Desesperante que volviesemos con las manos vacías del Calderón, aún sin merecerlo pero… las cosas son así. El Athletic jugó el mejor partido en muchos años contra el Atlético de Madrid, una de nuestras bestias negras, desde la final de Bucarest, de infausto recuerdo. El mejor partido. Se compitió desde el minuto uno al noventa y en muchas fases siendo superior a ellos. No sólo tuteándoles sino que incluso jugando mejor. A pesar de ello, por tres matices pequeños, pero que no insignificantes, volvemos otra vez con cara de tontos, aunque orgullosos por cómo se desarrolló el partido.
Empiezo por el primer detalle, el que más me enfada, porque es el de la participación del árbitro, tomándose un protagonimo que no le competía, pero… para eso están los árbitros, en nuestro caso… para… pues eso… Por supuesto, me refiero a que el gol del empate de ellos no debería haber subido al marcador, por lo menos en ese momento porque el primer tiempo ya estaba acabado. El trencilla dio un minuto de prolongación y ya ese minuto se había sobrepasado. El córner se sacó después del minuto 46. Su reloj es igual que el de todos. Si das un minuto más, es sólo un minuto. Sino, prolonga dos. Fue una faena que encima después ni nuestros defensas ni Iraizoz estuviesen inspirados. Al contrario. Estuvieron fatal. Ir al vestuario con cero a uno hubiese sido otra cosa.
Segundo detalle: la lesión de Iturraspe se notó mucho. Estaba haciendo un muy buen partido junto con Beñat, también a gran nivel. La salida de Rico hizo perder control en el centro del campo. Estuvo fallón, y encima no despejó como debía en el borde del área, haciendo un enorme favor a Griezmann, dejándole el típico balón que desean todos los jugadores… para completar el desastre. El francés, todo hay que decirlo, metió un golazo, imparable para Gorka y para cualquiera.
El Atlético de Madrid no hizo más. Bueno sí. Un buen puñado de faltas que como siempre son sancionadas con distinto criterio que las que comenten nuestros jugadores, con respecto a las tarjetas. Supongo que todos estaréis hartos de que nuestras faltas sean tarjetas y las de los contrarios, siendo iguales o mucho peores, casi nunca conlleven cartulina. Misterios, como que Giménez acabe sin cartulina cuando hizo cantidad de faltas por detrás. Faltas o léase patadas. Pero… Así es el Villarato… no hace más que favorecernos… ¡Ah… No…! ¡que es al revés! Bueno algún día ya me lo explicará alguna mente preclara porque yo desde luego no lo entiendo.
Un tercer punto que contribuyó al resultado, fue que Raúl García estuviese tan igualmente fallón y menos intenso que en los otros partidos que había jugado hasta ahora. No hay más que ver la repetición de la jugada en la que rechaza el portero la ocasión clara de Aduriz. El balón llega al borde del área donde están un defensor atlético, no me acuerdo quién es, y Raúl. Y no pasó nada… Una pena, pero… También me parece humano. Son muchos años allí, muchos amigos y no consiguió jugar como lo hace siempre. Yo le hubiese sustituido. Pero repito, que lo que le ocurrió me parece muy humano y lógico.
Para acabar, decir que nos quedaremos con que el equipo compitió, tuteó y en momentos, fue superior a los colchoneros, y así pensaremos que la próxima vez les ganamos seguro. A la vuelta lo comprobaremos.
Ahora de momento, mañana nos llega el Linense en la Copa. ¡A por ellos y aúpa Athletic!