Secretos de la Defensa en Ajedrez, de Mihail Marin

El presente texto es un excelente complemento al ya reseñado “Arte de la defensa” de Ilia Kahnn. Si en aquel se mostraba de forma esquemática las debilidades de las distintas estructuras de peones en el enroque, lo peligroso que resulta dejar al rey en el centro y los principios básicos de la economía en la defensa…”Los secretos de la defensa en ajedrez” amplia conocimientos técnicos que ayudarán por activa y por pasiva a mejorar el juego.
Basta echar un vistazo a su índice y hojear por encima su contenido para darnos cuenta de que además de instructivo, utilizar su material será a buen seguro entretenido; el autor trata con ejemplos muy cuidados y específicos los siguientes temas de gran interés:
-La importancia del rey como unidad de combate, cualidad que se descubre superadas las primeras etapas del aprendizaje.
-Fortalezas, estructuras que en inferioridad de material pueden salvar la partida.
-Ahogado, un viejo truco que de saberse explotar puede convertirse en un método defensivo muy efectivo.
-Jaque perpetuo, otro clásico de la defensa in extremis.
-Simplificación, recurso que ayuda mucho a resolver situaciones difíciles.
El autor también habla de los sacrificios, los abandonos prematuros, la economía de la defensa, etc. Pero el valor de esta obra, reside en haber reunido en sus páginas cinco seis lecciones bien redactadas con ejemplos claros para que de una sola tacada, alumnos y monitores dispongamos de una referencia adecuada para los niveles Infantil, Cadete y Juvenil.
La obra está muy bien diseñada, dedicando un capítulo a cada uno de los conocimientos

Lecciones de estrategia en Ajedrez, de Valeri Beim

Toda la obra está muy bien y merece ser leida. Ahora bien, el material que destaca y valida que los monitores o clubes se hagan con este ejemplar es el tratamiento separado y pedagógico que realiza sobre temas como:
-El peón central aislado
-El peón central pasado
-La estructura simétrica de peones
-Características estáticas y dinámicas
-Zugzwang
Evidentemente, este conocimiento no es el apropiado para introducir al alumnado en las estrategia. Quizá después de los niveles clásicos de Iniciación y avanzado, sea un buen momento para explicar algo sobre estos temas en clase de Perfeccionamiento a partir de los 14-15 años. Huelga comentar que el jugador debe tener claros los conceptos básicos contenidos en las obras ya reseñadas de “Mi sistema” o “Estrategia Moderna en ajedrez”.
La obra es muy clara en su estructura interna otorgando a cada conocimiento un capítulo con ejemplos muy didácticos que muestran con sencillez lo que desean explicar sin andarse por las ramas, que es muy de agradecer a la hora de su exposición.

Aprende Ajedrez y ¡Diviértete! de Fernández Lozano

No me cansaré de repetirlo ¡No hay libro bueno para la enseñanza del Ajedrez! Más que nada, porque al llevar un juego sobre el papel, como las buenas novelas llevadas al cine, por fuerza ha de perder la frescura del tablero. Con todo, hemos de reconocer los esfuerzos pedagógicos de autores y editoriales al objeto de hacer más estrecha la brecha que separa el Ajedrez aprendido en partida viva del que se enseña en las aulas mediante diagramas, ejercicios y problemas.
Pues bien, dicho lo anterior, el trabajo aquí presente, es un excelente exponente de este esfuerzo docente por elevar el nivel curricular de la materia de Ajedrez en los centros de enseñanza. Si algún día el Ajedrez se convirtiera en disciplina obligatoria en el programa de estudios de primaria ¡Dios no lo quiera! Este ejemplar bien podría convertirse en libro de texto escolar para 1º y 2º del Ajedrez reglado, pues en su confección y presentación, nada tiene que envidiar ni en lo bueno ni en lo malo a los libros de texto al uso:
-Temario conciso de Ajedrez de Iniciación 1 y 2
-Contenido ordenado, bien hilado y estructurado de menor a mayor complejidad.
-Abundantes explicaciones de los temas y conceptos aparecidos sin que se haya detectado ningún salto en el vacio respecto a la materia que toca en cada lección.
-Profusión de diagramas con indicaciones auxiliares para seguir sin dificultad las explicaciones por medio de flechas, sombreado de casillas, coloreado de diagonales, filas y columnas y otros elementos significativos cuyo código es mantenido a lo largo y ancho de toda la obra.
-Gran cantidad de ejercicios y problemas de dificultad variada para la práctica del alumnado y supervisión, corrección y seguimiento del monitor, con el solucionario inmediato para la propia enmienda o satisfacción de los resultados.
-Ejemplar de tamaño folio, con colores y no muy grueso.

Si tuviera que citar alguna pega, es que no resulta apropiado para la labor fotocopista a la que estamos acostumbrados.

La fiesta del ajedrez, de Antonio Gude

Es un trabajo de miscelánea donde el Maestro selecciona un sinfín de anécdotas, dichos, curiosidades de todo lo que sucede en y alrededor del tablero de Ajedrez. Entre sus páginas aparecen personajes del Cine como Bogart o del Arte como Duchamp cuyo juego queda retratado en partidas reales; Marcas en brevedad de partidas entre Maestros, cuál es la Partida de torneo más larga, en cuál han coronado más Damas; Datos sobre películas, filatelia, literatura…¡Vamos! Todas esas cosillas que pueden ayudarnos a amenizar un curso de Ajedrez y a fijar conocimientos por medio de un socorrido chiste o para asombrar a un alumnado que acaba de estudiar la Revolución Francesa comentándoles que Napoleón también jugaba al Ajedrez, pero que paradójicamente, el General era muy malo, cosa que se les podrá demostrar con una suya miniatura.
De miscelánea han salido muchos y buenos trabajos de los que iremos dando cuenta en este acogedor TXIKI XAKE. Pero “La fiesta del Ajedrez” no puede faltar en la biblioteca de un colegio ni en la de un club.

Finales prácticos, de P. Keres

Paul Keres, es uno de los mejores jugadores del siglo XX y por su genialidad táctica y combinativa, uno de mis favoritos. Que la presente obra esté rubricada por él, es suficiente garantía de que el lector tiene entre sus manos calidad.
Su contenido está muy bien estructurado dividiendo los capítulos en función de las piezas que intervienen en los finales a estudiar. Cada parte va de los casos más sencillos hasta los más complejos pero dentro de los límites que el propio título indica, es decir, en la esfera de lo práctico, ofreciendo enseñanzas generales de gran valor para un jugador no muy ducho en la última fase del juego por medio de Leyes y Principios.
Con este trabajo en su estantería, el monitor tendrá reunidos todos los finales esenciales que transmitir a un alumnado de nivel Avanzado en cuya materia podrá instruir a lo largo de dos o tres temporadas entre los 12 y 16 años de edad cubriendo las etapas formativas de Alevín, Infantil y Cadete. Por supuesto, conocimientos elementales como la Ley del cuadro, la Ley de las Tres Casillas, finales de Tablas, etc, deben impartirse con anterioridad en edad Benjamín, de igual manera que quien desee profundizar en determinados finales complejos de peones o de torres, puede acudir a monografías para ello.
Lo valioso de este volumen es precisamente reunir los conocimientos y las posiciones esenciales para la enseñanza y aprendizaje de dicho conocimiento; una inestimable ayuda al monitor medio que no posee el nivel suficiente como para improvisarlo.
Así, en sus páginas aparecen los finales clásicos de Torre de Philidor y Lucena, la maniobra del Puente, la regla de la sexta Horizontal, cuando la dama es más fuerte que las dos torres, cuando el Alfil vale más que el Caballo, cómo puede resistir el bando débil con una estructura denominada Bunker, etc.
Para un alumnado formado en los Principios Generales de la Apertura que domine tres o cuatro estrategias diversas como Italiana, Francesa u otras, con un conocimiento táctico de al menos una decena larga de temas como Desviación, Atracción, Apertura de líneas, Demolición de la Defensa…es el trabajo que queda por hacer para tener un juego armonioso: un poco de Apertura, un poco de Medio Juego y un poco de Final.
Por experiencia propia advierto que, algún monitor aprenderá del libro la lección que exige de los demás. Y es que, no se puede enseñar lo que no se sabe.
Para quienes crean que la humildad no va con ellos, les invito a ojear el capítulo dedicado a los finales de un único peón de la Enciclopedia de Finales. Ahí experimenté yo las palabras de Sócrates “Sólo sé que no sé nada”.