Sacar a alguien de sus casillas

Hace pocos días, mi editor de la prestigiosa Chessy, el GM Alfonso Romero, en mitad de una conversación para ultimar los detalles de maquetación de una obra en ciernes, me requirió expresiones del habla coloquial provenientes del juego de ajedrez como “enrocar” o Jaque mate. Al pronto vinieron a la mente “tablas” o la expresión “sacar a alguien de sus casillas” mas con la sospecha de que estas era posible que el ajedrez las hubiera heredado de otros juegos anteriores.
La duda cartesiana es buena para sacudirse el dogmatismo, pero no hay peor escepticismo que el cultivado por la pereza de no despejarlas con la búsqueda del conocimiento. Por suerte para mi, durante estos días estoy visionando partidas donde al rey se le saca de sus casillas literalmente, feliz confluencia qaprovechada  para profundizar en la arqueología lingüística y hacerles partícipes de ello en esta entrada de TX.
En http://www.hispanoteca.eu/Foro/ARCHIVO-Foro/Sacar%20a%20alguien%20de%20sus%20casillas.htm viene una explicación sencilla y certera sobre la cuestión que reflejo a continuación:
Lo mismo que sacar a uno de quicio, la expresión sacar a uno de sus casillas / hacer a alguien salirse de sus casillas significa, según el DRAE: ‘alterar su método de vida’ o ‘hacerle perder la paciencia’.
Casilla es diminutivo de casa. Ya Cejador decía que “esta expresión parece tomada del ajedrez” y alude a las casillas de este juego.
Según José María Iribarren, el sacar a uno de sus casillas proviene, no del ajedrez, sino del juego de las tablas reales, juego de tablero muy semejante al chaquete.
Iribarren cita el Diccionario de autoridades (1926-39):
«Las tablas reales es un juego que se hace entre dos personas sobre un tablero que tiene doce casas a cada lado, huecas, en forma de semicírculo, y que juega con quince piezas cada uno, redondas como las de las damas, las unas blancas y las otras negras. Colócanse en diferentes casas del tablero, poniendo en cada una cierto número de piezas para armar el juego. Juégase con dos dados, y según los números que salen, se juegan dos piezas, o una misma si halla casa hueca donde entrar, y si la halla ocupada con una pieza sola (que entonces se llama tabla) la puede echar fuera del juego (la puede sacar de su casilla, digo yo), y ha de volver a entrar por el principio del tablero.»
«Dice así el referido Diccionario de Autoridades:
“Casillas. En los juegos de tablas reales es lo mismo que casas. Sacarle a uno de sus casillas. Inquietarle, hacerle perder la paciencia”.
Aparte de esto, la expresión sacar a otro de sus casillas se acomoda mucho mejor al juego de tablas reales –donde las casillas son huecos semicirculares en los que se alojan las piezas– que al juego de ajedrez, donde el tablero es liso.»
[Iribarren, José María: El porqué de los dichos. Madrid: Aguilar, 1956, p. 126-127]

Puestos al corriente de los pormenores ocultos del lenguaje coloquial, les invito a deleitarse con dos partidas que hacen comprensible que atribuyamos erróneamente al ajedrez el origen de esta expresión.

Matschego – Falkbeer, Ernst Karl. Año 1853
1.e4 e5 2.f4 exf4 3.Cf3 g5 4.h4 g4 5.Ce5 Cf6 6.Cc3 d6 7.Cc4 Ae7 8.d4 Ch5 9.Ae2 Axh4+ 10.Rd2 Dg5 11.Rd3 Cc6 12.a3 Af2 13.Cd5 Axd4 14.Cxc7+ Rd8 15.Cd5 f5 16.Cxd6 fxe4+ 17.Rc4 Dxd5+ 18.Rxd5 Cf6+ 19.Rc4 Ae6+ 20.Rb5 a6+ 21.Ra4 b5+ 22.Cxb5 axb5+ 23.Rxb5 Ta5+ 24.Rxc6 Ad5+ 25.Rd6 Ce8++
Kurz, Bohumir – Treybal, Karel, Praga 1904
1.e4 e5 2.f4 exf4 3.Cf3 g5 4.Ac4 g4 5.Ce5 Dh4+ 6.Rf1 d5 7.Axd5 Cf6 8.Axf7+ Rd8 9.d4 Cc6 10.Cxc6+ bxc6 11.Cc3 f3 12.g3 Dh3+ 13.Rf2 Dg2+ 14.Re3 Aa6 15.Rf4 Ah6+ 16.Rf5 Dh3 17.Rxf6 Tf8 18.d5 Txf7+ 19.Rxf7 Dh5+ 20.Rf6 Ag7+ 21.Rxg7 Dg6+ 22.Rf8 Rd7++

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