previa por su parte para llevar la sorpresa al aula, puede tirarse toda la hora de clase intentando el mismo entender lo que desea transmitir.
La retrospección en ajedrez, consiste en colocar una determinada posición con distintas pistas que ayuden al jugador a comprender de qué otra posición puede haber derivado. Este modo de explorar la ciencia ajedrecística, fue utilizada de manera argumental en la novela de Pérez Reverte “La Tabla de Flandes” con excelente resultado. Para que los menos avezados en estas lides comprendan de qué se trata el asunto, podríamos decir que el juego por mi bautizado como “¿Dónde está el Rey Fantasma? en el que el principiante debe ubicar al Rey en un escaque donde es forzosamente ¡Mate!, es la variante más sencilla de esta imaginativa vertiente que ofrece este sorprendente juego.
Ahora para quienes se creen muy duchos, les voy a poner el reto creado por el reconocido artista de la especialidad Samuel Loyd para que respondan en qué casilla ha de estar el rey Blanco en la siguiente posición:
Blancas: Aa4
Negras: Rd1, Tb5, Ad5
Espero vuestras respuestas sin mirar en internet. ¡Que os conozco!