Una de las mayores satisfacciones que ofrece al aficionado medio jugar un Abierto Internacional de Ajedrez es la de poder disputar cara a cara – que no de tú a tú – toda una partida con los mejores jugadores del momento, cosa que en otros deportes está harto dificil a la vista de lo complicado que lo tienen los propios periodistas de poderles hacer una foto o entrevista…
Este es el principal motivo para que pequeñas poblaciones o entidades locales organicen y sufraguen esta clase de competiciones que los que desconocen el castellano gustan llamar ópenes, para dar la oportunidad a sus jugadores grandes y pequeños de medir sus fuerzas con esas estrellas cuya luz normalmente sólo nos llega en forma de movimientos y resultados por revistas o internet. De ahí que, además de pagarles dietas de alojamiento y desplazamiento se pongan premios para atraer su aprticipación, a la vez que se establece una cuota de inscripción generalmente baja a los aficionados que por su módico precio tendrán la posibilidad de jugar en la cumbre de las primeras mesas, al menos durante las primeras jornadas de la competición.
En Bizkaia dentro de poco se abrirá la beda con el Torneo Internacional de Barakaldo al que animo a participar a todos a cuantos les guste jugar al ajedrez con los mejores; ánimo que hago extensible para cualquier otro certamen de estas características a los que hemos de apoyar tanto con nuestra entusiasta presencia como con nuestra solidaria aportación económica, si es que no deseamos su desaparición.