BEGITXINDOR
El uso de la palabra de euskera “begitxindor” está relativamente extendido en los ambientes populares de gente mayor, aún sin saber euskera. Y como estoy escribiendo sobre ello en otro lado, me parece curioso acercarlo hasta aquí para entretener esta mañana dominical.
“Begitxindor” o cualquiera de las diversas variantes fruto de la deformación de la primera (biritxindor, bitxindor, etc.) significan ‘orzuelo’ que, como sabemos, es una protuberancia en el borde del párpado del ojo, debido a la inflamación de una glándula sebácea, una especie de grano infectado, molesto y doloroso.
Una vez más, el euskera goza de la ventaja de poder unir dos palabras diferentes, sin ligadura alguna entre ellas, para dar vida a una nueva. Así, de un modo tan simple como milagroso, es como surge “begitxindor”, a partir de “begi”, ‘ojo’ y “txindor”.
HURGANDO CON LA LENGUA
Sobre esta última palabra, no tengo claro su origen. Ya de por sí, en solitario, también significa ‘orzuelo’ y ahí puede finalizarse su recorrido. Hurgando en su origen, lo más cómodo y accesible parece ser el relacionarlo con “txingor”, ‘grano’, incluso ‘granizo, pedrisco’. Pero a mí me parece también sugerente la posibilidad de ir más allá y vincularlo con “txingar”, ‘chispa del fuego’, ‘brasa, rescoldo’, “txondor” o “txondar”, ‘pira de las carboneras’ y hasta con “txindor” ‘petirrojo’. Es decir, que hablaríamos de un antiguo origen en común, en un antiguo término que ya no conocemos, y que significaría algo así como todo aquel amontonamiento que arde, una especie de pequeñas erupciones de fuego o calor que de un punto determinado brotan hacia el exterior.
UNA DE CEBADA
Por otra parte, tampoco la palabra castellana “orzuelo” se libra de estas divagaciones lingüísticas, siempre tan curiosas y llamativas, ya que en principio significa ‘grano de cebada pequeño’, quizá por su similitud en la forma entre el granito de cebada y el del orzuelo. En efecto, “orzuelo” surge del latín “hordeolus” que no es sino un diminutivo de “hordeum”, ‘cebada’.
QUE SEAN DOS
Por cierto, como última curiosidad, el nombre de la bebida “horchata” también tiene el mismo origen en “hordeum”, ‘cebada’, por un cruce entre palabras. Y es que, si vais de vacaciones por los pueblos del Levante español podréis comprobar cómo en algunos bares y horchaterías venden aún “agua de cebada”, una bebida sabrosa y que hace las delicias de los más mayores, tomándose muchas veces mezclada con horchata…
MICHI-MICHI
De ahí viene el lío… éste es el origen del legendario “michi-michi”, la bebida veraniega, granizada, y que hacía furor en los parques madrileños de fines del XIX y principios del XX, algo similar a las limonadas de garrafa que tanto nos han gustado y gustan aquí. El origen del nombre de aquella bebida no era sino el valenciano “mig i mig”, ‘mitad y mitad’, cebada y horchata.
DE RECEBO
Por cierto que la palabra «hordeum» perdio su carrera por denominar al cereal, ya que era tan usado y preciado para engordar al ganado que prefirieron unirlo al verbo «cebar» (del latín «cibare»).
Dicho lo cual, yo también me piro de recebo, a tomar unos pinchitos dominicales. Feliz día.