Escarmentado de recibir mates en el centro del tablero, el Principiante, acaba por aprender que es mejor enrocarse; a tal extremo, que el enroque se convierte en un movimiento irreflexivo, cosa peligrosa, tratándose como se trata de un movimiento de rey.
Los peligros del enrique y los distintos modos de asaltarlo han sido objeto de estudio en mi obra EL ENROQUE ¡UY! ¡QUÉ MIEDO! Pero, la partida de hoy versa sobre la elección del enroque, por dónde enrocar, como acto deliberado por cuanto con su retraso y elección puede cambiar por entero el signo de una partida y echar por tierra la entera estrategia del oponente.
Larsen – Spasski, Belgrado, 1970
1 b3 e5 Aquí tenemos el inicio que identifica a la Apertura Larsen, cuya idea principal es dominar la diagonal que apunta al potencial enroque corto negro; el más frecuente en las defensas.
2 Ab2 Cc6 El desarrollo del Caballo negro obedece en principio a la defensa del peón central.
3 c4 Cf6 4 Cf3 e4 Las blancas trabajan con principios estratégicos hipermodernos, aquellos que buscan dominar el centro del tablero con piezas y no con peones.
5 Cd4 Ac5 6 CxC dxC Las blancas confian en su estrategia, pero a cambio, han permitido un intruso en medio del teatro de operaciones y un despligue efectivos más rápido de su rival. Las negras tomando de peón central en vez de llevar peones al centro como suele ser costumbre, anticipa sus escondidas intenciones.
7 e3 Af5 8 Dc2 De7 Larsen trabaja sobre la debilidad del peón avanzado negro como es costumbre en esta clase de planteamientos, con su dama y alfil apuntando al potencial enroque corto. De mientras, las negras, como otrora el caballo realizan una jugada aparentemente en aras de defender el peón central.
9 Ae2 0-0-0 Y cuando el primer jugador se dispone a completar su desarrollo del flanco de rey para enrocar de corto, sucede que Spasski se enroca de largo y le chulea toda su estrategia.
10 f4 Cg4 Ahora las blancas sienten el aliento en su nuca. No pueden enrocar por múltiples amenzas como los sacrificios en e3 y la desagradable entrada de dama en h4. De este modo, un simple enroque del negro ha dejado al rey blanco en medio del tablero en posición abierta y sin plan de juego ni de contrajuego.
11 g3 h5 12 h3 h4 Si observamos el tablero en vez de la caja, las blancas en el diagrama tienen dos piezas de menos, a saber: la Torre de a1 y el caballo de b1. En estas favorables circunstancias, el juego brillante luce más. Y las negras no dudan en enviar a un minero a dinamitar el flanco de rey blanco.
13 hxC hxg3 14 Tg1 Th1 Ya dijimos que el balnco tenía dos piezas de menos en el tablero…y se podian devolver con brillantez.
15 TxT g2 16 Tf1 Dh4+ La colocación en f1 de la torre obedece a que en g1 en breve estaría expuesta y es preferible su pérdida en casilla donde la coronación esté controlada por el alfil.
17 Rd1 gxT = D Las blancas abandonaron con su rey fulminado por los rayos X de la torre que Spasski colocó en la columna abierta cuando decidió efectuar su enroque largo.