Extracto de mi obra “La lógica de las Aperturas contada a los principiantes”.
La etimología de corte Indoeuropeo a la que podemos remontar el tecnicismo ajedrecístico de “Gambito” nos conduce a la raíz “Kamb” que aludía a doblez, cuya presencia todavía podemos observar en la palabra castellana “cambio”. De ahí pasó al griego y de este al latín donde vino a significar parte de la extremidad animal. El italiano amplió esta acepción hasta designar con ella a la pierna y de esta lengua hermana hemos tomado la voz “Gambito” que no es una gamba pequeña pese a compartir el origen etimológico, sino una zancadilla en traducción libre.
El gambito es entonces un obstáculo que sale al paso del desarrollo adversario en forma de opción de captura, generalmente de un peón o incluso pieza que le tienta a utilizar su turno no en jugar para ocupar centro, desarrollar pieza, ganar espacio o proteger su rey, sino precisamente en capturar, tiempo que el jugador de gambito aprovechará para reforzar, tomar o recuperar la iniciativa en el juego.
En mi opinión, hay dos clases de gambito, según sea su intención: de desviación, cuyo propósito es desviar a un peón de su columna normalmente central como ocurre en el Gambito Rey o de Dama e incluso una pieza como sucede en el Evans; o de activación como por ejemplo el del Ala en la Francesa, el Morra en siciliana, el Danés…Pero según sus consecuencias podemos encontrarlos sosos como 1d4-c5; peligrosos para quien lo propone como el Blackmar 1)d4-d5; 2)e4; especulativos como el Englund 1)d4-e5; y hasta cómicos como el famoso Gambito Topo en la Escandinava 1)e4-d5; 2)exd-Cf6; 3)d4-C5;
En cualquier caso, conviene tener siempre presente, que los gambitos suelen conducir a posiciones sumamente tácticas donde los principios generales son arrastrados al precipicio de la estrategia ortodoxa en donde como la lucha libre, ¡Todo vale! Sin embargo, ante la presencia de un gambito, existe la opción de aceptar o no aceptar como sucede en el Gambito Dama 1)d4-d5; 2)c4 donde sin problemas puede hacerse tanto cxd, como c6 o e6, e incluso una vez aceptado, no hacer nada por conservar la ventaja material, dándose casos en los que hasta se devuelve voluntariamente la ganancia como vemos en el Gambito Volga cuando después de 1)d4-Cf6; 2)c4-c5; 3)d5-b5; 4)cxb-a6; ahora cabe la extraña variante de 5)b6;
En sus más tempranas apariciones, la aceptación del gambito era de cumplimiento obligado en una época en la que los duelos primero a espada y luego a pistola, estaban a la orden del día donde el retado a quien se le había arrojado el guante tenía algo más que perder que la vida de rehusar, a saber, su honor. Sólo cuando se comprendió que el honor no facilitaba en nada la victoria, empezó a hacerse un hueco las variantes donde se rehusaba el gambito. Claro que antes apareció la idea de echar más leña al fuego, consistente en proponer a su vez una doble captura, que es lo que se conoce como Contragambito que es la idea del Albin 1)d4-d5; 2)c4-e5;
Me gustó el artículo. My didactico y profundo a la vez. Saludos
Amigo Federico, gracias por mostrarme tu favorable parecer. Espero poder ofrecerte otras entradas igual de ilustrativas.