Escoja la pieza con que le doy Mate

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Como hemos indicado más de una vez, el genio de Sam Loyd no tenía límites en su creatividad ajedrecística aplicada a la confección de problemas. Su talento era parejo al de esos magos que junto a la ilusión de sus trucos, adjuntan la simpatía y una desbordante imaginación en su ejecución. Por ello, a cuantos amen nuestro noble pasatiempo, les recomiendo echar mano de sus estudios para engrandecer su cultura ajedrecística y pasar agradables tardes dominicales de invierno.
Este artista del tablero, tenía un amigo que se ufanaba de poder adivinar la pieza que daría mate en un problema de ajedrez, ¡vamos! como quien tiene cazado al autor de “Juegan blancas y entregan dama”, típico de los problemas del periódico local…. Para ponerle a prueba, Loyd confeccionó este diagrama desafiándole a escoger una pieza que no fuera capaz de dar mate.
Su amigo, de inmediato señaló al peón de b2 como el candidato. Para su sorpresa, Loyd le dió mate en cinco jugadas.
La solución es:
1. b4
Amenazando Tf5 y Tf1 mate. Las blancas no pueden comenzar con 1. Tf5 porque sino las negras 1…. Tc5 inmovilizaría a la Torre.
1. …Tc5+ 2. bxc5
Amenazando Tb1 mate.
2. …a2 3. c6
Con la misma amenaza que en el primer movimiento.
3. …Ac7
Porque tanto Td5 como Tf5 están amenazadas; las jugadas alternativas 3…. Af6 y 3…. Ag5 solo ofrecerían defensa contra una o la otra.
4. cxb7 Axg3 y 5. bxa8=D mate.
El mate es dado por el peón que se encuentra inicialmente en b2.
Todo problema que incluye un peón que se mueve desde su casilla inicial hasta su coronación en el curso de la partida se dice hoy que es del tipo Excelsior. Excelsior es el nombre con el que este problema ha pasado a la historia del Ajedrez.

El peligro del Rey en el centro

Desde que empezamos a jugar, se nos advierte del peligro de mantener demasiado rato el Rey en el centro. Para ilustrar los riesgos de esta posición, solemos acudir a los mates clásicos de Apertura como el Pastor o el Legal. Sin embargo, con el paso del tiempo y la experiencia relativizamos en demasía dichos riesgos y hasta nos olvidamos de ellos empleando aperturas y defensas que ralentizan a propósito el enroque. Las Aperturas de peón de Dama son buen ejemplo de ello, pero entre las de Rey no faltan, verbigracia, la Siciliana, que desde su inicio parece no tener prisa alguna en llevar el Rey a zona segura. Cuando esta estrategia ya avanzada de posponer el enroque para obtener otros réditos compensatorios se lleva más lejos de la cuenta, suceden cosas como las que siguen a continuación:

Kieninger,G – Mross,P
Munich, 1941
1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 a6 6.g3 b5 Las negras de modo consciente, eligen trabajar en favor de un buen flanco de Dama, en vez de poner a salvo a su Rey.
7.Ag2 Ab7 8.0–0 Cbd7 Pese a observar que el contrario ya ha efectuado su enroque, las negras continúan prefiriendo el desarrollo del flanco de dama y mantener a su Rey en el centro.
9.Te1 e6 En tan propicia circunstancia, la torre blanca, no tiene dudas de dónde debe estar.
10.e5 Axg2 Y empiezan las tareas de demolición.
11.exf6 Ab7 12.fxg7 Axg7 13.Cf5 Af8 Aprovechando que el peón está clavado se amenaza al Alfil y al peón d6. Las negras creen poderlo defender todo, pero el Rey en el centro es toda una tentación.
14.Txe6+ y las negras abandonaron, pues en caso de tomar le viene Dh5++

Mate del Trenecito

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Los jugadores denominaron en su día “Mate del trenecito” a aquel en donde dispuesta sobre el rail de la digonal b1-h7 una Dama-locomotora por delante de su alfil-vagones, emprende desde lejos su carrera hacia la ultima estación en h7 donde da mate al rey enrocado. La figura se antojó un trenecito a los jugadores del siglo XIX que vieron nacer el tren y cuya velocidad al acercarseles daba cierto miedo con el engrandecimiento repentino de su imagen llegando, el humo que echaba y el estrepito con que frenaba en la estación.

Quien desea montar “la máquina”, que es el nombre coloquial dado a la figura de atque en esta posición determinada, debe situar su alfil en c2 o b1 y la Dama en d3 o c2 respectivamente. Como la estructura es muy conocida, aunque la misma puede construirse a lo bruto con Ad3,Ac2,Dd3 sin estorbos de por medio, pues su sola presencia sobre el tablero es bastante para amedrentar al rival, lo aconsejable, es disfrazarla un poco mediante rodeos del medio juego como sucede en Española tras Ab5,Aa4 y Ac2 tras un previo c3, o en otros casos tras maniobras sibilinas que arrancan con Ac4,a3,Aa2,Ab1, etc. Y tampoco está de más que, entre la Dama y h7, haya algún caballo o peón propio en e4 que pueda moverse causando gran estropicio en las filas del contrario por la manenaza descubierta. Veamos un ejemplo extraido de mi juventud:

Nicola – Enmascarado, 1982

1 e4 e5; 2 d4 d5, 3 Cc3 dxe4; 4 Cxe4 Cf6; 5 Ag5 Cbd7; 6 Ad3 Ae7; 7 c3 00; 8 Ce2 c5; 9 Ac2 exd4; 10 Dd3 Ce5??; 11 CxCf6+ Y mate a la siguiente.

Celada Pegaso

Las blancas acaban de efectuar Ae3 y el Caballo Pegaso se dispone a emprender el vuelo con su salto Cg4
Las blancas acaban de efectuar Ae3 y el Caballo Pegaso se dispone a emprender el vuelo con su salto Cg4

Pegaso era un Caballo alado de la mitología griega. En su honor, he bautizado esta conocida celada donde las negras arrastradas por el Dragón que si tiene alas, creen que su caballo también puede volar. Y de hecho, vuela del tablero…
1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 g6 6.Ae3 Cg4?? En posiciones parecidillas, algo más avanzadas, un recurso de las negras para entorpecer la clásica maniobra contra el enroque de El dardo Dd2+Ae3 o la maniobra de Llave Maestra Dd2+Ah6, puede basarse en un incómodo Cg4. De ahí que, en otros sistemas de ataque algunos jugadores realicen previamente Ae2, h3 o f3, al objeto de evitarlo. Sin embargo, en este diagrama, la jugada es un error que no siempre es advertido por quienes juegan las aperturas de libro; porque, muchas veces, los libros no dan cuenta de las malas jugadas.
7Ab5+ Ab7 8DxCg4 Y el Caballo vuela directo a la caja.

El Problema más bello del mundo

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Posición:
Blancas: Rb1,Dh3,Cc5,Ce5,a2,b2,d5,e3,g3,h4
Negras: Rf6,Df8,Ta8,Ta7,Cb7,g7,e4,d7

A este reto de mate en tres, cuya solución requiere de una primera enérgica jugada, seguida de un movimiento tranquilo y un final humilde cuanto inevitable, el campeón inglés a quien debemos el nombre de nuestras piezas, Staunton, no dudó en calificarlo como el “Problema de ajedrez más bello del mundo”. Espero que con las pistas ofrecidas en su enunciación, todos seamos capaces de dar con la secuencia elegante que presenta.