Juegos y Problemas de Ajedrez para Sherlock Holmes, de Raymon Smullyan

Pocos libros de ajedrez me han sorprendido tanto como el que hoy traigo a la sección de reseñas y recomendaciones. El título ya me chocó a la poca vista que tengo, cosa que atribuí a que con anterioridad ya me habían hablado de la existencia de un ejemplar en el que se mezclaba a un personaje universal como Sherlock Holmes, con la trama habitual de su especialidad con los problemas de ajedrez, porque si bien la retrospección ya era asunto conocido para los compositores de problemas, no así introducir en la cavilación una situación detectivesca sin forzar mucho las cosas.

Su originalidad, en cambio, tiene un precio: el aficionado que lo adquiera deberá poseer un nivel más que aceptable para disfrutar de toda su fantasía, magia y esfuerzo intelectual que requiere el ensamblaje de ficción y habilidad ajedrecística, no únicamente para resolver las cuestiones, que también para comprender en todos sus extremos la situación de la cual se parte. Ya sabemos que los problemas empiezan a solucionarse en su planteamiento.

El volumen tiene su utilidad para hacer algo distinto en la clase de ajedrez, algo con lo que captar la atención de la chavalería, mas siendo muy conscientes de su elevado grado de dificultad. Por eso, no recomiendo llevar a clase el libro si antes no hemos resumido la trama y escogido bien el ejemplo a trabajar con el alumnado. De no hacer el monitor esta labor previa por su parte para llevar la sorpresa al aula, puede tirarse toda la hora de clase intentando el mismo entender lo que desea transmitir.

La retrospección en ajedrez, consiste en colocar una determinada posición con distintas pistas que ayuden al jugador a comprender de qué otra posición puede haber derivado. Este modo de explorar la ciencia ajedrecística, fue utilizada de manera argumental en la novela de Pérez Reverte “La Tabla de Flandes” con excelente resultado. Para que los menos avezados en estas lides comprendan de qué se trata el asunto, podríamos decir que el juego por mi bautizado como “¿Dónde está el Rey Fantasma? en el que el principiante debe ubicar al Rey en un escaque donde es forzosamente ¡Mate!, es la variante más sencilla de esta imaginativa vertiente que ofrece este sorprendente juego.

Ahora para quienes se creen muy duchos, les voy a poner el reto creado por el reconocido artista de la especialidad Samuel Loyd para que respondan en qué casilla ha de estar el rey Blanco en la siguiente posición:

Blancas: Aa4
Negras: Rd1, Tb5, Ad5

Espero vuestras respuestas sin mirar en internet. ¡Que os conozco!

Problemas para gente sin Problemas, de René Mayer

Cuando nos encontramos ante una dificultad y esta tiene solución, decimos que nos hallamos frente a un problema. Cuando no la tiene, ya se trata de un misterio. Pues bien, siendo la vida de por si un auténtico misterio por no saberse cuál es su origen y tampoco es que existan muchas pistas sobre su sentido…además, es todo un problema cuya solución, a saber, la muerte, como que no arroja mucha luz sobre el asunto.
Si a lo anterior que nos afecta a todos, le sumamos, que quien más quien menos, tenemos algún que otro problemilla añadido, no me dirán ustedes que el título que escogió el autor para bautizar este excepcional trabajo no es provocador. Y es que, no es fácil atraer la atención del jugador de ajedrez hacia esta modalidad, en la que más que competir con un adversario lo hace contra si mismo, contra su falta de humildad, de impaciencia, donde no se puede hacer más trampa que ver la solución antes de sacarla con el mero pensamiento…
El libro es una joya del entretenimiento ajedrecístico, pero lejos de recoger entre sus páginas los típicos problemas de cálculo basados en temas tácticos como dar mate en dos, hacer clavadas, descubiertas, sacrificios, etc, plantea diagramas donde se hace discurrir la lógica de un modo algo distinto. Fue así, como gracias a este texto descubrí que hay otro Mate tan corto como el del Loco, que un Mate en una jugada, entraña mayor dificultad de la que creía, que hay posiciones donde aún sabiendo con cuatro movimientos de antelación las jugadas del contrario no es sencillo darle Mate y un sinfín de curiosidades que convierten a este libro en un magnífico material para, de cuando en cuando, enfrentar a un alumnado de élite, con su capacidad de aceptar que el ajedrez encierra complejidades más allá de los estudios de Aperturas, Medio Juego y Finales.

Cuadernos prácticos, de Antonio Gude

Mi admiración por Antonio Gude radica en su buen hacer, clara exposición, seriedad de sus trabajos, su ingente esfuerzo continuado en la elaboración de materiales para la enseñanza y aprendizaje de nuestra disciplina; En resumen, que si tuviese que escoger un referente al que deseara que algún día se me comparase en la difusión de la materia que nos ocupa, no encontraría mejor autor que el que hoy traigo a esta pequeña tribuna y que no será la última, pues toda su extensa y variada obra es garantía de dar con un excelente producto para el entretenimiento del amante del ajedrez como para el monitor interesado en acrecentar los conocimientos de su alumnado.

La serie de diez cuadernos prácticos es de lo mejorcito para entrenar a un alumnado de nivel “Avanzado” entendiendo por este a un grupo de jóvenes entre 11 y 14 años que ya lleven no menos de dos tres años trabajando bien los principios de apertura, finales básicos aprendidos, fuerza combinatoria de mate en dos, conozcan al menos una decena de temas tácticos…

El primer cuadernillo trata de errores típicos en las aperturas, las celadas, maniobras incorrectas, etc. ¡Una delicia de texto! Que pondrá los ojos como platos al alumnado ávido de victorias.

El segundo cuadernillo, que trata de combinaciones, es el menos interesante por aportar poco al tema demasiado manido en otros manuales. No merece la pena adquirirlo, salvo para hacer bonito con el resto de la colección.

El tercer texto, es de los pocos que aborda de manera sistemática ejercicios de estrategia para tratar el asunto de las debilidades de peones, las columnas abiertas, la séptima y octava fila, etc. Su explicación es más sencilla que las aparecidas en libros muy especializados a los que hace de aperitivo.

Al cuarto volumen que versa sobre finales, le ocurre como al de las combinaciones, que ya hay abundante material en el mercado. Sin embargo, para monitores poco experimentados en trabajar con textos serios, puede ayudarles, aunque es preferible para trabajar finales el texto de Keres del que daremos cuenta en breve.

El cuadernillo quinto, es una maravilla de lección de ataque contra el enroque. Su visionado debería ser anterior a “El arte de la defensa” de Illia Kahnn del que también hablaremos en esta sección.

El cuadernillo sexto que trata de ataques al rey en el centro, debería haber antecedido al de ataques al enroque. Es un tema fundamental que seguramente corresponde más al nivel de iniciación dos que a Avanzado.

El cuadernillo séptimo creo que está de más, porque dada su temática, cuál es, los problemas de cálculo, lo dicho, poco aporta a lo ya existente.

Todo lo contrario del cuaderno octavo que aborda el difícil tema para estas edades del sacrificio posicional. Cubre el espacio que hay entre el ajedrez escolar y las lecciones de libros especializados sobre el tema.

El texto noveno trata de la defensa y el contraataque, asunto importante por cuanto los jugadores a veces nos obcecamos en una parte del tablero y nos olvidamos de estos aspectos de la partida que tienen que ver con la economía de recursos, manejo de espacios, armonía de las piezas…

Por último, el cuadernillo décimo, con sus combinaciones de mate, peca de lo mismo que el 2, el 4 y el 7

Si el lector es un jugador o un monitor que sabe manejar distintos textos especializados, yo le recomendaría adquirir sólo los volúmenes 1, 3, 5, 6, 8 y 9. Pero si no fuera así, adquirir toda la colección no sería un error.

¡Juega! ¡Gana! ¡Analiza! de Patrick Gonneau

La serie de tres volúmenes consecutivos tiene el valor de ofrecer fichas bien elaboradas al monitor lo suficientemente experto como para dosificarlas y reubicarlas en su correcto orden de aparición en la enseñanza de su clase. En verdad, aunque a todo se le puede sacar provecho, el tercer volumen, titulado “¡Analiza!” no merece demasiada atención, pues el esfuerzo que se ha de invertir para obtener de él un rendimiento, no compensa, máxime, cuando para el nivel que despliega ya contamos con materiales mejor trabajados que el suyo de los que daremos cuenta en posteriores reseñas.
El autor, ha tenido el acierto de ofrecer poco texto y mucho diagrama con posiciones típicas, no sólo para enseñar lo que es por ejemplo mate, ahogado o tablas, sino también ¡y muy importante! para aprender lo contrario, o sea, lo que no es mate, lo que no es ahogado, y lo que no son tablas, que a veces, se nos olvida explicar bien las cosas…A tal objeto, es de los pocos materiales que enfrenta al aprendiz con cuestiones como ¿Es Jaque Mate? Que posibilitan al docente una mejor clarificación de las posibles lagunas que puede haber en los conocimientos impartidos por parte de su alumnado.
Bien masticaditas por el monitor, sus fichas son de gran ayuda para escolares de entre 8 y 11 años de edad cuyo nivel de ajedrez es de Iniciación I y II. De hecho, es un material que se ha de usar con anterioridad a los libros de Murray Chandler ya reseñados cuyo nivel es ya para Avanzados.
Sobre las fichas, los alumnos pueden además de seguir la lección del día, tener un resumen visual de la misma que llevarse a casa para repasar, realizar ejercicios de respuesta, verificación y corrección en el aula.
Un monitor vago como yo, no dudaría en adquirir sus dos primeros volúmenes para no tener que trabajar por su cuenta y riesgo los principales temas tácticos, los mates básicos, las celadas habituales de apertura, etc.

Cómo ganar a tu papá al Ajedrez, de Murray Chandler

Como su otra obra ya comentada AJEDREZ PARA NIÑOS de idénticas características en formato y disposición de los conocimientos, es el complemento perfecto para introducir al alumnado en la tipología de mates propios del medio juego.
Cuando el principiante ya sabe dar los mates básicos propios del final de partida como el “Mate de escalera” con dos torres o el “Mate del cochinillo” con Rey y Torre, o los elementales de la apertura como el “del loco”, “Pastor”, o “del tonto”, es hora de impartir otros mates un poco más elaborados que se presentan en el Medio Juego como el de “Anastasia” “Damiano” “Boden” “Árabe” “de la coz” etc, cuyo conocimiento para buscarlos y evitarlos durante la partida es fundamental en la formación del ajedrecista.
Pues bien, para esta labor, el presente texto, es lo mejor que he encontrado hasta la fecha y sus lecciones bien seleccionadas y filtradas son muy útiles al objeto que el alumnado los tenga presentes y pueda consultarlos por si mismo una vez han sido impartidos y explicados en clase. Porque las enseñanzas de ajedrez, son como los chistes: gustan escucharlas, se entienden cuando se cuentan bien, pero se olvidan fácilmente si no se repasan de cuando en cuando.