La virtud de esta obra no reside en su muy deficiente confección pedagógica como veremos, sino en la ingente cantidad de motivos visuales o para colorear que ofrece al enseñante que ha de transmitir el gusto por el ajedrez a un alumnado prebenjamín, o sea, renacuajos.
El libro está mal elaborado se mire como se mire: En principio por sus dibujos de los conocidos personajes de Disney como el Pato Donald, es evidente que va dirigido a niños de entre cinco y ocho años. Sin embargo, su formato pequeño, con letra no muy grande, introducción del lenguaje ajedrecístico, etc, evidencian una enorme contradicción con su propósito, pues las obras dirigidas a los más pequeños deben ser en formato grande, letras gordas y dibujos enormes como bien lo saben las editoriales de cuentos.
Los conocimientos están mal distribuidos porque empiezan por el Rey y nada más terminar de enseñar el movimiento de las piezas, se reproducen partidas como la “Inmortal” que supone un gran salto de nivel en el aprendizaje.
No obstante, el texto en buenas manos puede resultar una joya de saberse usar bien como he observado tras diez años dando clase con él: Los monitores pueden desmenuzar sus páginas y hacer fichas para introducir el movimiento de cada pieza y para dar a conocer las leyes básicas del juego. De este modo, los escolares de edades más tempranas dispondrán de materiales más acordes con su edad, porque hemos de reconocer, que las del resto de libros, son un tostón hechas sólo con piezas de ajedrez y en blanco y negro. ¡Ah! Porque yo se las hago pintar con colorines.
También es de gran provecho, si el texto es leído por la mamá a sus hijas con un tablero delante.
Categoría: Reseñas bibliográficas
Tácticas de ajedrez para niños, de Murray Chandler
Uno de los mejores libros publicados para ayudar a monitores a introducir al alumnado principiante en el ajedrez de las primeras tácticas para ganar piezas y conseguir amplias ventajas durante el medio juego.
Su sencilla estructura presentando los conocimientos de uno en uno en página doble, yendo estos de los más elementales como el ataque doble hasta los más complejos como el recurso al jaque perpetuo para obtener tablas en una posición algo dificililla y reproduciendo en cada tema dicho mecanismo de diagrama en diagrama de la posición más simple que sirve de modelo ilustrada con flechitas, hasta el sexto caso, el más complicado de la lección, siempre con las debidas explicaciones claras, cortas y graduales, permiten al monitor impartir con orden las clases y que el alumnado pueda llevarse a casa su ficha en fotocopia para un ulterior repaso y su mejor seguimiento durante el curso.
Es un material por consiguiente fácil de manejar para hacer fotocopias, sencillo de seguir por el alumnado, muy adecuado para un alumnado que sepa mover las piezas, dar los mates elementales, haya practicado el juego y no tenga problemas con el movimiento correcto de las piezas. Pero como siempre digo con todo libro de ajedrez, no se debe ni leer, ni impartir como si fuera una novela. El monitor ha de primero escoger qué número de páginas va a entregar al alumnado, qué conocimientos va a convertirlos en tema central de una clase, en qué momento y a qué grupo. También se ha de recordar que por muy bueno que sea un libro, y este lo es….el mejor libro es la experiencia del propio monitor y su capacidad de poner ejemplos adecuados a su alumnado, dejando las fichas como mero recordatorio, por lo que no es recomendable seguir el texto sin más. El texto de ajedrez, sólo es bueno, cuando se usa con criterio y actitud crítica.