Olartegotxi vs Olartekoetxea

Vino con su apellido Olartekoetxea como carta de presentación. Y apareció por Luiaondo (Ayala) con el fin de profundizar en las investigaciones de sus raíces familiares. Como denotaba su nombre, Enric, era catalán y se encontraba alojado estos días en Gorliz para pasar las vacaciones de verano. Acompañado de sus amigas y amigo, les birló una tarde de playa para acercarse a donde intuía que procedía su apellido. Recalaron en el único bar abierto y, siguiendo las indicaciones que los parroquianos les dieron, pronto les pusieron en contacto conmigo. Así es que nos juntamos, pasamos las tarde juntos y es ahí cuando empezó a actuar la magia.

ARGENTINA. Resulta que el padre de Enric había venido desde Argentina para afincarse en Barcelona. Porque sus Olartekoetxea — su tatarabuelo Daniel junto a sus hermanos y madre— emigraron a América en torno a 1903. Eran obreros cualificados en trenes y locomotoras, probablemente tras haber adquirido la destreza necesaria en el ferrocarril Bilbao-Castejón (1863) que pasaba por Laudio y Luiaondo.

La sorpresa saltó cuando les comenté que yo también era «portador asintomático» del apellido Olartekoetxea y pronto dimos con aquel ascendente que nos unía en parentesco. Recuerdo además cómo mi abuelo materno (1909-2000) siempre nos comentaba cada vez que veía en la tele al gran futbolista argentino Julio Olarticoechea —curiosamente apodado «Vasco» a pesar de haber nacido en Saladillo, Buenos Aires— que sería «de los nuestros» porque unos familiares habían emigrado a Argentina.

Emocionados con el encuentro, sin pensarlo mucho, nos dispusimos a andar por el monte para acceder al barrio de Olartegotxi (Olarte, Laudio) que da pie a toda la historia. Y ahí aclaramos algo sobre las variantes del apellido que traían de cabeza al pobre Enric. Porque nuestro Olartekoetxea es un apellido inventado, relativamente nuevo

OLARTEGOITIA. Olartegoitia es la versión original de todo lo que nos movía ayer. Desde el punto de vista etimológico, Olartegoitia no es sino «Olarte de arriba» o «parte alta de Olarte»: Olarte + goiti + a. Coincide con la realidad ya que es un pequeño grupo de caseríos encaramados en las laderas de la montaña, medio kilómetro más arriba que el conjunto principal de Olarte.

Como ejemplo similar, tenemos el cercano barrio de Gardea con un grupo de casas más elevada y que se conocía como Gardeagoitia.

Olartegoitia —como el cercano Gardeagoitia— están bien documentados como apellidos —se usa para ello el nombre de la casa— desde los primeros registros del XVI.

En Olartegotxi, posando junto a (de izquierda a derecha) Anaïs, Enric, Anna, Andreu y su hijo Nil. Agachadas, Ana y Berta. Solo la magia puede hacer que gente tan encantadora pueda formar parte de un mismo grupo. Foto de Iñaki Etxebarria, «el hijo de Boni» quien hizo de embajador de esa buena gente y de enlace conmigo.

OLARTEGOTXIA. Pero también desde las fechas más antiguas de nuestros registros sacramentales, contamos con la variante Olartegotxia. O, con la pérdida de su artículo final, Olartegotxi. Y eso es lo que enreda todo.

Tanto nuestro Olartegotxi, Gardeagotxi, Urrutxi... (en Laudio), Otaolaurrutxi, Untzabetxi (en Okondo), Esparrutxi, Etxabetxi, Mugaburugotxi, Pizparrutxi, Robinagotxi, Urrutxi, Zabalbetxi, Zarrabetxi, Barrutxi, Betxi... (en Aiara), Belandiaurrutxi (en Urduña), Goirigotxi (Orozko) son topónimos que nos dejan más que patente la evolución comarcal y generalizada de todos esos nombres de lugar que surgen de unos goiti (‘de arriba’), beheti (‘de abajo’) o urruti (‘alejado’) originales. Pero es un fenómeno lingüístico que se da exclusivamente aquí, en el entorno de la comarca de Aiaraldea, en ningún lugar más.

Por ello, en esta zona, solo encontraremos la forma Olartegotxi(a) ya desde el mismo XVI.

La forma originaria Olartegoiti(a) permanecerá hasta mucho más tarde sin mutaciones pero siempre en otros entornos alejados a los que, por diversas circunstancias, el apellido migró (Laguardia, Bilbao, Arrigorriaga…). Siempre, como decimos, en lugares lejanos del entorno de Aiaraldea en donde irremediablemente se habría metamorfoseado para dar un Olartegotxi(a).

Río Nervión a la izquierda (oeste) del mapa y Olarte y Olartegotxi en el otro extremo, buscando amaneceres ladera arriba del macizo de Arrola

OLARTEGOTXEA Y OLARTEKOETXEA. Tanto es así, que a quien no era de la zona le debía parecer extraña esa forma Olartegotxi(a) tan sui generis, hasta el punto de no identificarla con su significado verdadero. Y será por ello por lo que algún registrador decide en un momento dado interpretar «a su manera» aquel topónimo-apellido. Y opta por corregirlo para «refinarlo», cayendo en un error de interpretación que hoy tanto Enric como yo paseamos por la vida.

Así, comienza a fines del XVII a circular por el mundo la variante Olartegoetxea —en vez de la Olartegotxia correcta— y, de su mano y teniéndolo como algo lógico, Olartekoetxea. También ahora, el fenómeno sucede en entornos alejados del epicentro geográfico del apellido, en el Alto Nervión, en donde no se habría dado la confusión. Y poco a poco se va imponiendo la versión artificiosa, incluso sobre la forma autóctona Olartegotxi(a) al tenerse la primera como la más correcta. Tanto, que lo sustituye por completo y hace desaparecer a este último como apellido. De ahí que en la actualidad no encontremos gente con el apellido Olartegotxi(a) — o su variante Olartegutxi(a)— tan comunes en tiempos anteriores no tan lejanos.

No tengo que ir demasiado lejos para comprobarlo. Por ejemplo, siendo mi tatarabuelo Valentin Antonio Olartegotxia (nacido en 1830), a su hija —mi bisabuela— la inscriben como Olartekotxea (1872) y ya a mi abuelo como Olartekoetxea (1909), interpretando equivocadamente que tras aquel Olartegotxi no se ocultaba un «Olarte de arriba» sino una «casa de Olarte».

Enric posa lleno de gozo frente a las ruinas del caserío que le dio el apellido: muestra en sus manos la imagen antigua del mismo y que se muestra más abajo

EL CASERÍO OLARTEGOTXI. Sin embargo, la denominación del caserío que da lugar al apellido se mantiene como Olartegotxi y no el Olartekoetxea foráneo. Dicho sea de paso, por si aún hubiera alguna duda, sería prácticamente imposible la creación de un topónimo a base del nombre del barrio (Olarte) y un «—ko etxea» (la casa de) posterior: no es ni natural y diría que es inexistente en el euskera, por tanto improbable para nuestro caso. El apellido Olartekoetxea es, por tanto, una reconstrucción cultista. Así las cosas, por mucho que nos esmeremos, jamás encontraremos ni en el pasado ni en el presente una casa llamada Olartekoetxea en toda Euskal Herria, algo sin lo cual difícilmente podría sustentarse la existencia del apellido.

Caserío Olartegotxi con mis tíos Pablo (n. 1943) y Loli (n. 1945) y la bisabuela Bernabea (n. 1878). Fotografía en torno a 1950.

Fuera ya de lo lingüístico, el conjunto del altivo barrio de Olartegotxi se compone de un caserío de gran porte, no muy antiguo (XIX), una cabaña usada como almacén y como vivienda ocasional para alojar temporeros del monte, etc. (lo que se conocen como etxetxu o casillas) y las ruinas del caserío más antiguo del enclave, el que toma su nombre del lugar y lo transfiere al apellido, una edificación de la que se dijo que «dadas sus características exteriores y de construcción, Olarte Gochi (sic) puede ser considerada como una de las viviendas rurales más peculiares de la comarca, dando lugar a uno de los tipos más interesantes de ella» (Estudio geográfico del Valle de Llodio. Mª Josefa Ochoa, 1965).

RAÍCES. Ya decía al principio que la magia estaba actuando a sus anchas en este caso que nos ocupa. Y ha querido que el caserío que Enric Olartekoetxea buscaba es en donde nació y creció mi madre, con la curiosidad de vivir unos Olartekoetxea en el caserío Olartegotxi(a), sabiendo como sabemos que en realidad se trata de lo mismo.

En la imagen, mi madre, hermana y yo mismo en brazos de mi padre, llegando al caserío Olartegotxi. Detrás, mis tíos y primos.

En mi más tierna infancia íbamos a pasar allí algunas semanas en verano. Lo que no recuerdo apenas es cómo me tenía en brazos y jugaba conmigo Segundo Lili Urquijo (1880-1968), del cercano caserío de Zenagorta. Segundo fue el último vascohablante monolingüe del municipio de Laudio ya que, cuando comenzó su escolarización no sabía castellano, algo que en su momento llamó la atención. Él, a lomos de su idioma, nos transmitió bellas historias de akelarres, cuevas de brujas y otras herejías que conocimos gracias a su hijo Txomin (1930-2019) del que ya hablamos en otra ocasión (Txomin Lili: la última leyenda).

Eskerrik asko, moltes gràcies, por esta tarde tan preñada de magia. Benvinguts, ondo etorri Olartegotxira…

CONCLUSIONES-RESUMEN:

– El topónimo que da pie al apellido surge bajo la forma Olartegoitia (adecuado a la grafía actual). Es un enclave sobre el barrio rural de Olarte, en un punto más elevado que éste. Municipio de Laudio, colindante con el de Aiara (Álava).

– Precisamente ese es su significado: «Olarte de arriba» o «parte de arriba de Olarte».

– Desde épocas muy tempranas (XVI) se da una evolución fonética subdialectal en la comarca de Aiaraldea que convierte la totalidad de los goiti (‘de arriba’), beiti (‘de abajo’) y urruti (‘apartado, alejado’) en gotxi, betxi y urrutxi. Es una evolución exclusiva de ese entorno geográfico y contundente, pues no deja lugar a las excepciones. Por eso, Olartegoitia pasa a ser Olartegotxia en esa comarca.

– Al no reconocer fuera de Aiaraldea el significado real de ese Olartegotxia se interpreta que es Olartegotxea < Olartegoetxea < Olartekoetxea (pensando por error que era Olarte + ko + etxe + a = ‘la casa de Olarte’) y se comienza a corregir por vía culta, por parte de las personas que hacen registros administrativos.

– Así, paulatinamente, se van corrigiendo todos los Olartegotxia para ir convirtiéndolos en un novedoso Olartekoetxea. Se produce de un modo más sistemático cuanto más alejados del entorno de Aiaraldea se encuentren. Pero, al final, acaban por modificarse todos, también los locales.

– Hoy en día, el caserío Olartegotxi es el único que mantiene (con la pérdida de su determinante [artículo «—a«] posterior del euskera) el nombre correcto. Porque como apellido se ha extinguido, convertidos todos por error de interpretación a Olartekoetxea.

– Los apellidos vascos proceden de pueblos o topónimos, normalmente del nombre de la casa. Pero ni el topónimo ni el caserío Olartekoetxea han existido jamás. Sí, Olartegotxi(a) como es evidente.

– No hay posibilidad de que exista otro Olartegotxia (la forma gotxi en vez de goiti es exclusiva de Aiaraldea) por lo que todos los Olartekoetxea y antiguos Olartegotxia proceden sin duda alguna de ese enclave olvidado de Laudio.