Orgullo de país

Baserritarra

La apología que he realizado estos días (blog, redes, conferencia…) para reivindicar la recuperación y presencia de la obra de José Arrue está siendo un verdadero ciclón. Me resulta imposible caminar cien metros por la calle sin que alguien me muestre su cariño y apoyo con la iniciativa planteada. Porque en el fondo creo que era una necesidad que todos sentíamos.

Por otra parte, los lazos recién establecidos con la familia nacen fuertes y auguran un próspero futuro.

También Bilbao abrazará de nuevo a su hijo de Abando José Arrue, el pintor vasco con más proyección mundial, en las Jornadas Europeas de Patrimonio que se celebrarán en octubre.

Por no hablar de esa pequeña gran performance en honor del artista que vamos a realizar en Orozko, en la ermita de San Miguel, a mediados de septiembre con la participación de numerosas personas del municipio. Para recrear el cuadro «Romería», la fiesta abordada desde la mirada subjetiva de un pintor. Todo bajo la dirección de otro reconocido artista, el productor Antón Lazkano.

Asimismo, dos han sido los establecimientos hosteleros de Llodio (pueblo en donde el pintor vivió sus últimos años y falleció) que me han solicitado cuadros reproducción de su obra para exponerlas en sus negocios, retirando las imágenes impersonales, sin alma, que se exhiben en la actualidad. No serán los únicos. Percibo que vamos recuperando el orgullo y la autoestima. Y me gusta.

Como anhelo sólo me queda soñar con que el Museo de Bellas Artes de Bilbao se entregue con determinación a acometer una gran exposición, “la exposición”, la que iba a ser probablemente la más celebrada y mejor recibida por los que aquí vivimos. Y, por qué no, por los que nos visiten. Porque la obra de Arrue gusta… ¿o hay alguien que lo dude? Además, ¿qué razones hay para no hacerla?
La nueva dirección, perfectamente capitaneada, hace albergar todas las ilusiones para que así sea.

Y… ¡por los dioses del arte! Que saquen de la oscuridad de los sótanos obras tan esplendorosas como, por ejemplo, “La Fuente” para que todo el mundo pueda verla, sentirla y gozarla como su calidad pictórica merece. No pueden permanecer secuestradas en esos zulos, porque las queremos ver vivir entre nosotros.

La Fuente

Museo de Bellas Artes de Vitoria (el gran desconocido con vaya pedazo de colecciones), el Museo Vasco de Baiona, Euskal Herria de Gernika, Museo Vasco de Bilbao, Athletic Club, familia, infinidad de colecciones privadas… el mismo Museo de Bellas Artes bilbaíno… todos debemos posibilitar esa gran exposición que la sociedad demanda y añora.

Tenemos que arrimar el hombro todas, todos, para hacer pueblo, para hacer país. Nos toca coger la iniciativa a los de la calle, a los parias de la cultura. Vamos a conseguirlo de abajo hacia arriba. Cuento con vosotras y vosotros.