Entre la vida y la muerte

El día de hoy, 28 de octubre, San Simón y San Judas, se considera en la cultura vasca como la fecha que deslinda el verano del invierno o, dicho de otro modo, el final del vigor de la naturaleza para reposar hasta principios de febrero, cuando el bosque y animales resucitarán de nuevo exuberantes de vitalidad.
Así es… “San Simon eta San Juda, joan zen uda eta negua heldu da” dice la celebre sentencia popular, ‘San Simón y San Judas, se fue el verano y ha llegado el invierno’.

Pero poco hay que rascar para comprobar que esos dos santos son una máscara intencinadamente superpuesta por el cristianismo para ocultar aquellos ritos paganos mucho más profundos, arraigados y ancestrales y que nos advierten de esa llegada de la oscuridad, de la muerte de la tierra que nos mece y de la época de más actividad y de empoderamiento de los seres del más allá, de todo lo que se temía.

En realidad, hoy estamos celebrando lo mismo que dentro de unos días será el Día de las Ánimas o de Todos los Santos o de esa nueva fiesta impuesta que, maldito sea su nombre, conocemos como Halloween. Por no hablar del samaín gallego o las fiestas de las castañas (hoy por ejemplo en Orozko), Gaztainerre o los magostos de la cornisa cantábrica, tal relacionadas con el culto a los difuntos, a la muerte… a ese invierno que todo lo envuelve y sincretiza a partir de estos días.

En las culturas del norte de la Península, la castaña está presente en las ofrendas a los muertos, al más allá que habita en la oscuridad

Celebramos hoy por tanto aquella transición entre estaciones anuales que se amoldaban más a los ritmos de inhalaciones y exhalaciones de la naturaleza que a rígidos y exactos calendarios con los que hoy nos regimos.

Aquí tienes unas notas en euskera más extensas sobre el tema, escritas el año pasado. Y vívelo como prefieras pero, en cualquier caso, ten presente que el de hoy no es un día más, sino una fecha especial, fascinante, sobrecogedora… más con la ventaja de –al contrario que les sucedía a nuestros ancestros– saber que pronto volverá la primavera con todo su esplendor y derroche de vida. San Simon eta San Juda, joan zen uda eta negua heldu da