Surreality show

Después de ver en ETB-2 cómo una aspirante a conquistadora del fin del mundo sufría una hipotermia severa enterrada en la orilla de una playa, que a la concursante de otro reality estuviera a punto de reventársele una teta al lanzarse desde un helicóptero al agua se me antoja un mal menor. De hecho, la propia interfecta, más que por su pecho, parecía estar preocupada por tener que abandonar el programa. Con lo fácil que les resulta a algunos políticos hacer lo propio una vez consiguen grapar su trasero al escaño.

Antes de que algún desaprensivo sufra daños irreversibles ante las cámaras -¿Qué será lo próximo, tirar a Toni Genil por un barranco con los ojos vendados?- propongo a las teles que si lo que quieren es grabar a gente sufriendo, hagan un reality de parados. Esos sí que están con el agua al cuello, lastrados por la hipoteca, y con el flotador embargado. Como a Patxi le crecen como perretxikos los desempleados, en Euskadi tendríamos un montón de candidatos para el casting. No me digan que no tiene morbo ver cómo les desahucian en directo, cómo piden la vez para buscar restos en el contenedor del supermercado o cómo empeñan en un Compro oro hasta las fundas de los dientes de sus antepasados. Aunque si más que un reality lo que quieren es ver un auténtico show, no se pierdan el que se montan algunos candidatos en campaña. Nada que envidiar a Pirritx eta Porrotx, oiga. Pasen y vean, antes de que les nominemos el 22 de mayo.

Ni contigo ni sin tweet

http://www.youtube.com/watch?v=vJOmrqvJsAQ

Lo mío con las redes sociales es un ni contigo ni sin tweet. Mientras muchos las utilizan con fines humanitarios, como derrocar a dictadores, otros tantos se asoman a ellas solo para saber de familiares y amigos. Pero así, por encima, sin entrar en profundidades. Aunque siempre hay algún pelma que se excede en su afán informador. «Me estoy meando». «Ya voy por el pasillo, camino del baño». «Psssssss». «Tengo que comprar Baldosinín». ¡Basta ya! ¿Es que tienes un ipad incrustado en la tapa del sanitario? ¡Deja de retransmitir tu vida al minuto como si fuera la final de la Champions League!

Otros, sin embargo, son tan parcos en palabras que solo te escriben en las grandes ocasiones. Como aquel primo lejano de cuarenta y tantos que de repente twittea: «Va a ser niño. Le llamaremos como mi pareja, George». ¿¿Niño?? ¿¿George?? Creo que me he perdido algo. Eso sí que es concisión. Y todavía le sobran 89 caracteres. También hay quien se hace la interesante y cuelga dramáticos posts del tipo «Tranquilos, saldré de esta». Perdona, pero yo estaba muy tranquila hasta que has escrito eso en tu muro. ¿No será que tienes la gripe y quieres llamar la atención? Y qué me dicen de los que te mandan jueguecitos del tipo: «Ricardo se siente hoy como una amapola. ¿Con qué linda flor del campo te identificas tú?». Pues con la mala gaita que me canta, con la carnívora, ¡no te fa! Si ya lo decía Bisbal, la peña tiene mucho tiempo libre. Sobre todo los parados. Multipliquen por cuatro millones. ¡Ahí es nada!

Tocan a muertas

No es por aguarles la fiesta, pero las campanas de este fin de año tocarán a muerto. O mejor dicho, a muertas. Más de setenta. Sus sillas estarán vacías esta Nochevieja. Y en Año Nuevo. Y en Reyes. Y en los cumpleaños de sus hijos. Y en la comida de los domingos en casa de la abuela. Sus asesinos machistas se comerán las uvas en sus celdas. Y el resto haremos borrón y cuenta nueva. Porque empieza el año y los contadores -también el de las víctimas de la violencia de género- se resetean.

Volverán los titulares. Igual que el primer recién nacido de 2011, la primera muerta. Dependerá de si su crimen coincide con un derbi, la subida de la luz o los cuernos de la Esteban el que lamentemos o no su fallecimiento en la sobremesa. Una familia destrozada. Una no. Más de setenta. Y nosotros como si tal cosa, cambiando de canal para escuchar cómo jadean en la hora sin cámaras los de Gran Hermano, pasando la página del periódico para hacer el crucigrama, cliqueando en el link de al lado para ver la última provocación de Lady Gaga en Youtube.

Mueren por decenas, pero ya no causa impacto. ¿Se imaginan seis equipos de fútbol aniquilados al año? ¿Que quedaran vacíos casi todos los escaños del Parlamento Vasco? ¿Que fulminaran a setenta rostros de la tele o a todo su vecindario? Pero solo son mujeres anónimas. Por ellas no ponemos el grito en el cielo, ni se nos pasa por la cabeza manifestarnos, ni mucho menos convocar una huelga general. Aunque la siguiente pueda ser tu madre, tu hermana, tu hija o tú. Lloran las campanas.

Autocontrol

http://www.youtube.com/watch?v=uLH-Fq2XFIk

Les pagan por controlar el espacio aéreo, pero en el suyo han demostrado tener un falta absoluta de autocontrol. No como los parados, a quienes les van a retirar la ayuda de 426 euros y no por eso han dado por saco al resto. Eso sí que es temple y lo demás son tonterías. Temple o que no tienen ni para comprar espumillón, ¡como para gastar el creditrans en ir a las barricadas!

También los sufridos pasajeros han dado buena muestra de su saber estar. Han perdido días de vacaciones, sí, pero no los papeles. La faena, ya va siendo hora de reconocerlo, a alguno le ha venido hasta bien. A falta de mili y posguerra, tras hacer noche en un aeropuerto, por fin tienen una batallita que contar a sus nietos. Porque el mayor apuro que habían pasado muchos veinteañeros antes del día de autos había sido quedarse sin saldo en el móvil o que no se les guardase la partida en la Play Station. Menuda Nochebuena que nos van a dar relatando sus penurias. Que si el suelo de la terminal estaba muy duro, que si no había manera de recargar su iPad… Y se lo cuentan, mientras pelan langostinos, al aitite, que estuvo a punto de palmarla en las mismísimas trincheras.

El portavoz de los perpetradores aéreos ha dicho que no quiere ganar más, sino llegar el lunes a la oficina y que no le pidan trabajar el doble o el triple. Majete, bienvenido al mundo laboral terrenal. A estas alturas los controladores gozan de la misma credibilidad que Guti recién salido de un lunch navideño: «Lez judo que ezto no ez lo que padece. Hip».

Las tres ‘pes’

Alcachofero profesional

Antaño compartíamos mala fama con putas y policías, pero ahora los periodistas nos hemos quedado solos en el trío de las pes. Sarkozy nos tilda de «pederastas», Berlusconi de «prepotentes»… Por eso no entiendo que Ares se indigne porque al lehendakari le llamen «Pinocho». La verdad, quitando «carapedo», no se me ocurre un calificativo más pueril. A mí me lo llaman y, como mucho, replico: «El que lo dice lo es, con el culo al revés». Mi hija de cuatro años lo hace y es una experta.

Como les contaba, la canallesca está bajo sospecha y no sé si la Trapote, que ejerce de periodista lo mismo que la Obregón de bióloga, tiene algo que ver. Lo digo porque su último trabajo ha sido copiar y pegar un libro del Kamasutra. Hay que joderse. Aunque a veces es mejor plagiar que darle a la imaginación a lo Sánchez Dragó. Quizá también hayan influido en la mala prensa colectiva las hordas de alcachoferos que, azuzados por sus jefes, entrevistan a todo lo que se les ponga por delante, ya sea el ex amigo de un friqui, una ventanilla cerrada o un portero automático sin descolgar.

Para no escurrir el bulto, asumo por mí y por todos mis compañeros la parte que nos toca a los plumillas, pero que sepan que nuestro oficio es cada vez más duro. Que le sondeas a una señora sobre la huelga de Bilbobus y te dice que quiere revisar el artículo no vaya a ser que tergiverses sus palabras. Ni que le hubieras preguntado por el terrorismo mundial. A este paso, a Gustavo, el reportero más dicharachero, le van a echar de Barrio Sésamo.