Amistad en Zornotza

Jugar, se jugó en la calle. Pero cenar...se fueron a una sidrería. Que de lo que se trata es de fomentar el ajedrez y no la gastronomía.

Ayer Sábado, un año más, el Club de Ajedrez Zornotza capitaneado por el infatigable Ceferino Sierra celebró su tradicional Memorial Agustín Zamacona inscrito en el Circuito de la Amistad, dentro del cual, es uno de los mejor organizados y donde mejor se da de comer a los participantes en el banquete de confraternización que tras estos torneos se celebra para limar asperezas propias de la competición.
El torneo se jugó al aire libre en el centro de la localidad; En el participaron una veintena de equipos integrados cada uno de ellos por cuatro participantes, provenientes de toda Euskadi y territorios vecinos como Cantabria, Navarra y La rioja.
Pese a su buena actuación, los anfitriones no pudieron esta vez evitar que su preciado trofeo escapase a los vecinos de Abadiño.

18/12 21-07-12 31 TORNEO MEM. A.ZAMACONA 2012
CL CLUBES PTS. CVR
1 ABADIÑO 62 12
2 GROS X.T. 56
3 ZORNOTZA -A- 55.5 10
4 NATURGAS SESTAO 55
5 EIBAR 45.5 8
6 SANTURTZI 44 7
7 ZALDI BALTZA 44 6
8 SAL 43 5
9 CASTRO URDIALES 40,5 4
10 MIKEL GUREA 36,5 3
11 PORTUGALETE 32,5 2
12 BARAKALDO 32,5
13 LARRASOLOETA GAZTEAK 25
14 ZURI BALTZA 24,5 1
15 LARRASOLOETA 24,5 1
16 DEBA 21 1
17 ZORNOTZA -B- 20,5
18 ETXANO 11,5
19 LARREA 10

101 estrategias ganadoras, por Agnus Dunnington

Texto útil de apoyo para entrenar distintos temas ya tratados con otros materiales específicos. Quizás un título menos sugerente pero más apropiado fuera “101 posiciones de entrenamiento” donde el jugador puede ejercitarse en posiciones con diferencia de calidad, peón dama aislado, ataque a la base de peones, administración de ventaja de espacio, etc.
En consecuencia, la obra no debe ser leída como una novela; en todo caso, como un compendio de poesías para ilustrar una determinada enseñanza o reforzar los ejemplos de otros libros.
Pero este trabajo, cuyo contenido parece inconexo, tiene el mérito de venir bien clarito y ordenado con abundantes diagramas y explicaciones sucintas de cada caso, por lo cual, es uno de mis favoritos para poner en manos de alumnos que ya hayan trabajado “El arte de la defensa” para, de una parte, probar su capacidad de trabajo personal y de otra, ayudarles a aprender por su cuenta.

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Historia del reloj de ajedrez

 

El Árbitro Vasco, J.M. Villanueva, desde su Consultoría Arbitral nos envia esta aportación histórica sobre el Reloj de Ajedrez.

Una de las cosas que más llama la atención a los profanos de ajedrez es el reloj, ese extraño artilugio con dos esferas (en los relojes analógicos) que marca el tiempo que falta a cada uno de los jugadores para culminar la partida sin necesidad de ¡Jaque Mate! Y que es objeto de nuestros continuos manotazos entre movimiento y movimiento.

Algunos espectadores se quedan mirando más al reloj que a la propia partida, viendo como se mueven la agujas, como se aporrean los pulsadores, esperando ver caer la bandera que marca el fin del tiempo asignado y quizá, pensando cómo hace el tiempo para doblar las esquinas en los relojes cuadrados.

El reloj, regula el tiempo del que dispone cada jugador al objeto de que la partida no se eternice. Al igual que Damas, Alfiles, Peones, cada jugador tiene un tiempo que ha de administrar de forma correcta; Quien agota su tiempo, pierde la partida y como decía el GM Walter Browne “The Clock Is Α Piece” el reloj es una pieza más de la partida y hay que saberla usar aunque todavía no he encontrado ningún libro que analice el movimiento de esta pieza.

Cuando no existían los relojes de ajedrez.

Con ocasión del match entre los maestros más fuertes del la 1ª mitad del siglo XIX, George MacDonnell y Louis La Bourdonnais que se celebró en el “Westminster-Chessclub” de Londres el año 1834, y en el que normalmente una partida se alargaba desde el mediodía hasta por la tarde a las 19 horas. Si era necesario, se reanudaba dicha partida al día siguiente, por la mañana.

Durante el encuentro ocurrió que, el inglés necesitó en repetidas ocasiones más o menos 90 minutos para estudiar y efectuar una jugada. En tales situaciones, al francés La Bourdonnais se le agotó la paciencia y lo expresó mediante ruidosas conversaciones y carcajadas.

Como anécdota sobre 1850, H. Staunton (campeón no oficial del mundo) abandonó por tiempo en un match contra E. Williams. La explicación al abandono de Staunton está en el reloj de ajedrez; en concreto, que en esa época no existía. Williams conocía el mal carácter de Staunton y por eso optó por utilizar mucho tiempo para cada movimiento (llegó a las 2h y media en algunas jugadas), esto hacía que cada partida durase varios días. Staunton terminó hartándose y decidió rendirse para no continuar aguantando las artimañas de su rival. Cada partida duraba entre 15 y 20 horas.

Los primeros relojes.

Antiguamente los relojes solían ser de madera, más o menos elegantes y con unas esferas de relojería. El primer Reloj de Ajedrez mecánico fue inventado por Thomas Wilson en el año de 1883. Con anterioridad, se usaban relojes de arena. Los Relojes de Arena se usaron por primera vez en Londres en 1862. Los Relojes presentes de botones oprimibles fueron perfeccionados por Veenhoff en 1900.

A finales del siglo XX aparecieron los relojes digitales, obligado en cierta medida por los ritmos de juego que han ido apareciendo recientemente, sobre todo los que tienen incrementos por jugada, retardos (delay), incrementos al realizar un número concreto de jugada o por aumentar la precisión del tiempo, por ejemplo a un minuto donde un segundo es un segundo.

Este tipo de relojes en vez de esferas, tienen dos pantallas donde aparecen los tiempos en formato digital, en el interior habitan diodos, cables, tabletas con chips, … y algún habitáculo para colocar las pilas u otro sistema de alimentación ya que este tipo funciona con electricidad.
Lo más raro que he visto ha sido uno fabricado a mano por el bilbaíno Karmelo Fernández, en él existen las esferas pero en vez de agujas se van iluminando con diodos la posición donde debería estar la punta de la aguja.

La programación del reloj.

En los relojes analógicos la programación es sencilla basta con mover la aguja grande (minutero) a falta de los minutos a los que se ha de jugar dejando a aguja menor (horas) de modo que no moleste visualmente al finalizar la partida. Si la partida requiriese más tiempo hay que tener en cuenta la colocación de la aguja menor y que el final del tiempo asignado coincida a las seis.

Por supuesto no hay que olvidarse de que los dos relojes tengan cuerda suficiente para poder funcionar.

En los relojes digitales suele haber unos ritmos de juego preestablecidos de fácil acceso y otros de programación manual y dado que hay multitud infinidad de marcas modelos, tipos, etc., cada uno de ellos requiere una forma distinta de programación y aparte de saberse los más habituales, leerse el manual de instrucciones no viene nada mal.

Eduardo Quintana. Entrevista

Que no me entere yo que haces trampas distintas a las que yo te he enseñado...

Cursaba 4º de EGB en Las Carreras. Un Viernes, el Director nos llevó en horario lectivo a Gallarta a disputar un encuentro del Campeonato por Equipos Escolar. Fue la primera vez que pisé un club de Ajedrez. Y fue allí, donde también conocí por primera vez al genio y figura que es Eduardo Quintana a quien me une un sentimiento mutuo de afecto y reconocimiento sin que nos hayamos hecho favor alguno.

Por supuesto, de tan niño, sólo era consciente de que aquel señor tan simpático, a la sazón Presidente de Club y Concejal de deportes, que nos enseñaba celadas ¡casi sin querer! cuyos comentarios hacían del ajedrez algo más divertido de lo que ya era, estaba inculcando por ósmosis en mi, un modelo de conducta, cuál es, el de transmitir la ilusión de jugar al ajedrez con gracia y dedicación que todavía perdura.

Y es que, si no fuera por personajes como Eduardo Quintana, sin miedo a que sus futuros rivales aprendan de ellos, ¿por qué alguien tan competitivo como era yo algún día se me iría a ocurrir enseñar a otros con el evidente riesgo que en una disciplina ello supone para quien aún se halla en ejercicio de sus facultades?

En mi humilde reconocimiento a su labor y lo que su ejemplo ha sido para mi trayectoria como entrenador, he escogido su caso como el primero para abrir esta sección de entrevistas a personas que lo han dado todo por difundir nuestro juego-deporte-ciencia-arte y religión.

-Nicola: Bueno Quintana, por ti no pasan los años, siempre te veo igual, en el mismo lugar o sea en Gallarta y haciendo lo mismo trabajando por y para el ajedrez. ¿Se puede saber desde cuándo juegas?

-Quintana: ¡Huyyy! Desde que aprendí a hablar. Casi no me recuerdo sin saber jugar al ajedrez. Ahora tengo 71 años ¡Échale cuentas!

-Nicola: Veo que sigues jugando a rápidas, por equipos, organizando, arbitrando, el otro día te pille dando clases a críos…¿Qué no has sido en el maravilloso mundo de las 64 casillas?

-Quintana: ¡Campeón! Jajajaja

-Nicola: ¿De dónde sacas la energía? Porque supongo que a lo largo de todos estos años te llevarías además de alegrías, muchas decepciones con gente, con circunstancias, cosas que suelen quemar bastante.

-Quintana: ¡Ni que lo digas! Pero prefiero recordar lo bueno que lo ha habido y olvidar lo malo. El ajedrez me encanta y me lo paso bien. De ahí saco mis fuerzas; de la afición.

-Nicola: Bueno, para terminar, dices que personalmente no has sido campeón, pero en tu haber tienes varios logros como haber dirigido un club varias décadas, haber hecho torneos, crear escuela de chavales…en todos estos años has cosechado varios éxitos deportivos para Gallarta. Si tuvieras que citar uno sólo, ¿por cuál te decidirías?

-Quintana: Pues, quizá, por quedar Campeón de Euskadi Infantil por Equipos con la Ikastola Etorkisuna.

-Nicola: Me alegro de volver a verte tan bien y haber si repetimos la entrevista dentro de 50 años.

La Isla del Tesoro

Nuestro mapa del tesoro sería, por supuesto, cuadriculado.

Una vez que el alumnado sabe mover todas las piezas, va siendo hora de introducir la noción de ¡Jaque! No es cosa fácil hacer comprender en su inicio eso del ¡Jaque! por diversos motivos, entre los que se encuentra que no se sabe discernir que algo que se puede hacer físicamente, no lo permite el juego, como colocar el Rey en una casilla amenazada.
Pues bien, al objeto de trabajar esta distinción, además del “Juego de los rayos laser” del que hablaré otro día, podemos convertir el tablero en una Isla Misteriosa llena de peligros en las que el Rey es quien debe buscar un tesoro escondido por piratas cuya custodia y vigilancia se ha dejado a distintas bestias como Torres-cocodrilos, Alfiles-orangutanes y Caballos-dragones. Por ello, el explorador debe poner cuidado en no pisar el territorio custodiado por estas fieras, que por más señas, son de distinto color, de lo contrario van y se lo engullen devolviéndole a la casilla de inicio.
El jugador sólo cuenta con tres vidas y sale por ejemplo de h1 y el tesoro se halla en a8. Los peones propios hacen de selva y las Damas es preferible no introducirlas. El monitor ha de poner cuidado en que exista un recorrido certero.