Hace seis años escribí una contraportada en el Mundo Deportivo con este mismo título. Por supuesto fue la semana anterior a jugar la Final de Copa del 2009, en la época de Caparrós. Mucha gente me dijo que les había gustado el comentario. Estoy segura que era similar a muchas de mis otras opiniones, que lo que llamó la atención fue el tema o más que el tema, los sentimientos que este tema provoca. No sé vosotros pero yo mentiría si dijese que no estoy nerviosa. Y no porque piense que vamos a ganar. De hecho si alguien pretende leer en estas líneas un comentario optimista, positivo, en el que vaya a asegurar que vamos a traernos la Copa, que deje de leer ya porque no lo voy a hacer. Ya me gustaría que así fuese pero… el Barcelona me parece diría que casi casi inalcanzable, de ciencia ficción. Así que voy a hablar de otras cosas. Seguramente de sentimientos.
Las redes nos están invadiendo con vídeos motivadores, yo los veo y rara es la vez que no se me caen las lágrimas. La gente tiene mucha imaginación y a cada cual es más bonito. Aquí podría poner 20 ó 30 ejemplos pero sólo voy a elegir el siguiente. Los protagonistas son los residentes de la residencia Rodríguez Andoin V de Portugalete. Para mí verlo es ver a mis abuelos o a mis padres animando al Athletic. Nuestros mayores son, en la mayoría de los casos, los que nos han ido inculcando el amor a los colores, así que me parecen unas imágenes perfectas para ver de dónde parte el sentimiento y lo qué supone.
Por otro lado conozco otro vídeo que hace años corrió como la pólvora por las rees sociales, whatshapp. etc… en el que se ve a una cría muy muy pequeña dando unos besos enormes y con muchísimo sentimiento a un escudo del Athletic de un pantalón. Supongo que se reprodujo tanto porque era una pocholada de cría y por lo que representaba. Escuché que los padres pedían que por favor no se difundiera más, por lo que no lo voy a colgar, pero reconozco que lo veo de vez en cuando. Esa niña en su inocencia representa un poco la inconsciencia del sentimiento Athletic. Igual somos todos un poco niños en ese amor ciego a algo que no podemos ni describir. Es así, sin más. Y es así en muchos casos desde la cuna. En otros casos no. Por ejemplo… el camarero al que compro de vez en cuando algún kebaph, ayer me dijo (como pudo porque no habla bien español) que quería que ganara el Athletic y me señaló un banderón enorme que había colgado dentro del local. Me aclaró que la bandera era suya, que no era de su jefe. Que la había comprado él con su dinero, ¡20 euros!, me dijo (por la forma de decirlo, sé que era muchísimo para él), pero ahí estaba él más contento que unas castañuelas, con su bandera y suspirando por un triunfo de su equipo… ¿Desde cuándo es del Athletic? Ni idea, pero… ¡Qué más da! Y así hay doscientos mil casos, por arre o por so, cada uno quiere al Athletic a su manera. Ese sentimiento nos une, y en muchos casos ese sentimiento nos lleva hasta Barcelona (vaya tomadura de pelo que tengamos que ir allí, pero ese es otro tema). En mi caso a Barcelona con mi familia. Con mis hijos para los que va a ser su primera final, con más o menos los mismos años (13 y 12 años), con los que viví yo la mía (la del Betis). Aquel año también perdimos, fue una pena, pero eso fue lo único malo… los recuerdos que tengo de aquellos días son excepcionales. Mi familia, Madrid rojiblanco, los béticos, el buen ambiente entre las aficiones, y todo, todo el mundo contento, con ganas de fiesta y pasándoselo bien. Esto mismo es lo que pido a la final de este año (salvo el resultado, jeje): que el ambiente sea una fiesta en Bilbao, en Cádiz, en Barcelona, en Donostia, en Jaén… una fiesta en cualquier sitio en el que haya un aficionado del Athletic, que no haya ni medio problema, que lo pasemos bien, que mis hijos vuelvan de allí siendo más del Athletic de lo que ya son (difícil pero…). Y saber, que esto sí que lo sé, que por mucho que nos ninguneen, no nos tomen en cuenta, seamos una rara avis para todos los que vean la final,… y hagan lo que hagan en ella nuestros leones, repito saber positivamente que seguiremos siendo fieles a estos colores, a este sentimiento. Igual que lo es Mikel Rico al que ayer le oí decir en una entrevista que él vivió la final mencionada de Mestalla, en las gradas, allí mismo, campo al que fue con un amigo, y del que tuvo que salir al acabar el partido, casi corriendo y de madrugada, hacia creo que dijo El Ejido (no estoy segura), porque allí tenía entrenamiento al día siguiente. Él sabe lo que es sentir eso, y sabe cómo lo vivimos todos los demás, porque él lo vive igual. Así que él, como todos sus compañeros se van a dejar la piel en el campo, porque todos tienen a sus familiares detrás, a sus vecinos, a sus amigos, a los que han nacido en el mismo lugar que ellos, a sus compañeros que no pueden estar en el campo, por lesión o porque otros lo han hecho mejor según el entrenador y no han encontrado sitio, a todos detrás… para animarlos a tope para que intenten traerse la Copa. Una Copa que es de todos los que he dicho aquí arriba y de los que no he dicho. De los que no están, de mi padre, que como dice una amiga, con lo salsero que era, seguro que, con la ayuda de San Mamés, ha liado a San Pedro y a San Juan, para que le dejen organizar un campeonato de viejas glorias. Campeonato que habrá interrumpido, porque con permiso de Dios, se va a llevar a todo el cielo a ver la Final (primera fila de palco para su padre Valentín , mi abuelo, para Telmo, para Lezama, para Angel, para Txomín, para Piru, para Arieta,…). Y desde allí, seguro que ha convencido hasta el mismísimo Kubala, para que anime al Athletic, ¡pues bueno es él!
Conclusión: Muchos ánimos van a ser. Bueno, muchos no, muchísimos tampoco, muchisísimos (que dicen algunos niños).
Y ya continuando con el sueño, sólo pensar lo que podría ser si se ganase, lo que supondría, hace que…. Buf… ¡Impensable!
Os deseo… ¡Feliz Final!
Y…
¡Aúpa Athletic!